Capítulo 38

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Estábamos desayunando en el comedor de la habitación al día siguiente, cuando siento mi celular vibrar. Lo tomé segura de que sería Max, que me había prometido llamar, pero mi rostro se demacró cuando vi esas palabras en la pantalla. 

Numero privado.

-¿Qué ocurre?- Me preguntó Harry al verme el rostro, mientras sostenía mi celular entre las manos.

-Sabe mi numero de teléfono.- Le dije con la respiración entrecortada.

-Tienes que estar de puta broma.- Gruñó tomando el celular de mis manos.

-¿Qué piensas hacer?- Vi como Harry deslizaba su dedo largo por la pantalla y se llevaba el aparato a su oído.

-No Harry...-

-Escúchame bien pequeña mierda.- Siseó asesino. –Si no quieres que lance a la policía a tu trasero por acoso, dejarás de molestar a mi novia y a mi. ¿Escuchaste bien?- Su grueso acento inglés hacía que la advertencia saliera cargada de odio. –Así que sugiero que te des por vencido y no molestes más.- Y sin más colgó dejando el teléfono en la pequeña mesa.

-¡Harry!- Le reclamé. –Por qué hiciste...- Pero su voz ronca me interrumpió.

-Una cosa es que me moleste a mi, eso lo puedo dejar pasar, pero que lo haga contigo es un cuento distinto. No permitiré que te acosen de esa manera. Mañana después de dejarte en el aeropuerto cambiaré mi numero y tu harás lo mismo al llegar a tu casa. ¿Prometido?- Habló serio.

-Prometido.- Le dije de inmediato, sorprendida por la seriedad de sus palabras. -¿No perderemos nuestros contactos si hacemos eso?- Le pregunté una vez que estaba más calmado pero negó con la cabeza.

-Cambiaremos el numero, no el aparato amor. Los contactos seguirán ahí. Te llamaré de mi numero nuevo para que lo tengas registrado, después de eso cambiarás el tuyo. No lo hagas antes de eso.- Asentí. –Ahora.- Dijo parándose de su silla más calmado.
Vi en sus ojos ese tono que me sacaba de mis casillas. –Volvamos a lo que estábamos haciendo antes que llegara la comida.- Dijo acercándose a mi y arrebatándome su camisa de estampados que me había puesto.

-¿Dejaremos alguna vez la habitación antes de partir?- Le pregunté divertida y negó con la cabeza mostrándome esa sonrisa que tanto me gustaba junto con su perfecto hoyuelo.

-Espero que no bebé.-

Y no lo hicimos hasta que dieron las 7 de la tarde.





En el trayecto al aeropuerto nuestras manos no se despegaban, y el pulgar de Harry me daba pequeñas caricias mientras hablábamos de cualquier cosa, con tal de mantener nuestras mentes distraídas para no pensar en lo que estaba ocurriendo realmente.

-Así que al fin conoceré a Ana.- Me dijo con un pequeño apretón de mano.

-Se llevarán de maravillas, es muy simpática.- Dije con una sonrisa. –Me gustaría que tomarán un café o algo juntos, una vez que yo ya esté en el avión.- Harry puso una cara graciosa, lamentándose.

-¿Tengo que hacerlo?- Me reclamó como un niño pequeño. -¿No puedo solo volver al hotel y llorar en posición fetal por tu partida?- Reí mientras me llevaba su mano a mis labios y le depositaba un beso tierno.

-Puedes hacer eso después del café con Ana. Me lo pidió a penas me conoció y se lo prometí, y está muy emocionada por conocerte. Ha sido su fan desde que salieron en The X Factor.- Le dije en son de suplica.

-Está bien. Los amigos de mi novia con mis amigos.- Dijo solemne.

-No soy tu novia.- Le reproché.

-Pero te mueres de ganas.- Me miró pícaro y me derretí en el asiento.

-Sí que lo hago.- Me lamenté, admitiendo la verdad.

-¿Entonces cual es el problema?-

-El problema es que nos separaremos para seguir con nuestras vidas. Tu te quedarás aquí y yo me iré. Estaremos literalmente en distintos continentes.-

-Pensé que seguiríamos en contacto.- Harry me miró preocupado.

-Lo haremos, pero no como novios. Nos llamaremos para saber de nuestras vidas y formar una linda amistad.- Harry suspiro derrotado. –Hay un dicho en español; "Amor de lejos, amor de pendejos".- Le recité en mi idioma para luego explicárselo en el suyo.

-Pues entonces considérame el más pendejo de todos.- Dijo con una sonrisa.

-Ya lo hago, pero eso no hará que sea tu novia.- 

Vi como hacía un puchero de esos que me encantaban mientras entrábamos al aeropuerto.

-Eres un dolor en mi trasero.- Se quejó con voz de niño. Me acerqué para darle un beso en la mejilla.

-Desde el primer día amor.- Rió bajo, recordando el primer día en que nos conocimos. 

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora