Capítulo LXII: Ya No Más

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¡Hey, hola! Ustedes hablaron y yo obedezco. Con una victoria aplastante, el final seleccionado por voto popular fue: Sacrificar a Arcadia Bay. ¡Que lo disfruten!

     —Max... Es hora...

La lluvia arrecia. No puedo dejar de mirar fijamente a Chloe, sin atréveme a mirar durante más de dos segundos la fotografía de la mariposa azul. Tengo miedo de que mis poderes me traicionen en el último momento, llevándome al día en que tomé esa foto y obligándome a tomar decisiones que no quisiera tener que tomar.

El tornado sigue avanzando, llevándose consigo todo rastro de la vida que hubo alguna vez en Arcadia Bay. Me cuesta mirar ahora hacia la ciudad, recordando que Joyce podría estar resguardada ahora mismo en el Two Whales. Pero si no estoy yo ahí, ¿quién evitará que el derrame de gasolina haga estallar el restaurante?

¿Por qué nunca puedo hacer las cosas bien...?

¿Por qué debo tomar la decisión de asesinar a alguien para que todo esto pueda...?

—Max...

Sé que Chloe intenta ser fuerte por mí. Sé que pretende que su mirada firme me llene de confianza para tomar esta decisión. Pero lo único que puedo hacer es sucumbir ante el llanto. Kate camina hacia mí a toda velocidad para envolverme en un fuerte abrazo con el que pretende devolverme un poco de fuerza.

Rachel, sin embargo, dirige también una mirada hacia el tornado. Agacha el rostro por un instante y se reúne con nosotras, colocando una mano sobre el hombro de Chloe para romper de alguna manera la tensión que nos rodea.

—Esta no es la manera —insiste—. ¡Ninguna de nosotras tiene que morir para que esto se resuelva! Juntas podremos encontrar una solución. Quizá si volvemos en el tiempo mediante alguna de las fotos de Max, podríamos...

—No.

No sé qué mosca me ha picado. Sólo me doy cuenta de que las miradas que me dirigen Kate, Rachel y Chloe son las mismas que utilizarían para comunicarme que seguramente he perdido la cabeza. Tal vez ninguna de ellas esperaba que yo tomara la iniciativa tan rápidamente. Y a decir verdad, yo tampoco puedo creerlo.

— ¿A qué te refieres, Max? —pregunta Kate con cautela.

—Me refiero a que todo esto realmente ha sido mi culpa, aún cuando no quieran admitirlo... ¡Todo esto sucedió porque utilicé irresponsablemente mis poderes! Creí que les estaba haciendo un bien a los demás... Creí que estaba haciendo lo correcto, pero cada una de mis decisiones terminó por orillarnos a esto. Si hay una culpable de que la tormenta haya sucedido... ¡Soy yo!

— ¡Y una mierda! —Responde Rachel—. ¡Somos un equipo, Max! ¡Todavía podemos encontrar alguna manera de resolverlo! Sólo tenemos que pensar... Quizá en tu diario podamos encontrar la foto correcta, la foto que necesitamos para volver de nuevo en el tiempo y hacer algún cambio que...

— ¡Eso no cambiaría nada, Rachel! ¿Es que no lo entiendes? ¡Es mi culpa que tú estés viva! ¡Es mi culpa que Frank esté muerto! Si yo no hubiera torcido tanto al universo, entonces... ¡No quiero seguir haciendo esto! ¡Quiero renunciar a esta maldita habilidad!

—No puedes escapar ahora, Max —dice Chloe—. ¡Es la única manera!

—No, Chloe... Ya no más...

Las tres intercambian miradas.

Ninguna de ella parece entender lo que les he dicho.

—Esta maldición que llevo dentro de mí únicamente nos causará más y más desgracias si no nos detenemos... No sé cómo fue que obtuve mis poderes ni por qué es que soy yo quien debe cargar con ellos. Lo único que ahora sé es que haga lo que haga, todas mis decisiones tendrán consecuencias. Si vuelvo a ese día en que tomé la fotografía de la mariposa, Chloe morirá. Y yo jamás volveré a verlas...

—Tal vez podamos hacer un último esfuerzo —propone Kate—. Max... P-podemos usar alguna de las selfies que tomamos en los últimos días para volver en el tiempo contigo y asegurarnos de advertirle a Joyce, a Warren y a David acerca del tornado. Advertirles a tantas personas como podamos, con tal de salvar todas las vidas que sea posible.

Pero yo sólo niego con la cabeza.

—No —respondo—. Chloe tiene razón... Hemos sido egoístas, persiguiendo sólo lo que parecía ser correcto para nosotras. Así que por una vez tenemos que aceptar nuestro destino... Tendré que cargar por siempre con la maldita culpa por haber sacrificado a tantas personas, pero... P-pero... ¡Me niego a vivir en un mundo sin ustedes! ¡Me niego a perderlas de ninguna manera! ¡A todas ustedes las he visto morir, y no quiero vivir por siempre recordando que causé que murieran una vez más! Y tampoco tengo el valor para terminar con mi propia vida... ¡Soy una maldita cobarde que únicamente ha traído toda esta mierda sobre nuestro hogar por el temor a quedarse sola! Pero ya no más... Me rindo.

Y con esas palabras, me encargo de destruir la fotografía de la mariposa azul para que sea el viento quien arrastre los pedazos. Verla desaparecer me llena de una repentina liberación, que aumenta cuando Rachel me da una palmada en la espalda y Kate me dedica su sonrisa única.

—Es tu elección, Max —dice Rachel—. Si esto es lo que quieres...

Rachel y yo nos fundimos en un fuerte abrazo al que Kate termina por unirse.

Al separarnos, mi mirada se cruza con la de mi punk peliazul.

—Chloe...

Ella sólo viene hacia mí a toda velocidad, uniendo nuestros labios y haciéndome sentir que nuestras almas finalmente están entrelazadas de manera que nada podrá separarlas en todo lo que resta de la eternidad. Ya me es imposible controlar el llanto, así que ella sólo se separa de mí para enjugar mis lágrimas.

—Estaré contigo siempre, Max —susurra, le es imposible ocultar su gratitud—. Siempre.

Y tras besarnos por última vez, nos unimos a Kate y a Rachel para mirar la forma en la que el tornado destruye lo que alguna vez se conoció como Arcadia Bay.

Mis dedos se entrelazan con los de Chloe, así como hacen Kate y Rachel. Observamos la masacre en silencio, sin que ninguna de ellas pueda tener idea de cuán... tranquila me siento. Sé que eso es incorrecto. Cruel. Insensible.

Pero... Eso ha dejado de importarme ya.

He tomado mi decisión, y tendré que aprender a vivir con las consecuencias tal y como debió ser desde el principio. Así que si he de cargar con la culpa por el resto de mi vida, al menos podré sentirme mejor siempre que Kate, Rachel y mi punk peliazul estén a mi lado.

Y es así como quiero pasar el resto de mi vida.

Has ganado esta vez, destino.

He aprendido la lección... Ahora sólo quisiera saber cómo puedo renunciar a esta maldición que seguirá torturándome por siempre.

Por ahora, sólo quiero que esa tormenta sirva también para enterrar todos los oscuros secretos de Arcadia Bay. Que la destrucción se lleve también el dolor que causé con mis decisiones. Ya me haré cargo yo de lidiar con la oscuridad que me perseguirá por siempre.

Tan sólo quiero seguir sintiendo el calor de Chloe, de Rachel y de Kate.

Warren...

Joyce...

David...

Por favor, perdónenme... P-por favor...

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Love is StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora