Capítulo 12

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Al día siguiente mientras sentía que mi cabeza iba a explotar por la resaca hablaba con mi amigo y me contaba como me había visto nuevamente en las noticias y como se podía escuchar a la mujer que gritaba cosas hirientes contra mi persona. Le conté que había sido anoche y se sorprendió por lo rápido que corrían las noticias en el medio.

-Bueno, One Direction está en el ojo del huracán por su descanso, es entendible que todas las noticias de ellos corran así de rápido.- Le dije calmada, aunque en el fondo aun podía escuchar las palabras de esa mujer sin rostro que me hirieron en lo profundo.

-¿Qué harás hoy?- Me preguntó para cambiar el tema.

-Creo que nada, mi cabeza me está matando así que me quedaré aquí, pediré algo para comer y me encerraré a ver películas, realmente no tengo ganas de hacer más.-

-Me parece bien, date un descanso de tu descanso.- Me dijo intentando levantarme el animo. Sonreí.

-Lo haré...- Callé por un momento.

-Escúpelo.- Me dijo Max al saber que escondía algo.

-Escuché el disco de los chicos.- Dije arrugando la nariz sabiendo que me esperaría un gran reto.

-Ay Carolina.-

-Lo siento, estaba un poco ebria.-

-Eres una verdadera masoquista. Pero debo admitir que es muy bueno.-

-¡Lo es!- Le dije ahora feliz, porque realmente lo era. Esta mañana lo había escuchado de nuevo, aunque no se lo diría.

-Pero hay mucha otra música que puedes escuchar, no te hagas esto, no seas una idiota.- Reí.

-Está bien, te hablo luego, te adoro tarado.-

-Y yo a ti, ahora ahógate en películas y comida chatarra.-

-No me lo tienes que repetir, adiós.-

-Adiós Pecosa de mi corazón.-


Eran eso de las 10 de la noche y la tercera película que veía cuando sentí al repartidor de pizzas tocar. Tomé mi billetera, pausé la película y me dirigí hacia la puerta.

-Justo a tiem...- Pero no pude terminar la frase. Unos ojos esmeralda me penetraron aliviados.

Harry cruzó el umbral de la puerta y me abrazó con fuerza.

-Me tenías muy preocupado.- Dijo ronco y suave cerca de mi oído.

-¿Qué haces aquí?- Pude apenas decir por el abrazo apretado.

-Te vi en las noticias, quería saber si estabas bien pero no respondías mis llamados, el dueño de tu antiguo hostal me informó que te estabas quedando aquí. Necesitaba verte.- Sus ojos irradiaban alivio puro. Pero una alarma se encendió dentro de mi.

-¿Nadie te siguió?- Negó con la cabeza y pude respirar tranquila. –Gracias por la preocupación, estoy bien.- Harry cerró la puerta detrás de él volteando suavemente. –Harry estoy bien, creo que es mejor que te marches, si te quedas pueden haber problemas.- Le dije cansada y herida. Mi pecho se había inflado al verlo, pero sabía que despedirme de él haría que volviera a apretarse. No quería pasar por eso nuevamente.

-Harry.- Repetí

-¿Quieres que me marche?- Habló bajo, casi como un susurro irreconocible por su ronca voz. Se acercó unos pasos buscando mi mirada. ¿Por qué estaba dudando ahora? Sabía lo que era mejor para nosotros. Qué era lo mejor para él. –Mírame a los ojos y dime que me marche, y lo haré.- Su voz aterciopelada nublaba todo racionamiento en mi cabeza. Levanté la vista para encontrarme con sus ojos, y como era de costumbre, los míos bajaron a sus labios. Mi corazón comenzó a acelerarse y mis pulmones comenzaron a buscar más aire de los que ya tenían cuando vi como exhalaba fuerte por la nariz mientras mojaba sus labios para después morder su labio inferior. Harry caminó los pocos pasos que nos separaban para pararse justo al frente, cerca, peligrosamente cerca.

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora