SEVEN S2

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Toqué la puerta del baño donde se encontraba Aria, se escucharon algunos sollozos desde lejos, y eso hizo trizas mi corazón, me duele escuchar llorar a una mujer, y peor aún si es la mujer a la que amo con locura.

-¿Si? -contestó con su voz algo quebrada, pero hizo el intento por sonar fuerte.

-¿Estás bien? -pregunté del otro lado de la puerta pegando mi oído a esta.
Se escucho como ella sorbió de su nariz y suspiro un poco.

-Si, ya salgo. -dijo. -Pide la pizza, por favor. -pidió mientras se escuchaba el grifo de la llave abrirse.

-Si. -dije alejándome de ahí y caminando hacia la estancia.

Me acerqué a la mesa de noche y tome el teléfono fijo mientras llamaba a la pizzería y hacia mi orden. Cuando acabe de ordenar, Aria apareció con sus ojos algo hinchados, había llorado y de más.

-No quise hacerte sentir mal. Maddie me dijo sobre qué... Aveces lloras mientras abrazas el retrato de Harry. -dije mientras rascaba mi nuca y la acercaba a mi.

Ella solo dejo que la abrazara, era lo que ella necesitaba. Un abrazo sincero.

-Oye, ¿podrías prestarme alguna camisa que ponerme? -preguntó mientras se alejaba de mí y limpiaba su mejilla húmeda con el dorso de su mano.

-Claro. Ven. -dije para que me siguiera. Subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación.

Ella tomó asiento mientras yo buscaba entre mis cajones una cómoda camisa para que ella pudiera usar.

-Esa esta bien. -dijo mientras aparecía a mi lado y tomaba una camisa blanca que tenía entre mis manos.

-Bien. -hable mientras caminaba fuera de la habitación, pero ella no me dejo.

ARIA POV

Lo detuve mientras sus ojos me miraban extraña, normalmente el que hacia este tipo de cosas era el. Pero que lo hiciera yo, era nuevo.

-No quiero que me dejes sola, amor. -hable mientras me colaba entre el hueco de su cuello para besar este.

El se quedó inmóvil, pero no se negó.

En el baño pensé muy bien, de verdad lo necesitaba, quería ser una familia con el, y estar juntos por siempre sin que nadie nos diga qué hacer. Si por algo volvimos a estar juntos, no quería desaprovechar esa oportunidad que el destino nos dio.

Salte a sus brazos y de un momento a a otro estábamos sobre la cama dándonos caricias el uno al otro.

-Te amo. -murmuro besándome. Tragaba mis labios y jadeábamos al unísono.

-Justin. -gemí cuando su erección rozó mi feminidad.

El aspiro el aroma de mi cuello y se deshizo de mi blusa y de todas mis prendas hasta dejarme desnuda para su disposición. Lamió uno de mis pezones y mis labios emitieron un jadeo fuerte.

-Vamos. -gemí cuando sus dedos acariciaron mi clítoris. Dio un lengüetazo en mis pliegues y gemí de nuevo.

Lo vi detenerse y ponerse de pie mientras se deshacía de su ropa con desesperación.

-Ven a jus se conmigo, Justin. -hable mientras actuaba juguetona sobre la cama.

Fue hacia su cajón y de el saco un preservativo, lo colocó sobre su enorme erección y de un salto se posicionó sobre mis piernas.

-No sabes cuánto espere para volver a hacerte mía. -jadeo mientras me penetraba lento, pero intenso.

-Oh. -gemí con sus primeras embestidas.

Su cuerpo se apegó contra el mío sin dejar de embestirme. Sus labios atraparon los míos y folló mi boca con la suya.
Su mano busco la mía y la tomo mientras ambos estábamos ocupados follando en la habitación de el hombre de mi vida. Sentí su lengua en el lóbulo de mi oreja, gemí con cada embestida que su cuerpo me proporcionaba con todo lo que sentía. Sus labios viajaron a mis pechos donde jugueteo con ellos.

-¡Ah! -grite cuando me embistió por completo y mordisqueo mi pezon.

Alejo su rostro a centímetros de los míos. Se escuchaban nuestras respiraciones agitadas chocar, nuestras bocas estaban delicadamente abiertas lo que hacía que nuestros alientos se compartieran.

-Joder. Te necesitaba. -gimió cerca de mi rostro. -Déjame serlo. -jadeo sobre mi.

-¿Ser quien? -conteste jadeando mientras me dejaba llevar por las caricias que sus manos le proporcionaban a mi cuerpo.

-Déjame ser tu papi. ¿Quieres? -gimió sobre mis labios y luego los beso con desesperación.

-Aja. -gemí cuando sentí mi climax llevar desde mi interior.

-¿Si? -jadeo pareciendo igual estar apunto de llegar a su climax.

-Si, papi. Te amo. -gemí cuando el orgasmo se acercó aún más.

-¡Bebé! -gimió Justin llegando a su orgasmo.

-¡Papi! -gemí de vuelta yo llegando al mismo tiempo que el.

Caímos ambos rendidos sobre la cómoda cama mientras nos acomodábamos mejor esperando que nuestras respiraciones se controlarán. Colocamos nuestros cuerpos juntos, frente a frente mientras nos mirábamos uno a uno sin decir palabra alguna. Una sonrisa se expandió por sus labios y una en los míos.
Si en algún momento desee tener una relación así con alguien, quise siempre que fuera con la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. Sin pensarlo, lo elegiría a él.

-Perdiste la apuesta, nena. -dijo uniendo nuestras frentes mientas tomábamos nuestras manos y las manteníamos unidas.

-Preferí correr el riesgo, papi. -dije acariciando su cabellera despeinada.

-Prometo ser el mejor papi que alguna vez has tenido. Voy a cuidarte a ti a Maddie como a nadie. Son mi vida y me familia. Y ahora solo quiero que estemos juntos como tal. ¿Te parece? -preguntó acariciando mi mejilla con sus manos.

-Si, papi. -dije mientras me aferraba a su cuerpo y mi mejilla chocaba con su pecho. Era una sensación magnífica.

-Mami. Un señor está en la puerta. -gritó Maddie desde el otro lado de la puerta. Lo bueno es que eduque a Maddie para tocar las puertas.

-¡Ya vamos, cielo! -hablo Justin mientras reíamos.

Nos pusimos de pie y comenzamos a vestirnos. Me puse la ropa interior y volcó que sobre mi torso la camiseta que Justin me había proporcionado. Ambos salimos de la habitación, el solo usaba unos pantalones de chandal y no usaba camisa alguna.

Llegamos a la estancia donde estaba Maddie sentada en el sofá viendo televisión, Justin la tomo entre sus brazos y beso sus mejillas repetidas veces.
Me encargue de abrir la puerta y encontrarme con el repartidor de pizza. Me recorrió con la mirada y me entrego mi pedido. Le di su propina y este me sonrió.

-¿Te acompaño? -preguntó guiñando un ojo.

Justin apareció a mis espaldas y jaló de mi cintura para pegarme hacia el. Chille de susto y lo mire con una sonrisa.

-Ya tiene compañía. Gracias de todos modos. -dije Justin cerrando la puerta en su cara.

Me tomo entre sus brazos haciéndome reír. Me derrumbo junto a Maddie en el sofá y ambas nos quedamos sentadas mientras Justin me quitaba la pizza de las manos y se colocaba entre nosotras.

-Hora de comer en familia. -hablo besando la mejilla de Maddie. Quien se aferraba a su brazo como si él fuese a escapar.
Beso mis labios mientras veíamos el programa de televisión de Maddie mientras comíamos a gusto.

-¿Seremos una familia? -preguntó Maddie con un puchero.

-No, linda. Ya somos una familia. -respondió Justin dándonos un enorme abrazo a ambas.

No me equivoqué con Justin. Y nunca lo haré.

Daddy's Little Princess (j.b) (h.s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora