Capítulo 6

419 26 1
                                    

No me importaba perder el día de turisteo por encontrarme con Harry, sabía que aun me quedaban muchos días para hacer todo lo que quería hacer.

Me costó un poco llegar a la dirección que me había dado Harry, ya que se encontraba considerablemente lejos de donde me hospedaba.

No estaba nerviosa, si no que ansiosa, quería contarle lo que había visto, quería compartir con él estos pocos días que había estado en su país, lo maravilloso que encontraba todo y lo fascinada que estaba con cada cosa nueva que veía. Y también claro estaba, quería saber de él.

Me acerqué a la puerta del café, pero antes de poder entrar oí mi nombre en una voz rasposa y ronca, una voz que ya reconocía bien.

-¡Harry!- Volteé para encontrarme con un despampanante chico británico, con una simple polera banca y pantalones negros ajustados, algo tan común pero que en él se veía extremadamente bien.

Caminamos los pocos pasos que nos separaban y sin esperarlo Harry me abrazó con fuerza haciendo que mis talones se despegaran del suelo.

-Vaya, necesitaba un abrazo así.- Le sonreí al separarnos. Harry me miró curioso mientras caminábamos hacía la entrada del local. –A veces solo necesito un abrazo, eso es todo.- Me miró regalándome esa sonrisa torcida.

-Me alegro que hayas venido.- Me dijo mostrando sus hoyuelos y sus ojos esmeralda sinceros y mi corazón aumentó un par de centímetros.



-¿Por qué elegiste este café?- Le pregunté una vez sentados en la mesa más lejana a la entrada.

-Es bien tranquilo, se supone que los paparazis no vienen hasta aquí a molestar, y aparte.- Dijo mirando hacía atrás. –Hay una salida trasera por si es que llegasen.- Levanté las cejas sorprendida con la precaución que había tomado Harry, no conocía su mundo, ni lo que tenía que hacer para salir solo, pero no objeté ni le pregunté.

-¿Cuál fue tu castigo por hacer lo que hiciste?- Le pregunté mientras tomaba un sorbo de mi café y el pasaba su mano con anillos por su cabello largo.

-Un buen reto y una advertencia, eso fue todo.-

-¿Por qué te retarían por hacer algo así?- Los ojos esmeralda que solían brillar se apagaron un momento, respiró profundo buscando las palabras adecuadas.

-Tenemos ciertas "reglas" que debemos cumplir.- Miró hacía la entrada, como queriendo escapar de la conversación. –Es parte de nuestro contrato.- El aire se había transformado en algo pesado y denso, así que decidí cambiar el rumbo de la conversación al notar lo incomodo que se había puesto Harry.

-¿A cuantas personas les preguntaste lo mismo que a mi?- Los ojos esmeralda volvieron a la conversación.

-A montones, la mayoría eran fans aprovechando la oportunidad de decirme lo mucho que nos extrañarían en nuestro sabático, así que no fue tan malo después de todo.- Me sonrió y le devolví la sonrisa.

-¿No se te ocurrió preguntar mi twitter cuando estábamos en el avión?- Levantó los hombros.

-No sabía que te quería volver a ver hasta que llegué a mi hotel. Fue agradable conocerte y me pateé por dentro por no haberlo preguntado. Además.- Añadió. –Tu fuiste la que dijiste que no querías volver a ver mi rostro.- Levantó una ceja perfecta.

-Eso fue cuando te estabas comportando como un verdadero idiota.- Le respondí divertida.

-Y tu como un dolor en el trasero.- Me objetó.

Nos pasamos la tarde conversando tal cual lo habíamos hecho hace unos días, y ahora me di el lujo de notar cosas que no había hecho antes. En como su mirada era extremadamente penetrante, tanto que a veces sentía como el rubor subía a mis mejillas con solo contarle una historia mientras él no apartaba la vista de mis ojos. En como se mojaba los labios antes de sonreír o el pequeño tic que tenía al pellizcarse el labio mientras pensaba en alguna respuesta. En como saltaba el musculo de su mandíbula haciendo que fuese destinada a cortar diamante. En sus labios, sus brazos cubierto de tatuajes y como unas pequeñas alas de golondrina se escabullían por debajo de la tela de su polera, tentando a cualquiera que las mirasen. Todas esas pequeñas cosas que antes no había notado hacía que esta vez pudiera ver lo apuesto que era. Lo extremadamente apuesto que era. Tanto que era ridículo.

-¿Acaso subí de categoría?- La voz ronca de Harry me sacó de mi ensimismamiento. Moví mi cabeza para volver completamente.

-Disculpa ¿De que hablabas?- Harry apoyó suavemente su codo en la mesa posicionando su mentón en la palma de la mano mientras se acercaba un poco más.

-Me estabas mirando los labios ¿Sabías?- El color explotó en mi rostro completo. Solté un bufido corto.

-De qué hablas, te estaba prestando atención, eso es todo.- Me sonrió sin apartar la vista de mi rostro enrojecido.

-¿Ah sí? ¿De qué estaba hablando?- Ladeó su cabeza testeándome mientras sus ojos se entornaban coquetamente. Intenté buscar en mi cabeza el ultimo tema que habíamos sacado.

-Hablabas de cómo habían cambiado el single.- Harry apoyó su espalda en el respaldo de su silla sorprendido por mi respuesta. Me había salvado.

-Vaya, así que puedes hacer dos cosas a la vez.- Me dijo juguetón.

-No te des tanto crédito, sigues siendo adorable.- Le dije entornando los ojos.

-Ahá, la próxima vez intenta no morderte el labio cuando miras los míos y te creeré.- Noté como su lengua salía a jugar en la comisura de su labio mientras me dedicaba una sonrisa presumida y tomé un sorbo del jugo que había pedido para climatizar el calor que sentía.



Nos estábamos riendo de algo que había dicho cuando el mesero se acercó a nosotros.

-Disculpen, el horario de la cena ya está disponible por si quieren ordenar algo.- Nos dijo el tipo rubio y alto. Miré la hora en mi reloj y noté lo tarde que era. Abrí mi boca para decir algo pero Harry me interrumpió.

-¿Te apetece cenar?- Me preguntó.

-No lo sé Harry, es bastante tarde, tengo que volver a mi hostal y no me manejo bien aquí, menos de noche.- La mano de Harry hizo un gesto como si espantara una mosca en el aire.

-Tráiganos la carta por favor.- Le dijo al hombre parado junto a nosotros. El hombre giró en sus talones complacido y desapareció.

-Harry...- Comencé a decir pero me detuvo.

-Tengo auto aquí, no te preocupes, te llevaré cuando terminemos.- Me dedicó otra de sus sonrisas juguetonas.

-¿Estás seguro? Es bastante lejos.- Ladeó la cabeza regañándome con la mirada y levanté las palmas al techo. No me molestaría guardar dinero en transporte así que no seguí protestando.

Después de haber tenido una pequeña riña sobre quién pagaría la cuenta (la cual perdí miserablemente) salimos por la puerta delantera hacía su auto. Era bastante tarde y no parecía haber mucha gente fuera por lo que supuse que no era necesario para Harry escabullirse por la puerta trasera.

Un auto deportivo nos esperaba estacionado a una cuadra de donde nos encontrábamos, sus vidrios tintados y su color hacía que luciera intimidante y mi mandíbula cayó disimuladamente al ver lo perfecto que era, "como su dueño" me dijo una voz en mi cabeza y la pateé al instante.

Por instinto me paré al lado de la puerta del piloto haciendo que Harry soltara una risa tierna, lo que hizo que cayera en cuenta que estaba equivocada. Lo fulminé con la mirada mientras rodeaba el auto para entrar por el lado correcto.

-No digas nada.- Le reproché. Harry me sonrió divertido.

-Uno se acostumbra.- Me respondió aun con su sonrisa en los labios. Y ambos subimos a su auto. 

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora