Capítulo XIII: Compañeras en el Crimen

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     Joyce ha sido mucho más comprensiva que mi madre con respecto a la noticia de mi suspensión. Mi madre no ha sabido si lo que debe hacer es felicitarme por mis acciones heroicas o reñirme por ello, mientras que Joyce tan sólo me ha asegurado que la casa de los Price será también mi casa siempre que lo necesite.

Por un momento, en los ojos de Chloe brilló la ilusión al escuchar que Joyce no objetaba en absoluto el hecho de que yo me mude temporalmente a este lugar. Fue como haber visto el mismo brillo que en sus ojos solía aparecer cada vez que planeábamos una fiesta de pijamas exclusiva para nosotras dos.

Joyce nos ayudó a traer mi equipaje a la habitación y le ordenó a Chloe que me ayudara a instalarme, aunque Chloe se negó en cuanto su madre le dio la espalda y simplemente se tumbó en la cama para fumar un porro mientras yo colocaba mi ropa en el armario. Al final he tenido que pedirle a Joyce que se encargue de cuidar a Lisa, sólo por temor a que Chloe intente fumarse a mi planta en un arranque de locura propiciado por su dosis nocturna de hierba.

Extrañaré un poco mi mural de fotografías, a decir verdad. Pero Chloe ha sido condescendiente conmigo y me ha dejado iniciar un nuevo mural con las fotografías que he tomado últimamente. De alguna manera, con sólo algunos cambios mínimos, esta habitación ya comienza a sentirse como mi segundo hogar.

Las horas pasan. Ya es media noche y nosotras no podemos ir aún a dormir. Quisiera decir que estamos divirtiéndonos y recuperando el tiempo perdido, pero en realidad es todo lo contrario. Chloe sigue tumbada en su cama, entre una nube de humo de hierba, y habla con aire pensativo. Cualquiera podría pensar que está desvariando, pero yo no. Yo sé que tiene razón en todo lo que dice.

—Te lo digo, Max. Rachel y Kate Marsh están relacionadas. Tiene que ser verdad.

Sé que tiene razón. Lo contrario parece ser imposible. Las coincidencias existen, pero ninguna puede ser tan evidente como ésta. En definitiva tiene que haber algo más detrás de todo esto.

Algo extraño está sucediendo en Blackwell, y yo voy a descubrir lo que es.

—Rachel era estudiante de Blackwell, ¿no es así?

—Sí.

—Tal vez salimos de Blackwell antes de tiempo. Alguien tiene que saber más de lo que aparenta.

—El único imbécil que definitivamente sabe algo tiene que ser el director Wells. Pero no querrá hablar con nosotras.

— ¿Cómo estás tan segura de que Wells tiene algo que ver con ese asunto?

Chloe se incorpora y deja a un lado el porro junto con el cenicero.

—Me di cuenta de eso desde que lo escuché hablar sobre Kate Marsh. Ese sujeto estaba totalmente dispuesto a negar lo evidente.

—Suspendió a Nathan.

—Y te suspendió a ti. Pero Nathan no sólo merecía una suspensión, ¿sabes? Por toda la mierda que ha hecho, créeme que ese idiota merecería estar en prisión. Pero no pueden relacionarlo con la muerte de Kate Marsh.

—Te agradecería si no dices eso en voz alta durante unos días. Aún siento que la culpa va a comerme desde dentro. Lo único que me pregunto ahora es si... Mierda.

— ¿Qué pasa?

—El conejo de Kate.

— ¿El conejo de Kate?

Love is StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora