Capítulo 15

353 25 1
                                    

-Mierda Harry...- Pero su cuerpo me interrumpió cuando empujó la puerta entrando a la habitación. Suspiré preparándome mentalmente a lo que venía. –Pasa por favor.- Le dije sarcásticamente cerrando la puerta a mis espaldas.

-No es lo que parece, si me dejas explicarlo lo entenderás.- Su voz sonaba irritada, lo que hizo que el enojo que tenía en mi, el que ayudaba a cubrir lo que realmente sentía se agrandara.

-Harry escúchame.- Giró su cuerpo borracho para quedar de frente al mío. Su camisa blanca con los botones hasta la mitad de su pecho mostrando parte de sus tatuajes hizo que dudara por unos segundos. Miré hacía otro lado y tomé fuerzas. –Harry.- Repetí calmada. –No necesito que me des explicaciones, solo necesito que te vayas, no quiero tener problemas.-

-¡Por la misma mierda!- Salté por lo fuerte que salieron esas palabras. –¡Estoy harto!- Harry comenzó a caminar como animal enjaulado en mi habitación, luchando con las palabras, luchando por lo que sentía, pasando su mano por su cabello y sus labios.

-¡Estoy harto de que me digan lo que tengo que hacer, maldita sea!- Supe en ese mismo momento que ya no me hablaba a mi, supe que se estaba descargando al mundo, a su vida en general, haciendo que ese acento que tanto me gustaba se marcara como nunca lo había hecho antes. –¡No puedo hacer nada, no puedo hablar nada, no puedo pensar en nada que no sea en lo que me dicen esos malditos!- Me agarraba las costillas con fuerzas aun cerca de la puerta, inmóvil, mientras veía como Harry se desmoronaba frente a mi.

Siguió hablando fuerte, moviendo los brazos y peleando contra el universo. No sabía que hacer, no sabía que decir, no me había imaginado esto, no estaba preparada para esto.

-¡Harry detente!- Grité al fin. Pude ver como su pecho se movía con violencia y sus ojos vidriosos y ebrios me miraban enojados.

-Ellos me dijeron que lo hiciera Carolina, es todo parte de los raitings.- Dijo al fin sentándose derrotado en mi cama. –Yo no quería, tienes que creerme, pero tuve que hacerlo, está en mi contrato.- Su voz ronca sonaba ahora como un susurro, y mi corazón se partió, no en uno, no en dos, si no que en miles de pedazos al verlo así. Me acerqué cautelosamente y me senté a su lado.

-¿Qué fue lo que te dijeron que hicieras?- Le pregunté calmada.

-Tengo que hacerle creer al mundo que estoy con ella, y no contigo como lo creían hace unos días.- Algo en mi se volvió a apretar. Levantó su cabeza, sus ojos esmerarlas y vidriosos me penetraron de lleno y pude ver el cansancio en ellos.

-Es mejor así...- Comencé a decir. –Mira, lamento todo lo que ha pasado, solo te he causado problemas con tu trabajo y realmente no quiero...-

-No la besé.- Me interrumpió. –No la besé Pecas, sé que en esa maldita foto parece como si lo hiciera, lo sé, porque era lo que tenía que hacer, pero no lo hice, no pude.- Cerré los ojos para calmar lo que su voz y esas palabras me provocaba, pero sabía lo que era mejor para ambos, sabía lo que tenía que hacer.

-Harry, te creo...-

-Tengo que seguir viéndola...- Me volvió a interrumpir, su lengua aun arrastrando las palabras. –Tengo que verla mañana para desayunar, para almorzar y luego para cenar.- Mi corazón se volvió a romper, ahora por las palabras que salían de su boca.

-Harry, haz lo que tengas que hacer.- Sus ojos se clavaron en los míos con un dejo de esperanza en ellos. –Pero debes saber que yo no estaré ahí para verlo.- Pude ver como algo en él se rompió y me pateé por dentro. Me volví a repetir mentalmente que esto lo había provocado yo, que yo era la culpable de sus males, si no hubiera respondido ese maldito twitt las cosas para él serían diferentes.

-Pecas...- Pero lo detuve acariciándole el rostro demacrado y borracho, pero aun perfecto, haciendo que el pequeño contacto produjera cosas en mi que odiaba.

Quería besarlo, quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien, que estaría ahí para él, pero no podía, no solo por lo que estaba pasando, si no que por todo lo demás, por todo en general. Yo era una plebeya y él era de la realeza, viviendo en mundos diferentes, viviendo en países diferentes, esto no tenía ni pies ni cabeza, y aunque una parte de mi quería con todas las fibras de su ser crear un cuerpo para conectarnos no se podía, y lo sabía, lo sabía bien.

-Quedémonos con el buen recuerdo de habernos conocido.- Le dije mientras pasaba mi mano por su cabello desordenado. –Fuiste un amigo en un país extranjero cuando no tuve ninguno, una escapatoria a mi mundo cotidiano, y le agradezco a la vida por haber tomado ese asiento en el avión y haberte conocido.- Sus ojos se cerraron a mis palabras mientras mi mano se ahuecaba su mejilla. –Te quiero Harry, pero ambos sabemos que no hay nada que se pueda hacer.-

El musculo de su mandíbula saltaba mientras mi mano lo acariciaba intentando calmarlo. Su ceño se tatuaba en su frente haciendo que me odiara por dentro, pero estaba segura de mis palabras, estaba segura como nunca lo había estado en la vida, sin poder evitarlo lo quería, lo quería lo suficiente para dejarlo ir.

Sus ojos se abrieron para encontrarse con los míos que luchaban para que las lagrimas no los abordaran. Nos miramos por lo que pareció una eternidad y algo en mi se alarmó.

-Harry, ¿como llegaste hasta aquí?-

-Manejando.- Dijo sin apartar la vista de mis ojos y lo odié por haber manejado en ese estado.

-No te irás de aquí hasta que se te pase la borrachera, no lo permitiré.- Harry asintió triste, sabiendo que no sería como la ultima vez que pasó la noche aquí, y sabiéndolo yo también. Me acerqué hacía las almohadas de mi cama y le hice un gesto para apoyara su cabeza en ellas mientras yo hacía lo mismo, quedando ambos de frente acostados en la cama, tal cual habíamos estado la noche anterior, pero ahora en un contexto totalmente distinto, haciendo que el recuerdo de esa noche quedara solo como eso; un simple recuerdo, distante y triste.
Luché con todas mis fuerzas para no acercar nuevamente mi mano y acariciarle el rostro, pero fallé miserablemente.
Sus ojos se volvieron a cerrar bajo mi contacto mientras acariciaba todo rostro con la yema de mis dedos, suavemente, intentando grabar ese rostro perfecto, su piel tersa, sus ojos, sus pómulos, su mandíbula hermosa, pasando mis dedos por sus labios. Suspiré. Esos labios.

Cerré los ojos alejando con pesar mi mano para dejar que todo se fuera de una vez por todas, pero algo presionó mi boca con delicadeza.

-Yo también te quiero.- Sentí la voz rasposa de Harry contra mis labios. -Buenas noches Pecas.- Me dijo volviendo a su posición.

-Buenas noches Styles.-

Y lo miré hasta que su respiración se volvió monótona, dejando ahora que un par de lagrimas corrieran libres por mi rostro.

All The Love (Harry Styles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora