Capítulo 31

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Estaba sentada en la mesa del patio trasero escribiendo mis pensamientos en mi pequeño cuaderno cuando sentí que alguien apoyaba su celular justo a mi lado, con fuerza. Levanté mi cabeza para encontrarme con un Harry enojado a más no poder.

-¿Algo va mal?- Pregunté preocupada.

-No lo sé Carolina, dímelo tu.- Había escuchado ese tono antes, pero nunca lo había escuchado decir mi nombre con el. Miró una vez más al teléfono que tenía a mi lado el cual ya se le había apagado la pantalla, haciéndome saber que ahí encontraría la verdadera respuesta a mi pregunta. Sin levantarlo deslicé mi dedo por su pantalla y se prendió solo para dejarme sin aliento.

Una foto mía salía a relucir en todo su esplendor, pero ese no era el problema, el problema era el hombre que tenía sentado a mi lado.

-¿Qué mierda...?- Pude decir antes que la voz ronca y enojada de Harry me interrumpiera.

-No es la única.- Mis dedos se movieron a la siguiente, y a la siguiente.

Era un deja vu, pero está vez no era Harry y la chica hermosa a punto de darse un beso.

Era Tom y yo, en el pub.

-Mierda Harry...- Intenté explicarme pero volvió a interrumpirme.

-No tengo que creer lo que dicen ¿ah?- Y sin más me dio la espalda caminando de vuelta a su casa dejándome con esas tres imágenes apuñalándome el pecho. Esas imágenes y su voz afilada como la peor de las espadas. 

Volví a revisar las fotografías en el celular de Harry con las lagrimas quemándome la garganta. No tenía sentido, los paparazis habían llegado después, ¿O estuvieron siempre ahí? ¿Tan cerca estaban y no los pude ver? Imposible, esto no era obra de un paparazi, la fotografía no tenía la calidad de una cámara de mucho dinero como las que tenían ellos. Esto fue sacado con un celular, ¿Cómo mierda no se me ocurrió que alguien podía verme?

¿Cómo pude ser tan estúpida de no contarle ese mismo día lo que había pasado?

Mierda, mierda, mierda.

Salí de esas terribles fotos, con el alma a mis pies. ¿Cómo le explicaría a Harry lo que sucedió? Por la mierda, estaba cayendo en un agujero negro de desesperación. Tenía que arreglar esto a como de lugar pero antes de poder levantarme de donde estaba, el celular de Harry vibró desesperadamente en mis manos con nuevos mensajes que entraban.

-"Ahí esta la evidencia, te lo dije, es una zorra que solo juega contigo"-

-"No puedes ser tan ciego, nunca te quiso y nunca lo hará"-

-"Solo está contigo por la atención que recibe, es una don nadie y tu un estúpido por creer todo lo que dice"-

-"No es, ni nunca será lo suficientemente buena para ti"-

Volví a leer los mensajes con la visión nublada por las lagrimas que amenazaban con caer. Los leí nuevamente, y otra vez, y otra, hasta que una cayó libre mientras todas mis inseguridades salían a flote.

-¿Qué ocurre?- Escuché la voz de Gemma a mis espaldas. Sequé rápidamente las lagrimas y giré mientras se sentaba a mi lado.

-No pasa nada.- Fingí mi mejor sonrisa, pero su rostro me demostró que no se había tragado nada de mi respuesta. Volví a mirar el celular en mis manos tragándome las lagrimas.

-Vamos Carolina.- Me dijo suavemente alentándome para hablar.

-Sucedió algo el día que Harry me encontró antes de venir, y ahora está muy molesto...- Aun dudaba si continuar, pero su mirada de preocupación me hizo hablar. –Estuve a punto de besar a un tipo que conocí, no pasó nada más que eso, pero debí contárselo ese mismo día.-

-¿Y se molestó por eso?- Me preguntó extrañada. –Si no pasó nada no veo el problema, no se puede molestar por eso, menos si en ese momento creías que estaba con su ex.-

-Él piensa que sí lo besé.- Mis ojos volvieron al suelo.

-No comprendo.- Me tomó un momento continuar, y al no encontrar palabras para hacerlo, tomé el celular que tenía en las manos y se lo pasé a Gemma.

-Harry a estado recibiendo mensajes de alguien, le envió esas fotos, y aunque no lo besé, cualquiera que las ve diría lo contrario.- Gemma siguió revisando el celular de su hermano y vi como leía los mensajes que esa persona le había enviado hace solo unos minutos. Dejó el celular en la mesa sin decir nada. –No quiero que Harry crea lo que le dice esa persona.- Mi voz se quebró sin mi autorización. –No quiero que piense que esos mensajes son como me siento, y no sé que puedo hacer para que me crea.- Le dije lastimosamente. –Y a veces pienso que quizás tiene razón, quizás realmente no soy...-

-Sí lo eres.- Me dijo cortándome el habla, haciendo que la mirara de frente. –Conozco a mi hermano como nadie en este mundo, y sé que no se dejará engañar por una fan loca que encontró su numero quizás como. Sé que lo de ustedes es complicado, más allá de los paparazis y los medios de comunicación, lo de ustedes es complicado por ser ustedes.- Me habló sin pelos en la lengua. –No sé que pasará el día de mañana con lo suyo, pero he visto de primera mano en como se miran, en como estando juntos es como si no existiera nadie más a su alrededor, y eso no puede ser opacado por pensamientos tontos, pensamientos que son puestos ahí por terceros que no han visto lo que hemos visto mi madre y yo. Sé que Harry puede ser llevado a sus ideas, y cuando lo hace es porque realmente le importa algo...- Me miró intentando que captara lo que decía. -...O alguien.- Mis labios se curvaron levemente con sus palabras. –No dejes que algo tan estúpido como este fan loco se interponga en lo que tienen. Aunque lo que tienen tenga fecha de expiración.- Me sonrió abiertamente. Asentí hacía las palabras sabias y tomé fuerzas para resolver todo esto. Gemma se paró sin antes darme un abrazo fuerte.

-Gracias.- Le dije antes que partiese.

-Hace mucho que no veía a mi hermano así, y es gracias a ti. Así que seré yo la que te de las gracias.- Le dediqué una ultima sonrisa y me dio la espalda para caminar hacía la casa. Me sorprendí por el efecto tranquilizador de su palabras, pero algo que dijo me quedó dando vueltas en la cabeza.; Tenía razón, esto tenía tatuado "Fan Loco" por donde lo mirasen.

Saqué mi celular y marqué el numero de Ana.

-¿Cómo va la luna de miel?- Me respondió en un instante.

-¿Aun sigues molesta por haberme ido con Harry?- Le pregunté en son de disculpas, aunque no sabía muy bien por qué.

-No seas tonta, solo me preocupo por ti. Cuéntame que pasa por esa cabecita cobriza que tienes.-

-Alguien ha estado escribiéndole a Harry.- Le solté sin más preámbulos.

-¿Quién?-

-No lo sabemos, el numero es privado. Pero ese no es el problema.- Le dije más bajo. –Esta persona ha estado enviándole mensajes sobre mi.-

-¿Qué tipo de mensajes?- Habló bajo, como si alguien pudiera escucharla.

-Mensajes malos, pero eso no es todo. Le envió tres fotos mías y de Tom, y parece como si nos estuviésemos besando.-

-Pero no lo hiciste, me contaste ese mismo día que te arrepentiste al ultimo segundo.-

-¡Lo sé! Pero no es lo que parece en la fotografía que le enviaron. En ella, somos Tom y yo extremadamente cerca.-

-Santa mierda.- Dijo al fin.

-¿Tu no viste nada sospechoso en el tiempo que estuve con Tom?-

-Carolina, estaba pasando por el paraíso en el baño con Chris cuando estabas a solas con Tom, lo siento.- Se disculpó.

-¿Y cuando volviste, no había nadie con su celular apuntando a nuestra mesa?-

-Ni idea, las copas ya me habían hecho estragos, así que aunque estuviesen ahí sacando fotos en nuestras narices no lo hubiera notado.- Mis hombros se desinflaron al no encontrar alguna pista. –¿Y Harry que está haciendo ahora?-

-Enojado a más no poder.-

-Pues más te vale ir a hablarle antes que sea muy tarde, me avisas como te va, te extraño.-

-Te llamo en la noche, besos.- Colgamos.

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora