All The Love (Harry Styles)

Capítulo 3

                 

-¿A las polillas?- Me preguntó divertido después de confesar mi fobia. –¿A esas cosas indefensas que salen en la primavera?-

-Esas mariposas zombis fueron traídas por el mismo Satán para entrar a nuestros oídos y comernos el cerebro, ellas y sus primas mariposas que se creen tan lindas con sus colores.- Harry soltó una carcajada y se cubrió el rostro con las dos manos haciéndolo parecer un niño pequeño. -No te contaré otra de mis fobias, no para que te rías de mi.- dije fingiendo seriedad. Intentó calmarse pero seguía disfrutando de mis temores.

-¿Sabes que tengo un tatuaje de una mariposa en mi pecho?- Me dijo una vez ya calmado pero aun sonriendo. Hice una mueca intentando sacar las imágenes de polillas y mariposas de mi cabeza.

-¿Es pequeña?-

-No exactamente...- Hice otra mueca.

-¿Quieres verla?- Dijo agarrando los botones de su camisa.

-Oh no Styles, mientras mantengas una camisa en tu torso estaremos bien. Cambiemos el tema.- Dije –No quiero seguir hablando de esas cosas, me ponen la piel de gallina.- Harry seguía con sus manos en los botones de su camisa mirándome perverso.

-Ni se te ocurra.-

-Está bien.- Rió. -Cambiemos el tema. ¿Conoces alguna de nuestras canciones?- Pensé un momento intentando recordar que canciones conocía de ellos.

-Conozco esa donde salen en la playa porque sale en Just Dance y conozco Kiss You.- Me sonrió.

-¿Nada del nuevo álbum?- Negué con la cabeza.

-Deberías escucharlo, los cuatro estamos muy orgullosos de este álbum, creo que es el mejor que hemos sacado...- Lo detuve.

-¿No estás en una entrevista sabes?- Harry me miró confundido callando al instante, continué. –Tu tono de voz cambia y usas más las manos.- Sus ojos esmeralda me penetraron y por alguna razón mis mejillas comenzaron a quemar por la forma en que me miraba.

-Eres muy observadora.- Sus labios formaron una sonrisa perfecta en su rostro.
Terminó de contarme sobre su nuevo álbum pero ahora, como si hablara con un amigo tras bastidores.

-Espera.- Le dije recordando el video de los pequeños niños en la playa. –¿Los cuatro? ¿No eran cinco?- Harry hizo un gesto de pena fingida.

-¡No me lo recuerdes!- Reí por su mala actuación.

-¿Toqué un tema delicado?- Negó con la cabeza cuando terminaba de sonreír.

-Lo éramos, pero uno decidió dejar la banda.- Ahora lo recordaba, mi prima pequeña lloró por días.

-El chico hot de pestañas largas.- Harry me miró frunciendo el ceño.

-¿Por qué él es hot y nosotros somos adorables?- Me preguntó levantando una ceja perfecta. Lo miré analizando mi respuesta y continuó. -¿Qué diferencia hay entre alguien hot y alguien adorable?-

-Adorable es alguien quien, al mirarlo a los ojos te imaginas estando con él cuando estás en tus días, ya sabes, esos días que solo las mujeres tienen, viendo películas románticas y comiendo helado de chocolate. Alguien para abrazar y llorar cuando aparezca la escena donde el protagonista declara su amor.- Harry me miraba atento mientras apoyaba el mentón en la palma de su mano. –Y hot...- Continué. -Es alguien a quien miras a los ojos e inconscientemente tu mirada baja a sus labios, imaginando como sería probarlos, y queriendo encerrarte con él en una habitación toda la noche... No mirando películas exactamente.- Sonreí.

-Es una buena forma de diferenciarlos.-

-Y creo que cuando encuentras a la persona indicada, es una combinación perfecta de los dos.- Alzó las cejas sorprendido de mi conclusión y me regaló una sonrisa de esas que ahora tanto me gustaban. –Así que si estás disponible para cuando tenga mi periodo te llamaré.- Rió complacido.

-Creí que nos comportaríamos como unos malditos pasajeros normales y nunca vernos nuevamente.- Asentí divertida por cómo intentó imitarme con su voz rasposa y ronca.

-Tienes toda la razón, llamaré a tu compañero entonces, el otro chico adorable, el del pelo bonito.- Harry sonrió mostrando los hoyuelos en sus mejillas y le devolví la sonrisa llena.

                 

Escuchaba mi voz a lo lejos mientras veía unos ojos gatunos y hermosos que me atrapaban mientras caía en un abismo sin fondo. Carolina, volví a escuchar mientras una sonrisa cariñosa aparecía en mi visión.

-Carolina, ya aterrizamos.- Escuché la voz rasposa del chico sentado a mi lado. Pestañeé varias veces para enfocar mi visión que se encontraba desnivelada, tomándome un tiempo descubrir que me encontraba apoyada en el hombro de Harry. Levanté mi cabeza pesada. –Buenos días bella durmiente.- Me dijo casi susurrando, su voz tan ronca que casi se rompe por lo bajo que sonó, y el color subió a mis mejillas nuevamente.

-Lo siento.- Me disculpé aun atontada. -¿Cuanto dormí?-

-Unos 40 minutos.- Me dijo mirando su celular para chequear la hora. –Justo cuando comenzaba a contarte algo muy interesante.- Me tapé el rostro con las manos avergonzada.

-Lo siento, pero no me puedes culpar, tu voz es como una canción de cuna para un bebé.- Me arrepentí al instante por haber dicho eso.

-¿Dices que soy monótono y aburrido?- Harry sonrió.

-No, no, digo... Tu voz es muy placentera, no, placentera no es la palabra...- Rió complacido y pude ver como intentaba ponerme nerviosa. –No molestes.- Le dije empujando un poco su hombro descubriendo sus intenciones. –Aun estoy dormida.-

Después de que un par de personas se acercaran a Harry para una foto hicimos la fila eterna para bajarnos del avión.

Llegamos a la manga, y antes de ir en caminos opuestos nos detuvimos para quedar frente a frente.

Harry extendió sus brazos y sin pensarlo lo abracé. Algo en mi estomago bailó al respirar su aroma y sentir el calor de su cuerpo pegado al mío. Sentí como me apretaba un poco más antes de soltarme.

-Fue un verdadero gusto Carolina.- Me dijo sincero con su bolso colgando de sus hombros y sus lentes en su cabeza sujetando su pelo.

-El gusto fue mío Styles.- Respondí mirando esos ojos profundos y esos hoyuelos hipnotizantes.

Y por alguna razón desconocida lo comencé a extrañar de inmediato. Me dedicó una ultima sonrisa perfecta y siguió su camino dejándome con una verdadera sensación de felicidad en mi interior.

Sin dudarlo, esta sería una historia perfecta para contar más adelante.