FIVE S2

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Me senté en la mesa mientras Maddie seguía revoloteando como un ave por toda la sala de estar.

-Cielo, ¿tienes hambre? -pregunté mientras la atrapaba y besaba sus mejillas.

Ella solo carcajeo y se alejó de mí con una bella sonrisa.

-No, mami. Iré a jugar con Pubert. -dijo mientras daba saltos saliendo de la habitación.

Justin se acercó con dos platos en ambas manos, pude apreciar una deliciosa ensalada acompañada de salsa mil islas y tiras de pollo.

-¿Sabes cocinar? -pregunté haciéndome agua la boca mientras admiraba detalladamente aquel platillo.

-He vivido solo, tuve que aprender. -dijo sonriendo mostrando sus increíbles dientes sentándose a mi lado.

Ambos comenzamos a almorzar y debo admitirlo, esa ensalada estaba deliciosa. Era la mejor que había probado.

-Oye. -interrumpió el silencio golpeando amistosamente mi hombro.

-¿Si? -pregunté mientras limpiaba mi boca con la servilleta de algodón sobre mi regazo.

-Como me habías dicho, tú... Amigo Harry había pagado cierta cantidad por ti, ¿no? -dijo evitando a toda costa mi vista por vergüenza.

-Si, ¿y? -pregunté sin importancia alguna.

-¿Cómo sé cuánto dinero hablamos? -preguntó con el ceño fruncido.

Suspiré memorizando cada recuerdo, no recuerdo bien cuánto era, solo sé que era demasiado para mí en ese tiempo.

-Alrededor de $50 000 000 de dólares. -dije mientras clavaba mi tenedor entre la lechuga.

El comenzó a atragantarse y golpeó su pecho para poder digerir todo.

-¿Tanto? -dijo con una expresión sorpresiva.

-No valgo menos. -dije con superficialidad.

El solo rodó los ojos y le hice entender que era una broma. El resto del almuerzo fue algo cómodo lleno de charlas. Al parecer a ambos nos había ido de maravilla los últimos años.
Acabando de almorzar me ofrecí a ayudar con los platos, él accedió y decidimos hacerlo juntos.
Mientras yo enjuagaba los platos el los secaba y los ordenaba en su alacena correspondiente.

-Te ves hermosa lavando platos. -comentó el mientras abría una alacena y luego sus ojos se fijaban en mi.

-Deja eso. -me queje mientras seguía enjuagado algunos platos en el fregadero.

Sus manos fueron hacia mi cintura y de un solo golpe ya estaba sentada en la isla de la cocina con mis piernas enrolladas a su cadera y nuestras respiraciones mezclándose. Intenté alejarme, pero la verdad, no lo quería hacer así.
Sus labios se acercaron hasta impactar con los míos. Eran los viejos y apasionados besos que siempre recordé. Su lengua se encargó de invadir mi cavidad bucal con el fin de ligarse con la mía.
No me negué en absoluto.
El beso subió de tono.
Quite con desesperación la camisa de Justin mientras esté solo seguía pegado a mis labios mientras nuestras duras respiraciones y el estruendo de nuestros labios era el único sonido existente en ese lugar. Acaricie su espalda y arañe está con mis uñas mientras en gruño en mis labios.
Sus manos viajaron por debajo de mi blusa hasta retirar mi sostén. Arrojó este y sus manos volvieron debajo de mi prensa para poder acariciar mis pechos con facilidad.
Emití un pequeño gemido sobre sus labios cuando sus dedos índice y pulgar le dieron un pequeño apretón a mi pezón.
Nuestros labios no se separaban por más que querían, era la falta del otro por mucho tiempo.

-¡Papi! -gritó Maddie desde algún lugar de la casa.

Justin y yo nos separamos de golpe. Yo algo apenada comencé a tomar mis cosas por donde Justin las había arrojado. Lo ve de reojo sonrojarse y ponerse su camisa a su propio ritmo. Deslice mi sostén por mi torso hasta ponerlo en su lugar.

-¡Voy, linda! -dijo Justin mientras caminaba hacia dónde Maddie se encontraba y yo solo lo seguí.

Maddie estaba en las escaleras apuntó de bajarlas hasta que hizo contacto con nosotros.

-¿Qué pasa? -pregunté mientras me acercaba a ella para acariciar su cabello.

-No está Pubert. Estaba jugando con el y solo se fue. -dijo ella haciendo un puchero de tristeza.

-¿Viste si estaba en su casita? -preguntó Justin tomándola del suelo y dando un beso sobre su mejilla.

-¡Claro! Gracias, papi. -dijo besando la mejilla de Justin y luego bajando de sus brazos para correr hacia el que parecía el patio trasero.

Sentí la mano de Justin sobre mi hombro mientras me brindaba una sonrisa de lado algo muerta. Lo mire de la misma forma y solo pudimos quedarnos callados. No podíamos decir nada al respecto de lo que pasó.

-Lamento lo que pasó. -hablo Justin, al parecer si podemos decir algo.

-No pasa nada. -dije mientras acariciaba mi hombro escudándome con el. -Sabes, solo estoy aquí por Maddie. Sino te molesta mejor me voy. -dije caminando dándole la espalda.

Sus pasos fueron detrás de mí y me atrapo, giro mi cuerpo y atrapo mis labios en uno de esos fugaces besos que el solo sabe dar. La misma rutina de siempre con su exquisita lengua que me hace sentir que solo es por mi. Mi lengua acepto toda invitación hacia ella y continuó con aquel momento tan intenso.
Me separe de él con algo de calma y junte nuestras frentes rozando nuestras narices.

-Maddie está aquí. -susurre mientras sus manos se dirigían hacia mi espalda baja para apegarme más a él. Chille cuando sentí su cuerpo de golpe completamente junto de el suyo.

Lamí mis labios justo donde él había dejado restos de sus labios y de su lengua, coloque mis manos alrededor de su cuello y me acomode para volver a besarlo. Antes de eso roce mi lengua con sus labios, el solo jadeo un poco y me dirigí a devorar su boca.
Trague cada centímetro cúbico de su boca hasta marcar todo lo que es mío dentro de esta.
Justin me tomo del piso y se acomodó en el sofá para después colocarme a horcajadas sobre el. Se separó de mí y me miró con su mirada oscura repleta de lujuria.

-Dices que ... ¿Si Maddie no estuviera habrías perdido la apuesta? -dijo sensualmente mientras jugaba con sus dedos sobre mi muslo.

-Habría perdido la cordura, la apuesta y a Camerón pero eso no intereso. -dije mientras picoteaba sus labios un poco y analice lo que había dicho anteriormente. -Dios, Cam. -dije mientras ponía una mano sobre mi frente y me ponía de pie alejándome de el.

Su ceño se frunció y quiso ir hacia mí pero me negué. Yo estaba con Cam y la pequeña raíz de haber hecho esto se llamaba infidelidad

-¿Solo harás lo mismo de siempre? ¿Te irás? -dijo con algo de molestia.

-No entiendes... -me interrumpió.

-¡Si entiendo! ¡Solo admite que me amas así como yo lo hago! -dijo alzando la voz casi gritando.

-No es así de fácil. Estoy en una relación y no pienso hacer lo que hacía Emily, ya no soy Emily, ya no pienso dejarme por gente como tú. -dije picando su pecho con mi dedo índice.

-Si Emily se fue, ¿quien fue quien regresó?, por qué está no es la Aria que conozco. -dijo alzando de nuevo la voz mientras yo me dedicaba a ignorarlo y a tomar mis cosas para retirarme.

Antes de cruzar la puerta me detuve y gire para enfrentarlo.

-Creo que no soy la Aria que conoces por qué nunca te tomaste la importancia de hacerlo. -y sin más que decir me fui de ahí con la frente en alto y con un nudo en la garganta al no haberle dicho lo mucho que morita cada día y cada segundo por el.

Daddy's Little Princess (j.b) (h.s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora