Capítulo 2

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-¿Así que vas a vacacionar?- Me preguntó una vez que nos soltamos y ambos nos dimos un tiempo para calmar el tenso aire que se había provocado entre los dos. Asentí.

-¿Vacaciones de trabajo, estudio o de la vida?-

-Se podría decir que de las tres.- Me miró complacido por mi respuesta.

-¿Qué tal tu? ¿Vuelves a tu país?-

-Así es, tendremos nuestra ultima presentación, un par de meses de trabajo y podré darme unas vacaciones también.- Lo miré confundida.

-¿Presentación de qué?-

-Con nuestro grupo, somos cantantes.- Levanté mis cejas sorprendida.

-¿Cantan algo conocido?- Harry rió a gusto mientras pasaba su mano por su largo cabello.

-Se podría decir que sí.- Lo alenté levantando más mis cejas.

-Somos One Direction.- Me dijo tranquilo. Una carcajada salió de mi ser espontáneamente, Harry me miró confundido pero divertido.

-¿One Direction? ¿Esos niños adorables que cantan en una playa?- Aun no podía dejar de reír.

-Gracias por lo "adorable".- Me dijo con una sonrisa en su rostro.

-Hablo en serio, de que banda son, quizás los conozca.- Harry me miró esperando que siguiera hablado. –Espera ¿Hablas en serio?- Asintió. –¿No tienen unos 15 años los niños de esa banda?- Le dije ahora un poco más seria al ver su rostro.

-Lo tuvimos, pero las personas hacen algo interesante ¿sabes? Se llama "crecer"- Lo miré con una mueca de sorpresa falsa.

-¿No me digas?- Le seguí el juego.

-Lo juro, un año tienen 15 y al otro 16, después 17 y así sucesivamente, es algo digno de investigar.- Ambos reímos. Este tipo me caía mejor con el paso de los minutos.

-Lo siento, pero realmente no creo que seas de esos niños, la ultima vez que supe algo de ellos eran un grupo de adorables niños riendo y cantando en una playa.- Harry sonrió mostrando todos sus dientes, una sonrisa perfecta si me preguntan. Nos miramos por lo que pareció una eternidad y mi sonrisa comenzó a desvanecerse mientras la de él quedaba intacta. –No puedes ser uno de ellos, pareces como de... no sé, 26 años.-

-21, el primero de febrero tendré 22... Esa cosa rara de la que te hablaba que hace la gente cada año.-

-Dame un segundo.- Saqué rápidamente mi celular desactivando el modo avión y teclee rápidamente. One Direction 2015.

Ahí estaba él, su pelo largo al viento mientras sostenía un micrófono junto a tres hombres más, hombres, no niños como los recordaba.

-Que me parta un rayo.- Harry me dedicó una risa perfecta.

-Me siento una anciana.- Solté ya convencida.

-¿A que te refieres?- En sus ojos aún ardía esa chispa de diversión. Sonreí negando con la cabeza.

-No pareces una anciana si me preguntas a mi, ¿Cuánto tienes, unos 22? Tomé mi pecho teatralmente.

-Lindo.- Volvió a sonreír.

-¿21?- Volvió preguntar.

-Trata con tres años más.- Harry levantó las cejas sorprendido.

-Imposible, eres tan diminuta y...-

-Son las pecas, hacen que me vea como una niña indefensa, pero no te dejes engañar.- Lo interrumpí y ambos reímos.

-Me gustan tus pecas.- Me dijo después de un momento. Solté un suspiro derrotado.

-Las odio.- Me miró confundido y continué. –Intenta crecer con dos hermanos que te molestan por tenerlas.

-Creo que son lindas.-

-Muchas gracias señor...eh...-

-Styles.- Me respondió con leve movimiento de cabeza.

-Styles.- Probé como se sentía su apellido en mis labios. Me gustaba.

Nos mantuvimos callados mientras el avión despegaba, ayudándome así a ingerir el hecho que había estado viviendo bajo una roca y que tenía a uno de los artistas favoritos de mi prima pequeña sentado a mi lado.

-Tengo que preguntarte esto...- La cara de Harry se tensó un momento. –Ahora que sé quien eres... Aunque aun tengo mis dudas...¿Qué se siente...?-

-Por favor no digas "ser famoso".- Me interrumpió algo triste.

Me asombró la manera en que esa palabra salió de sus labios, como si fuera una mala palabra.

-...Volver a tu país...- Continué un poco más bajo. Algo en él se iluminó, seguí hablando mientras me miraba con una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes.

-Digo, pienso que no has estado ahí en un buen tiempo...- Esa sonrisa torcida que ya había salido antes ahora estaba en todo su esplendor.

-Oh, sí, bien, maravilloso de hecho.- Continué mirándolo un poco confundida por lo que acababa de pasar. -Lo siento. Pero ahora se me hace difícil hablar con alguien sin que me ponga esa etiqueta.- Me dijo disculpándose. Por instinto puse mi mano en su hombro pero la retiré al instante, olvidando que no estábamos en Latinoamérica, donde las muestras físicas son más comunes.

-Lo siento.- Me disculpé más por lo que iba a decir que por el hecho que la gente lo hiciera. -Pero, lo eres, quieras o no.- Su ceño se frunció –Es verdad, que la gente solo te vea por eso está mal, eso lo entiendo. Pero debes aprender a lidiar con el hecho que lo eres.- Se quedó pensando en lo que había dicho mirando hacía el pasillo. –Lo siento, no tengo por qué meterme en tu vida...- Negó con la cabeza. Harry me miró un momento más y pasó su mano lleno de anillos por su mandíbula.

-No te preocupes, tienes razón.- Su voz ronca y sus ojos cansados me miraron serenos. Hablamos un poco más de nuestras vidas, le conté que venía de Chile y que me encontraba haciendo un magister, le conté sobre de mis hermanos y mis padres. Él me contó sobre su vida, su hermana y lo difícil que sería tener estas vacaciones ya que había trabajado de corrido por cinco años sin parar. Me contó un poco de cuando estuvo en mi país y lo lindo que le pareció. Mientras hablaba me fijaba en sus facciones, en su ceño fruncido y como su brazo tenía unos tatuajes que me parecieron interesantes.

Y así ya habían transcurrido un par de horas sin dejar de conversar sobre cosas tan banales como el color amarillo, hasta conversaciones profundas como nuestros más terribles miedos.

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora