Capítulo 10

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Al llegar a mi hostal solo entré para lavarme el rostro y sacar más dinero, unas vueltas por la ciudad me ayudarían para despejarme de lo que había ocurrido este día, y aunque ya no lloraba gracias a las reconfortantes palabras de mi amigo, mi cara seguía roja e hinchada.

Caminé por caminar, en lugares recónditos. Sabía que no me encontraría a nadie con una cámara ya que al que querían en portadas era a Harry y no a mi.

Entradas las 8 de la noche decidí entrar a un pub por un par de cervezas. El lugar era amplio y por lo visto era un lugar para beber y bailar, y aunque me encantaba hacerlo no tenía ganas, pero estar rodeado de gente de mi edad hizo que me sintiera menos sola de lo que me sentía en esos momentos.

La segunda botella de cerveza se había terminado, y me cuestionaba en comprar otra cuando una joven se sentó a mi lado y pidió algo para tomar.

No estaba tan lejos del hostal así que decidí pedir la siguiente botella, pero antes que pudiera levantar la mano la chica de al lado arrastró una botella de corona por la barra y me la entregó.

-Yo invito.- Me dijo amablemente. Su acción me tomó por sorpresa, pues nunca la había visto antes.

-No te preocupes.- Le dije levantando la mano para llamar al bar tender.

-Insisto, te he estado observando y se nota que no has tenido un buen día.-

-Vaya, ¿así de mal luzco?- Sonreí sin sonreír realmente. La chica de pelo largo y negro me sonrió con una sonrisa perfecta, y sus ojos azules como el cielo me miraron mientras le daba otro empujón a la botella.

-Sé quien eres.- Me dijo sin preámbulos.

-No lo creo, no soy de aquí, solo vine a vacacionar.- Le respondí intentando recordar si había visto su rostro en algún lugar.

-Ósea, no se quien eres exactamente, pero te he visto...- La chica tomó un sorbo de su cerveza y volvió a mirarme. –¿Tu eres la chica que sale en las fotos con Harry Styles no?- Mi estomago se apretó y la bilis subió por mi garganta. Me estaba preparando para pararme cuando su mano tomó mi brazo. –No no, mira, si no quieres hablar de ello no te preocupes, solo que, me puedo imaginar por lo que estás pasando, y bueno, tu rostro dice mucho. Te repito, se ve que no has tenido un buen día.- Su voz amable hizo que algo mi se relajara, pues no parecía mala persona ni nadie que pudiera hacerme daño.

-Sí, soy yo.- Dije sentándome nuevamente y tomando un sorbo de la cerveza que me había ofrecido.

-Soy Ana Smith.- Me tendió su mano fina. –También estoy de vacaciones, soy de Estados Unidos.-

-Carolina. Chilena.- Le respondí.

-Así que no quieres hablar del tema...- Tomé un respiro sonoro.

-¿Sabes qué? Creo que sí, quizás ayude a mejorar esta cara de muerta que tengo.- Le dije ahora con una sonrisa real. Ana asintió con la cabeza.

-Claro, no puedes estar en un lugar como este y tener ese caracho.- Me dijo divertida. –Le arruinas la fiesta a todos.- Reí por el comentario sarcástico. –Dispara, soy una extraña que es todo oídos, bueno una extraña que ama a los chicos debes saber.- Y algo en mi se volvió a apretar.

-¿Eres fan?-

-Así es, como lo soy de muchas otras bandas.-

-¿Y no te molesta, que me haya juntado con él?-

-¿Por qué lo preguntas?- Me dijo algo dolida.

Tomé mi celular y abrí la aplicación de twitter y entré a mis mensajes privados que ahora estaba bloqueado.

-Por la misma mierda.- Dijo abriendo los ojos como plato. –Que personas mas locas. Pero no, para nada, debes saber que no todos los fans son así. Hay un tipo de fans que están locas, y digo locas de verdad, las verdaderas fans son las que nos gusta ver a los chicos felices, hagan lo que hagan, fans como yo son las que los admiran y disfrutan su música, pero se mantienen al margen de sus vidas personales.- La miré levantando la ceja. –Sí sí.- Me devolvió sonriendo. –Veo todo lo que hacen en las redes sociales, está claro, pero no me incumbe, solo me gusta saber, ¿sabes lo que digo?- Asentí feliz de saber que solo era una pequeña parte de su fandom que me odiaba sin razón.

Y sin pensarlo le hablé de todo.

-Vaya.- Dijo realmente sorprendida después de terminar mi historia. -¿Y realmente te gusta no?- Asentí para mi pesar. -¿Y que piensas hacer?-

-Nada, ya está decidido, fue bonito conocerlo, es una persona maravillosa, pero no hay nada que pueda hacer.- Ana hizo un pequeño puchero de niña pequeña.

-Es una lastima, digo, vi todas las fotos, de hecho también vi ese twitt que mandó para contactarse contigo, he estado al tanto de lo que ha pasado, y en todas las imágenes en donde salen juntos se notaba que tenían algo, no sé, una conexión ¿sabes?.- Algo en mi se apretó recordando a Harry. Ana se quedó pensando unos segundos. -¿Y estás segura que no hay nada, digo, nada que se pueda hacer?-

-No, nada, pero ya está, seguiré mis vacaciones como debieron ser desde un principio.-

-Me parece excelente.- Levantó su botella y la chocó contra la mía. –Por unas vacaciones sin caras largas.- Me dijo sonriendo. Y ambas bebimos de nuestros tragos.

Terminamos hablando de todo un poco, cualquier cosa que no involucrara a Harry ni a One Direction. Me contó que tenía 23 años y de cómo había terminado con su novio hace una semana y por eso había decido venir a Londres sola para poder distraerse, yo le conté de cómo estudiaba y trabajaba en su país. De nuestros ex y nuestros hogares. De nuestros gustos y disgustos. Terminamos hablando hasta por los codos.


Después de intercambiarnos números decidimos que era hora de volver a nuestros hostales.

-Fue un verdadero gusto Carolina, espero que disfrutes un montón lo que queda de tus vacaciones, por lo visto te lo mereces.- Me dijo mientras nos apretujábamos en un abrazo de despedida.

-El gusto fue mío, gracias por escuchar a una perfecta extraña. Estaremos en contacto para tomarnos unas copas otro día.-

-Estaré esperando tu llamado.- Me dijo amablemente.


Caminando hacía el hostal me sentía mucho más liviana, el día había terminado inesperadamente bien para como había empezado, y realmente agradecía haber tenido otro par de oídos que me escucharan y no mentía al decirle que me gustaría verla de nuevo, quien sabe, quizás la compañía de alguien más es lo que necesito para terminar estas vacaciones bien.

Doblé en la esquina de mi hostal con otro aire, uno mejor, uno más optimista, pero algo me detuvo haciendo que todo eso que sentía hace solo unos segundos se evaporara sin dejar rastros.

Cámaras.

Justo afuera de la entrada, intenté contarlas pero el pito de mis oídos me impedía pensar. Me armé de valor y caminé rápido intentando evitar las luces que ahora me cegaban. Gracias al cielo nadie fue lo suficientemente pesado como para detenerme el paso, así que en menos de diez segundos ya estaba adentro.

Esto se está poniendo ridículo.

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora