Estamos sentadas en la barra justo al medio donde ya parecía nuestro de todas las veces que habíamos ido a beber y nos habíamos sentado ahí mismo. Yo tomaba una cerveza mientras Ana se había decidido por un trago más fuerte, ya que su celular seguía prendiéndose intermitentemente por los llamados y mensajes obstinados de su ex novio. De vez en cuando veía como respondía algunos brevemente y volvía a dejar su celular lejos para que no pudiera ver las respuesta que Jake le mandaba.
-Entonces, ¿Está decidido?- Me preguntó dejando su vaso vacío en la barra y levantando la mano para pedir otro. Asentí tomando otro sorbo de mi botella. –¿No puedes cambiar el pasaje e irte en un par de días más?- Negué con la cabeza.
-No tengo nada más que hacer aquí, lo pasé bien, conocí esta hermosa ciudad...-
-Y un hermoso hombre...- Me interrumpió y la miré con los ojos entornados.
-Buena gente...- Continué. –Pero ya es momento de marcharme, como dije, ya hice todo lo que tenía que hacer.- Pude ver como Ana hacía una mueca extraña. –¿Qué? No estamos muy lejos, podemos seguir viéndonos allá.-
-Sí, eso está claro, si no te iré a patear el culo... Solo que...- Torcí mi cabeza confundida. –¿Estás segura que no quieres hablar con Harry primero? Digo, ¿Sabe que te vas mañana?- Mi estomago hizo algo raro, pero con una mano imaginaria le pegué fuerte para que dejara de hacer lo que siempre hacía cuando el tema de Harry salía a colación.
-Sabe que tengo pasajes para mañana Ana, y no, prefiero que las cosas se queden como están.- Mentí. Asintió sabiendo que era lo ultimo que hablaría de él.
-Entonces, un brindis por habernos conocido en tan raras circunstancias.- Ana levantó su vaso y lo hice sonar con mi botella para luego darle un abrazo apretado.
-Muchas gracias por todo lo que hiciste por mi.- Me miró extraño después de separarnos.
-No hice nada tonta, y no vengas con esa porquería de empezar a despedirte ahora, que me pondré a llorar como un bebé y quiero guardar mis lagrimas para cuando te acompañe al avión.- Me dijo con una sonrisa radiante.
-¿Tu que piensas hacer ahora? ¿Cuándo tienes tu pasaje de vuelta?-
-No tengo mucho que hacer ahora que te vas, así que pasaré un par de días más y volveré a casa.- Me respondió despreocupadamente.
Me pareció conmovedor que pensara en mi, aunque me dejó un sabor amargo su afirmación, no sé por qué, puede que sea el hecho de sentirme culpable por no quedarme unos días más para estar con ella, pero lo dejé pasar, mis vacaciones habían terminado.
Había perdido a Ana unos minutos cuando fui al baño y volví solo para encontrarme con dos taburetes vacíos, sin mi celular ni mi pequeña cartera. Pero antes de que pudiera preocuparme escuché la voz de mi amiga a mis espaldas. Giré y vi a Ana sentada en una pequeña mesa con mis pertenencias junto a dos hombres mientras su brazo flaco me hacía señas para que me acercara. Llegué hasta ellos y me senté en la silla que sobrara.
-Estos son Tom y Chris.- Dijo apuntando a cada uno mientras decía sus nombres. La miré con cara de "Qué mierda estás haciendo" pero solo me respondió con un guiño coqueta. –Tom me hablaba de cómo esa linda pelirroja sentada en la barra había captado su atención.- Levanté las cejas sorprendida por lo poco sutil de su comentario, supongo que los tragos se le habían ido un poco a la cabeza. –Esa pelirroja eres tu Carolina.- Maldición. No había previsto esto el día de hoy, no había previsto esto para nada. Le tendí la mano a ambos y me acerqué a Ana.
-Mira, antes que me mates recuerda que es tu ultima noche aquí, y ya me dijiste que Harry pasó al olvido. Al menos haz el intento de pasarla bien, y si no, hazlo por mi, este tipo está que arde de lo guapo que es.- Me dijo bajo y suspiré derrotada.
Tenía razón. Apenas volvimos a retomar lo que estaban hablando Ana se sentó un poco más cerca de Chris y no me quedó de otra que mirar a Tom.-¿Así que eres de Chile?- Me preguntó con su acento inglés.
-Así es.-
-He estado ahí, es muy bonito...- Mientras intentaba prestarle atención a Tom tenía que reconocer que Ana había hecho un buen trabajo encontrándolos, pues eran bastante apuestos. Tom tenía el pelo rubio y ojos azules como el mar, su rostro era terso y su nariz puntiaguda, mientras que Chris tenía el pelo oscuro y ojos cafés, sin duda era el más guapo de los dos, aunque Tom no se quedaba atrás, y ese acento los ponía en otro nivel de chicos guapos. "No suenan como Harry" escuché una voz molesta en mi cabeza y fue lo suficiente alta como para callarla al instante y dedicarle toda mi atención al hombre que tenía a mi lado.
Sorprendentemente no la estaba pasando nada de mal, Tom era un chico gracioso y con un humor bastante ingenioso, claro está, tenía mucho que ver con que tuviera 28 años.
Habíamos hablado de los lugares que habíamos visitado; yo en Londres y él en Chile, contándonos anécdotas y pequeñas historias de viaje.
-¿Dónde se metió mi amiga?- Le dije al notar que ni ella ni Chris se encontraban a nuestro lado. Tom sonrió.
-Quizás están conociéndose mejor en un lugar más oscuro.- Reí e hice una mueca de asco al captar lo que había dicho. Tomé otro sorbo de mi botella cuando noté que Tom me miraba sereno.
-¿Puedo darte un beso?- Mi mente se fue en menos de un segundo a unos ojos esmerarla penetrantes. ¿Qué mierda tenían estos ingleses que pedían permiso para todo? Esos ojos seguían mirándome en lo profundo de mi ser, pero no podía dejar que lo hicieran, y sin pensarlo dos veces asentí.
El rostro de Tom se acercaba como en cámara lenta, mientras esos ojos esmerarlas se iluminaban más, mostrando ahora un ceño fruncido, una mandíbula apretada, unos labios perfectos.
Pestañee para encontrarme con otros labios cerca de los míos, a punto de tocarse.-Lo siento.- Dije alejándome. –Lo siento, no puedo hacerlo.- Me miró confundido.
-Tienes novio.- Dijo afirmando algo que no sabía y volviendo a su posición.
-No, no lo tengo, solo no puedo.- Me disculpé. Tom me miró por unos segundos más y me regaló una sonrisa amable.
-Lo entiendo, no te preocupes.- Me dijo tranquilamente, y me sorprendí por su reacción. Le sonreí de vuelta y seguimos hablando de cualquier cosa, pero esos malditos ojos seguían apareciendo cada vez que cerraba los ojos, cada vez que mi mente no estaba cien por ciento concentrada, ahí estaban, tentando, jugando, acechando.
Malditos ojos hermosos.

ESTÁS LEYENDO
All The Love (Harry Styles)
FanfictionEran sólo 9 horas de viaje para comenzar las vacaciones de Carolina. 9 horas en un avión común y corriente, con un perfecto extraño a su lado. Nada fuera de lo normal. Pero ¿Qué pasaría si ese perfecto extraño sentado a su lado es Harry Styles?