Capítulo LV: Perdóname, Max.

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     Mierda... ¡Rebobina, Max!

Levantar mi mano es una tarea titánica, y el dolor en mi cabeza es cada vez peor conforme las cosas comienzan a regresar al sitio en el que estaban hasta hace unos segundos. Quisiera regresar hasta el momento en que escuché su voz, pero no puedo más. N-no puedo más... Cuando me doy cuenta, estoy de nuevo sentada en la silla de madera y sintiendo cómo se impacta el trípode contra mi rostro.

No te dejes derrotar en este momento, Max.

¡Hazlo por Warren!

No sé de dónde es que he sacado las fuerzas necesarias para atrapar las piernas de Jefferson entre las mías, haciéndolo caer al suelo.

Eres mío, maldito bastardo.

La silla rota es de utilidad para tomar lo que antes fue un descansabrazos y utilizarlo como arma contundente para golpear la cabeza de Jefferson un par de veces. Sin embargo, él vuelve al ataque y se prepara para dispararme.

— ¡Max...!

De un momento a otro, Warren ya está intentando sujetar los brazos de Jefferson. Lo domina el tiempo suficiente para propinarle un puñetazo en el estómago y lanzarlo hacia esas luces costosas que caen sobre él. Warren toma el arma y apunta con ella hacia la cabeza de Jefferson, a la par que extiende un brazo frente a mí para protegerme mientras yo lidio con el sangrado que ha dejado el golpe del trípode.

Trabajosamente, Jefferson se levanta y avanza hacia atrás.

No escapa. Tan sólo está acechando.

—Warren Graham... —dice Jefferson con auténtico odio, y entre jadeos a causa de su respiración agitada—. ¿Cómo mierda...?

— ¿Cómo fue que sobreviví? —Ataca Warren con valentía—. ¿Quiere que Max escuche cómo es que usted intentó eliminarme a mí, a David Madsen y a Frank Bowers?

¿Qué...?

Chloe... ¿Dónde está Chloe...?

—Te crees muy valiente, ¿no es cierto? —se burla Jefferson—. ¿Qué vas a conseguir con todo esto, niño? De cualquier manera, nadie tiene idea de lo que está sucediendo aquí. Y puedo asegurarme de sacarte del camino, aún cuando yo me quede sin mi modelo estrella y tú pierdas a la zorra que te estás follando.

¿Qué...?

—Eso no pasará —asegura Warren—. Ahora que sé la verdad, no descansaré hasta que sea usted quien pague por lo que sucedió con Rachel Amber, Kate Marsh y Chloe Price.

N-no... ¡Chloe...!

—No tienes las agallas —sonríe Jefferson con malicia—. Aún cuando creas que eres valiente por sostener un arma, no eres lo suficientemente hombre para disparar. Sólo espero que todas mis cámaras de seguridad realmente puedan ayudarme a... capturar el momento.

Jefferson actúa velozmente, tomándonos por sorpresa. Abre las puertas del gabinete que tiene detrás para tomar un arma, apuntar hacia nosotros y tirar del gatillo. El sonido de la detonación me ensordece, aunque también me ayuda a levantar la mano y hacer un inhumano esfuerzo para congelar el tiempo. La bala se detiene cuando está justo frente a mí, en la posición exacta para atravesar mi cráneo.

M-mi corazón duele, pero tengo que seguir esforzándome...

No puedo evitar deshacerme en un alarido de dolor cuando invoco a mis poderes para hacer que el tiempo retroceda, hasta que Jefferson está a dos pasos de distancia del gabinete cerrado. Y en cuanto el tiempo retoma su curso y todo vuelve a la normalidad, siento que pronto me desmayaré. M-mi cabeza... M-mi nariz...

Love is StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora