XVIII

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Para una de mis primeras lectoras:
ilusiones_

Al menos la lluvia hacía que mis lágrimas no se notaran. Estaba destrozada, malditas hormonas. Debí haberme quedado en mi pueblo y jamás habría conocido a ese tarado. Sólo pensaba en él. ¿Yo desagradecida? Él creía que con dinero todo se solucionaba. Así no eran las cosas, no iba a permitir que jugara conmigo. Cuando yo estaba con él, era la graciosa y hermosa Hannah a la que besaba para que luego en la tele me insultara y criticara. No, así no eran las cosas.

La noche se había instalado y la banquina no era un buen lugar para caminar. Estuve haciendo dedo por al menos una hora cuando al fin un auto se dignó a parar, un grupo lleno de chicos, perfecto para una chica de dieciocho años indefensa.

-Hola, bonita. ¿Qué hacías allí a éstas horas?- me preguntó el que estaba al lado mío en el asiento trasero recién entré.

-Tuve problemas y decidí...huir.

El auto era pequeño, pero al menos había cinco chicos alrededor de los veinte años, tal vez algunos más grandes allí dentro. Eran bastante guapos, pero dos de ellos tenían que iniciar gimnasio si querían volver a entrar en el auto la próxima semana.

-¿Cómo te llamas, linda?- Ésta vez fue el conductor. Era rubio y tenía ojos oscuros.

-Soy Hannah.

-Jackson-me dijo el chico qué había hablado primero, éste era de cabello moreno con ojos verdes, hermoso.-El que conduce es Tom, el de al lado es Scott- el chico moreno saludó- y éstos son Chuck y Bart- señaló a los gorditos a su lado.

-Nosotros vamos a una fiesta, tal vez querrás sumarte.-habló Scott.

-Sí, claro-No, claro que no, sólo quería dormir pero no quería que me dejaran en el medio de la nada.
Me celular sonó, era Alf, es decir Dylan. No atendí.

-¿Todo bien?- pregunta Jackson. Sus ojos eran realmente preciosos.

-Sep. Todo bien- mentí y puse el celular en silencio.

La casa en cual se daba la fiesta era enorme. Una mansión con un pequeño puerto y unas barandas a los costados que daban a un arroyo. Había gente por todos lados. Chicas poco vestidas, y por poco me refería a sólo unos shorts, sólo eso. Bajé del auto y los que notaron mi presencia me miraban raro, tal vez era porque llevaba un pantalón de pijama y una remera dos tallas más grandes y estaba mojada o simplemente porque estaba totalmente vestida. Los cinco chicos bajaron y uno de los gorditos llevaba consigo un bolso. Entramos a la gran casa, la cual contaba con una sala de estar enorme llena de personas bailando, una pegada a la otra. Las luces estaban apagadas y sólo se podía ver por la luz de la luna y de la que se filtraba a través de una puerta que estaba entreabierta, supuse que era la cocina. El gordito entró allí y dejo la puerta abierta, pude ver que lo que llevaba en el bolso misterioso, eran drogas. Demonios, ¿En qué me había metido?
Todos en aquel lugar parecían estar en otro mundo, ahora sabía por qué.

-¿Qué quieres tomar?- preguntó Jackson agarrando mi brazo y llevándome a la barra.

-Lo que sea- En realidad, no tenía idea. Hacía mucho que no salía.

-Toma-dijo entregándome un vaso.

-¿Qué es?

-Lo que sea.-respondió con una sonrisa.

Lo tomé y quise escupirlo pero él sostenía el vaso levantándolo hacia arriba obligándome a acabarlo. Lo terminé y quise un vaso con agua urgentemente pero no se lo pedí.

-Sígueme.

Me tomó de la mano y me llevó a la escalera. Antes de subir el primer escalón me besó, y luego otra vez. Quería alejarlo de mí pero no podía, él era demasiado sexy y rodeaba con sus brazos mi cuerpo. Bajó sus manos a mi cintura y de ahí a mi trasero.
Luego se separó de mí, tomó de vuelta mi mano y comenzamos a subir la escalera. Esto obviamente no me gustaba, tenía miedo y el hecho de que ese chico era terriblemente sexy me asustaba aún más.

-Espera- le dije soltando su mano.

Volvió a besarme.

-Debes quitarte esa ropa, estás empapada.

Sabía que al quitármela él no me daría una ropa seca. Traté de soltar mi mano, pero Jackson era muy fuerte. Casi me arrastraba por el piso cuando entramos en una de las habitaciones de arriba y comenzó a besarme otra vez.

-Eres realmente hermosa, Hannah.

Me empujó hacia la pared y atrapó mis manos entre las de él por encima de mi cabeza y empezó a besar mi cuello.

-Espera, basta- traté de soltarme pero Jackson no me lo permitía.

Baja sus manos a mi cintura.

-Hay que quitarte la ropa mojada.

-Basta- le grité y golpeé su pecho que al parecer no tuvo mucho efecto porque él logró sacarme la remera- aléjate- ésta vez pegué más fuerte y dio resultado ya que Jackson se apartó de mí.

-No te librarás tan fácil.

Cuando se me iba a acercar nuevamente, alguien abrió la puerta y golpeó a Jackson en la cara. Luego el gordito traficante también interrumpió en la habituación y le pegó por la espalda al chico alto de cabello oscuro que había entrado. Éste cayó al piso, Jackson iba a pegarle una patada cuando Chuck sacó un arma.

-Déjamelo a mí, siempre quise disparar a una celebridad.


530 leídos??? Cuándo?? Gracias!!! Las amo ❤❤❤❤

Enamorada del Sr. O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora