Daddy's Little Princess (j.b) (h.s)

CAPÍTULO 2

Cuando por fin las clases acabaron, tuve que ir a pie a casa, ya que apestaba a desperdicio y mi ropa no estaba de lo más limpia, además de que el director piensa que "unas manchitas de lodo" no son nada para poder irse a casa.
Caminaba por la acera frente a la escuela mientras me alejaba de ella. Me abrace a mi misma, acariciando mis hombros mientras caminaba con demasiado miedo. ¿Miedo de que? No lo se.
Pero no puedo tener miedo, debo de elegir el momento exacto para poder poner en marcha mi plan. Ví a todos los chicos populares hablando en algunas bancas cerca de la escuela. Me escondí detrás de un muro antes de que pudiera verme, y así poder escuchar su conversación.

-Estará genial, Zayn da las mejores fiestas. -dijo la voz de un chico, desconozco quien es.

-Lo sabemos, será radical. -dijo una voz que conocía perfecta, la plástica.

Claro. La fiesta semanal de Zayn Malik, el chico moreno, tatuado y lindo que estudia en Briedwood con Aria. Aria lo conoce perfectamente, ya que han dormido juntos un par de veces, además de que Aria nunca se pierde una de sus fiestas.
Sabía perfectamente donde sería y cuando. Hoy era viernes y sus fiestas eran sabatinas, así que sería mañana alrededor de las 11.

Aceleré mi paso caminando frente a ellos para que no me notaran. Lo cual obtuve ya que llegó un momento en el que literalmente entre en pánico y comenzó a correr demasiado hasta perderlos.

-Que incómodo. -Murmuré mientras veía las horribles prendas para nada lindas que llevaba puestas, así que, era hora de un cambio.

La verdad, amo ser quien soy. Yo soy Aria. Emily sólo es mi disfraz frente a la sociedad, y funciona tan bien.
Desabotone la camisa del horrible uniforme, dejando ver la sexy blusa que llevaba bajo esta, era entallada y hacia lucir mi figura mucho mejor. Arranque mi falda, bajo esta sólo llevaba unos shorts pequeños de mezclilla que resaltaban mis hermosas piernas. Me despoje de mis zapatos y de mis calcetines tan largos que usaba y todo ese horrible atuendo lo guarde en mi mochila. Saque mis zapatos de planta color dorado y los puse en mis pies. Saque de mi mochila un cepillo con el cual peine mi cabellera en una linda coleta, además, saque mi brillo labial y aplique un poco sobre mis labios, esta si soy yo.

Guarde todo de nuevo, claro, y por último, quite esas horribles gafas de mi rostro, dejando mejor a la vista mis lindos ojos azules, que han dejado de rodillas a muchos.

Chicos, chicas, esta si soy yo.

Seguí mi camino por toda la acera hasta mi casa, pero claro, no faltaba la mirada que sentía de algunos chicos sobre mi, lo cual me hacia sentir bien, no soy una zorra, pero por que ocultarle al público lo linda que soy, sería malo. Y yo soy una niña buena, eso lo decía demasiado la misma persona de la que no puedo olvidarme. Y no pienso hacerlo, jamás, pero el me mintió, el dijo que los chicos me lastimarían, y el único que me lastimó fue el.

Seguí caminando hasta que pare frente a un starbucks, perfecto, deseo con ansia un té helado.
Entre en el local y me acerque al mostrador, donde no había tanto gente, ya que sólo había un persona frente a mi, y exactamente cuando llegue, se había alejado.

-Hola, quiero un té helado de durazno, por favor. -le pedí a la chica de el mostrador mientras yo buscaba algo de dinero en mi mochila.

-Claro, serían $12. Por favor. -dijo amablemente la chica. Le entregue el dinero a la chica y ella me entregó mi té, le agradecí y me retire de inmediato.

Caminaba por las calles mientras bebía mi té helado, por las calles de Detroit. El sol estaba ardiendo y el calor se hacia algo insoportable, al menos mi pequeña blusa que de tirantes que dejaba a la vista mi ombligo con un pequeño arete y mis pequeños shorts que dejaban al descubierto mis largas y tonificada piernas me mantenían un poco refrescada.