"Broken girl"

47.-Nacer, amar, crecer, amar.

"-¿Te puedo pedir un favor antes de que te marches?
-Dime.
-Por favor no lastimes a alguien más... como hiciste conmigo".

EMMA:

Desperté esa mañana, y todo se sentía diferente, como cuando sabes que todo esta bien, pero no se siente así.

Me levanté de la cama y vi las maletas hechas y una muda de ropa sobre la cama que decía "más vale que despiertes pronto y corras a bañarte ya que tenemos que ir a casa", sonreí inconscientemente e hice lo que la nota decía, moverme con esta panza era de las cosas más difíciles del mundo.

Me vestí y salí de la cabaña para ver a mi esposo viendo hacia el mar, con las manos en los bolsillos y esa mirada en la que sabías que sus pensamientos se habían ido a otro lado.

Me acerque a el y lo abracé por la espalda, tanto como mi vientre me permitía, como en los viejos tiempos.

Este sonrió y tomó mis manos entre las suyas sin hacer que dejara de abrazarlo.

-Te amo. -Susurró este aún mirando al mar.

-También te amo... -Dije caminando al frente de el para abrazarlo y besarlo. -¿Qué pasa? -Pregunté ya que yo conocía de más a este hombre.

-¿No te gustaría despertar cada día junto al mar? -Dijo este, mirándome directo a los ojos y yo, sabiendo que estaba planeando una locura.

-¿De que hablas? -Dije desconcertada.

-Quiero vivir aquí, contigo a mi lado y nuestros pequeños corriendo por la orilla del mar con miedo de que sus piecitos se mojen. -Sentí el nudo creciente en mi garganta y abrace a mi esposo, sentía las lágrimas inhudando mis ojos, sin embargo, no podía decir nada, aún no.

Duramos en esta bella cabaña más de lo que habíamos planeado, ya que con el embarazo era más difícil viajar, pedimos una licencia de tiempo en nuestros empleos y se nos fue concedida a ambos.

Nos dedicamos a mirar el mar por lo que pareció una eternidad, mi amoroso y adorable esposo me dio un beso, para luego tomar mi mano y recordarme que debíamos irnos.

Tome una maleta pequeña, y de pronto comencé a sentirme mareada.

No dije nada, tuve muchas borracheras en la universidad como para saber disimular un mareo.

Camine normal hasta el auto, subiendo al asiento del copiloto, y con Ryan en el del conductor.

Al llegar a nuestra casa, el mareo venía acompañado de un dolor insoportable en el vientre.

Algo estaba mal.

Decidimos recostarnos en nuestra cama, creí que si me recostaba me sentiría mejor, Ryan después de 15 minutos se quedó profundamente dormido.