Daddy's Little Princess (j.b) (h.s)

CAPITULO 24

3 semanas después...

Harry está en su oficina firmando algunos contratos pendientes, bajo las escaleras junto con mis cosas que usaré para el gimnasio. Llego hasta el marco de la puerta de su oficina y palmeo está con mis nudillos. El gira su mirada a mí y me sonríe.

-Harry, debo irme al gimnasio. ¿A qué hora te irás? -dije recordando que iría a una importante junta a Nueva Jersey. Solo sería por un día, pero aún así lo extrañaría.

-Como a las 2:00 p.m, mucho después antes de que regreses. -dijo haciendo una mueca viendo la hora, eran las 1:45 p.m.

-En 15 minutos, amor. -dije sentándome en sus piernas. Él me beso mientras acariciaba mi abdomen desnudo por el top gimnástico que llevaba puesto.

-Cuídate, no tardaré tanto. Te amo y lo sabes, te extrañare demasiado. -dijo mientras pegaba nuestras frentes y besaba mi nariz.

-Yo también lo hago, y mucho. -dije mientras hacía lo mismo que él hace unos segundos.

Me puse de pie y volví a inclinarme para besar de nuevo sus labios, así como para sentir el tacto de su lengua contra la mía.

-Debo irme, te amo. -dije mientras tomaba mis cosas y caminaba hacia el marco de la puerta. Me recargue en este y lanzar un lindo beso con mis labios. Él hizo lo mismo y con eso me despedí.

Camine hasta la puerta principal con mis cosas. Salí de ahí hasta ir a mi auto, subí en este y lo arranque con algo de prisa, la verdad es que si tenía algo de retraso. Debía estar ahí a la 1:00 p.m, pero ellos trabajan con lo que yo pago, así que no pueden decirme absolutamente nada.

Llegue lo antes posible y baje de mi auto hasta la entrada de el lujoso espacio. Entre en este y deje mis cosas en el lugar que se debía. Me di prisa y no pensé dos veces en comenzar a correr en la cinta, coloque música en mi móvil y mis auriculares, y así comencé a ejercitarme.

Pasaron algunos minutos desde que estoy corriendo, cerré mis ojos para mayor tranquilidad hasta que alguien arranco los auriculares de mis oídos. Me lucí molesta mientras daba la vuelta y me encontraba no sólo con la persona que había quitado mis auriculares, sino que era la persona que hacía confundirme, hacía que llorara y que la pensara cada día de mi vida. Justin.

No pude hablar, me quedé atónita al verlo ahí, el solo rascaba su nuca mientras me miraba con algo de vergüenza. Me sentí extraña y con ansias de correr, pero fuera de aquí.

-Hola. -hablo el, intentó tomar mi mano pero sin decir nada la aleje.

-¿Qué haces aquí? -hable claro.

-Te dije que vendría por ti, y que donde sea te hallaría. -dijo con una soberbia sonrisa. -Ende aquí. -dijo refiriéndose al entorno de todo esto.

Suspiré hondo. Él no tenía por qué estar aquí.

-El otro día te vi salir con tu chico. Creo que está bien, pero es algo posesivo. -dijo mientras reía un poco. Pudo cumplir su promesa de venir aquí, pero seguía siendo un idiota, él no sabe nada.

-No te incumbe eso. -dije sería aún sin ninguna emoción, aunque ¿a quién engaño? Quiero besarlo. Oh no no.

Mi cuerpo actuó por sí solo y me lancé a sus brazos para besarlo. Sus labios estaban dispuestos a los míos, se unieron ambas lenguas y todo eso fue perfecto. Eran movimientos que extrañaba como nadie se imaginaba.

Me aleje de él al entrar en la realidad. Yo no debía estar con el, quería, pero no debía.

-¿Qué fue eso? -preguntó algo confuso.