Capítulo L: ¿Todo Está Bien?

494 55 21
                                    

     Algunas voces son lo primero que mis oídos consiguen captar poco antes de que mi visión comience a aclararse. Sé que estoy en un sitio concurrido, y que por alguna razón estoy esperando a que una maraña de personas consiga organizarse para que yo pueda unirme a la fila que ahora mismo están formando. Hay una maleta a un lado de mis piernas, y junto a mí se encuentra nadie menos que el director Wells.

Basta con dar una mirada a mi atuendo para darme cuenta de que sigo siendo yo misma.

En mis manos se encuentra el pase de abordaje para el vuelo que podría cambiar mi vida para siempre, como si todo lo que ha ocurrido últimamente no fuese suficiente.

San Francisco.

¿Eso significa que...?

Viajar entre realidades es confuso. Especialmente a la hora de aparecer en un nuevo sitio, sin tener idea de cómo es que he llegado aquí o de a dónde es que me dirijo.

Es hora de obtener respuestas.

—Uh... Director Wells...

Él me mira y esboza una sonrisa similar a la utilizaría un padre cariñoso en esta situación.

—Max... Luces pálida. Nerviosa, ¿eh?

Lo estaría si supiera por qué es que debo estarlo.

—S-sí... Un poco...

—Descuida. Podrás comenzar a entrar en pánico cuando hayamos aterrizado en San Francisco. Aún puedes matar el tiempo cuando estemos en la sala de espera.

— ¿A-a qué hora sale nuestro vuelo?

—Un par de horas. Vamos justo en tiempo.

— ¿Y-y a qué hora llegaremos a San Francisco?

—Con tiempo suficiente para que puedas dormir un poco antes del gran día. ¿Estás lista?

—N-no del todo... Apenas puedo creer todo lo que ha pasado en los últimos días...

Su semblante se ensombrece.

Bien jugado, Max.

—Sí... Para todos ha sido difícil. Yo... Apenas puedo creer que semejantes atrocidades estuviesen pasando justo frente a mis ojos. Mark Jefferson parecía tan... confiable.

—Nos engañó a todos. No cabe duda de que él pudo haber utilizado este viaje para seguir cometiendo esos crímenes.

—Por suerte, ya está en donde debe estar. Ahora sólo debemos esperar a que las autoridades se encarguen de él, y de Nathan Prescott.

—Jefferson utilizaba a Nathan.

—Eso ya lo has dicho, Max. Y Nathan lo dijo también... Pero lo que necesita ahora es afrontar las consecuencias de sus acciones. Lo que hizo con Rachel Amber... Pobre chica. Era demasiado joven. Por suerte, actuamos a tiempo. Así podremos evitar perder a dos estudiantes de Blackwell.

—Kate...

—Sí... La señorita Marsh estará bien ahora que sabemos la verdad. Especialmente ahora que Victoria Chase ha sido expulsada. Todo, gracias a ti... Max, aún no termino de entender cómo es que lo supiste.

Mierda.

—B-bueno... Y-yo... E-estaba siguiéndole la pista a Rachel Amber...

—Salvaste incluso la vida de Chloe Price. No cabe duda de que eres una heroína, Max. Si pudiese encontrar alguna manera de premiarte, lo haría. Quiero decir... El viaje a San Francisco podría tomarse como un premio, pero no es algo que hagamos para agradecerte. Tú te lo has ganado, con tu propio talento. Además de ser astuta, inteligente, valiente y perspicaz, eres una gran fotógrafa.

—Sí, bueno... M-mi mejor amiga me dijo en una ocasión que todos los artistas son rechazados antes de ser aceptados. Supongo que... sólo me arriesgué.

—Y triunfaste. Mereces más de lo que todos podemos darte.

Y es así como él terminar de decir todo lo que, al parecer, puede decirme.

Así que todo esto es lo que he causado. Logré encarcelar a Jefferson y a Nathan. Han encontrado el cuerpo de Rachel. Kate está viva. Chloe está a salvo. Gané el concurso.

No hay tormentas acechando.

Todo está bien... ¿Todo está bien?

— ¡Max!

Wells y yo nos giramos en cuanto escuchamos esa voz, que a su vez llama la atención de otras personas. Siento que mi mundo se ilumina en cuanto veo a Chloe entrar a toda velocidad al aeropuerto, para correr hacia nosotros como si no hubiese un mañana.

Mi punk peliazul.

— ¡Max, espera!

Finalmente llega con nosotros, y el director tiene la decencia de alejarse por un instante para darnos un poco de privacidad. Chloe se inclina hacia adelante para recuperar el aliento, esbozando una divertida sonrisa.

—Chloe, ¿qué haces aquí?

—Me he... Me he quedado dormida... C-creí que no llegaría a tiempo...

— ¿A tiempo...?

—Sí, sí... Lo sé. Nos despedimos anoche, pero... N-no quería dejarte ir sin desearte suerte.

Espera un momento.

Nos despedimos anoche, ¿y sólo hoy me deseas suerte?

Te detesto, Chloe.

—Descuida. Creo que no la necesito.

No después de todo lo que he hecho. No después de que, por primera vez, he hecho las cosas correctamente.

— ¡Por supuesto que la necesitas! Maldita sea, Max... Atrapaste a un par de psicópatas, evitaste que uno de ellos me hiciera daño, resolviste el mayor misterio de Arcadia Bay, y ganaste un concurso. Todo en un mismo día. Joder, hermana, ¡eres la mejor! No cabe duda de que eres Súper Max.

—Eso creo... Desearía que pudieras venir conmigo a San Francisco. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvimos juntas...

—Serán sólo un par de días. Pero esta vez tendrás que prometer que me llamarás en cuanto hayas vuelto a Arcadia Bay. De lo contrario, iré a Blackwell. No te gustarán mis métodos para castigarte, créeme.

Luce tan feliz... Es tan distinta a la Chloe destrozada que vi por última vez después de encontrar a Rachel. ¿Será que esa diferencia se debe a que la Chloe que ahora tengo enfrente no desenterró a Rachel con sus propias manos?

—Lo prometo. Cuando vuelva, serás la primera en saberlo.

—Bien.

Me envuelve en un fuerte abrazo que me eleva a un par de centímetros del suelo, literalmente. Y cuando me libera, mis labios buscan los suyos por un instante hasta que conseguimos unirlos durante un intenso minuto. Al separarnos, Chloe no hace ningún esfuerzo para cubrir su sonrojo. Y yo me siento ridícula.

No has besado antes a la Chloe de esta realidad, Max. No hay nada entre nosotras aún

¿Cómo esperabas que ella reaccionara, estúpida?

Por suerte, Chloe sólo esboza media sonrisa.

Es así como te recuerdo, Chloe.

—Buena suerte, hippie. ¡Demuéstrales que eres la mejor! ¡Eres una súper estrella!

Y chocamos nuestras manos por un instante, en el que no hay visiones imprevistas ni más preocupaciones.

Finalmente lo he conseguido.

Es así como las cosas siempre debieron ser... ¿Cierto?


Love is StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora