XXVIII

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Golpeé la puerta pero fue en vano, ella no abrió y tampoco dijo nada. Me volví a mi hotel a regañadientes.

-¿Cómo te fue?- preguntó Alf cuando entré.

-Me echó de su habitación.- dije molesto mientras me dirigía a mi cuarto.

-Te dije que era mala idea. -masculló cuando cerré la puerta de mi habitación.

Me tiré en mi cama y dormí hasta que escuché la voz que menos quería escuchar.

-¡Hola chico! ¿Ya te levantas? Hay que hablar- Mike se asomaba por la puerta.

Tapé mi cara con la almohada. Cuánto odiaba a ese tipo.

-"La pareja del rompecorazones en el concierto de los Rolling Stones"- leía Mike mientras daba un sorbo a mi café. -Te dije que te alejaras de ella.

Me pasó la revista por la mesa. En ésta se veía una foto de Hannah y mía antes de que rompiera su maqueta. Qué idiota me sentía.

- Hey! - Mike chasqueó sus dedos frente a mi cara- ¿Me escuchas?

-Sí - respondí molesto, hablar con él me dormía.

-No te juntes con ella, trae problemas.

-Sabes que lo haré aunque no quieras.

-El periodista de hace seis años tomó venganza.- dijo seriamente y cambiando de tema repentinamente.

-¿Qué?- Esa noticia hizo que me despertara del todo. Me había olvidado por completo de aquel desgraciado.

-Como escuchaste. Cuando Britt dijo en público que tenías problemas, el maldito encontró el momento indicado para hablar.

-¿Le pagaron más que nosotros?

-Le rompiste un brazo, hasta yo quisiera verte hundido si fuera él. Y lo peor es que también le dijo a la prensa que le pagaste para que cerrara la boca.

-Maldición.

-Sí, estás en problemas. Él tiene un vídeo y está en internet.

-¿Qué? - ya estaba arruinado.

Mi celular sonó. Mensaje de Hannah.

El vídeo está por todos lados. Vas a decirme qué es.

-¿Es la chica? - preguntó Mike.

-¿Qué demonios te importa?

Estoy en tu hotel en 20 min. Llevo cartón y voligoma. Respondí.

Algo para comer tampoco está de más.

-Lo siento, Mike. Me voy.

-No terminamos. Él maldito quiere levantar cargos.

No podía creer de después seis años aquel periodista todavía quería algo de venganza. Apreté mis puños.

-Lo siento. Pero lo arreglaremos, necesito irme, es importante.

-¿Más importante que tu carrera?

-Sé que tú lo resolverás.


-¡Hola! - dijo Hannah cuando entré y me abrazó. - Siento lo de ayer, no debí echarte. Estaba muy enojada.

Enamorada del Sr. O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora