Capítulo 1

988 36 9
                                    

Solo nueve horas de viaje y no podía esperar para subirme al avión y relajarme después de una semana llena de trabajos.

Inglaterra era mi opción numero uno para vacacionar desde que tenía uso de razón, pero después de terminar la universidad todo mi tiempo y esfuerzo se concentró en pagar el magister que me tenía estudiando y trabajando en los Estados Unidos. Ahora podía pagarme un viaje de dos semanas y media mientras tenía un receso en mis estudios. Estaba emocionada, extasiada pero más que todo, cansada.

A penas había llegado a tiempo al aeropuerto para tomar el vuelo y mis piernas ya no daban más por correr el gigantesco lugar. La mujer de casi dos metros me recibió en la entrada del avión y me indicó mi asiento justo al lado de la ventana. Un joven de no más de veinticinco años se encontraba ya instalado en el asiento junto al mío, su pelo largo le llagaba a los hombros, usaba una camisa holgada de estampados, pantalones negros ajustados y su ceño estaba fruncido a más no poder.

-Disculpa.- Le dije mirando mi asiento. –¿Me das permiso para pasar?-

El rostro tenso del hombre se tensó un poco más. No dijo nada y se levantó mientras intentaba pasar con mi mochila que pesaba una tonelada para mi cuerpo exhausto. Era bastante torpe y casi caigo de golpe al intentar pasar, haciendo que me tomara un poco más de tiempo.

-Por favor, antes que cumpla los cincuenta.-
Su voz ronca me tomó por sorpresa y el tono que usó casi me saca de mis casillas. "Genial" pensé, "Estancada con un pesado por las siguientes horas". Le dediqué una mirada asesina pero no dije nada, estaba demasiado cansada para discutir. El tipo a mi lado se volvió a sentar suspirando molesto.

La azafata del avión pasó inspeccionando a los pasajeros para que tuvieran puesto sus cinturones de seguridad mientras las pantallas mostraban el típico video de seguridad. Los había visto tantas veces que podía recitar lo que decían sin mirarlo, así que tomé mis audífonos y puse play a mi lista de canciones relajadas para poder al fin descansar.

-Disculpe.-

Escuché una voz. Abrí los ojos y me encontré con cuatro ojos mirándome, dos marrones y los otros de un profundo color esmeralda. Dos acogedores, los otros dos; molestos.

-La mochila que lleva debe guardarla en los compartimientos de arriba.- Miré mi mochila y a mi acompañante que me miraba como si quisiera lanzarme por la ventana.

-No se preocupe, la dejaré en el suelo.- La mujer me sonrió cordialmente.

-Me temo que no será posible.-

Sin querer solté un suspiro derrotada pero no escondió el que lanzó el tipo a mi lado mientras se tocaba las sienes. Tomé mi mochila y se la pasé intentando pasar por encima de su cabeza, pero era tan alto que casi lo golpea.

-Tienes que estar de broma.- Dijo bajo mientras la azafata guardaba mi mochila arriba de nuestras cabezas. Esta vez lo miré con detención y odio. El tipo giró su cabeza al notar que lo observaba.

-¿Qué?- Escupió molesto con su acento inglés.

-Que suerte la mía.- Le dije en su cara y algo en la suya se alarmó. –Nueve horas con un rayo de sol.- Su rostro se relajó solo unos milímetros y soltó una risa cargada de sarcasmo.

-¿Tienes algo más que hacer para molestar o ya hiciste todo en tu lista?- Su voz sonó más ronca acentuando ese acento que me solía encantar, pero definitivamente no en él.

¿Qué mierda se creía este tipo? Solté una frase cargada de odio hacía su ser, bajo y en español, al menos así me descargaría y no tendría que pelear. Tomé mis audífonos y los metí en mis oídos.

-Si vas a insultarme al menos ten la decencia de hacerlo en inglés.- Escuché su voz por encima de la canción que sonaba.

Ya estaba, este tipo me había quemado el ultimo nervio.

-Mira.- Le dije en inglés sacando un audífono. –He tenido una semana como la misma mierda, y lo ultimo que quiero es un arrogante, pedante y bueno para nada venga y me moleste cuando me estoy preparando para mis vacaciones.- Mi pequeño lapsus de ira lo sorprendió haciendo que sus cejas se elevasen en su rostro. –Así que agradecería que nos comportáramos como unos malditos pasajeros normales e ignorarnos hasta que lleguemos a nuestro destino y así no tener que ver tu rostro otra vez.- Giré enojada y volví a ponerme el audífono faltante, le subí todo el volumen posible a mi música para que notara que era el fin de la discusión.

Sabía que había actuado irracionalmente, podría haberme mordido la lengua y haber sido la mejor persona, y aunque sí había tenido unos días de mierda, no justificaba el hablarle así a una persona totalmente desconocida.

Mierda, ahora me sentía fatal. Él es un imbécil pero yo no tenía porque serlo, nunca lo he sido y no iba a empezar ahora. Tomé un respiro que quemó mis pulmones y me quité los audífonos. Giré para encontrarme con unos ojos esmeralda mirándome fijamente y por un momento me faltó el aire.

-Mira.- Dije avergonzada. –Lo siento, no debí...- Pero una pequeña risa salió del tipo interrumpiéndome, esta vez más tranquila, sin rastros de ironía.

-Está bien, yo también lo siento.- Me dijo con su acento inglés, sincero. –Te entiendo, también he tenido unos días de mierda.- Le sonreí.

-Soy Harry, por cierto.- Me tendió su mano.

-Carolina, un gusto.- Tomé su mano que casi cubría por totalidad la mía y pude notar un pequeño tatuaje cerca de su pulgar. –Ahora sí un gusto.- Le sonreí.

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora