Capítulo veinticinco.

2.9K 138 1
                                    

VEINTICINCO: VAS A ROMPER SU CORAZÓN.

● Selley:

—¡Señor Gaffigan! –me dejé caer a su lado en el suelo.– ¿Está bien? –sí, en ese momento sólo podía balbucear la típica pregunta idiota.

—Voy a por el director. –la voz ronca de Harry sonó a mis espaldas. El profesor hizo un intento por levantarse, pero se lo prohibí.

—No debería hacer eso, si tiene alguna fractura podría empeorar…–el director y otro par de profesores no tardaron en aparecer y me separé del profesor mientras la encargada de enfermería se ocupaba de él.

—Selley. –el director nos reunió a mí y a Harry a parte.– Llamaré a una ambulancia. No me queda más remedio que buscar un profesor sustituto para mañana a primera hora. Gracias por la ayuda, ya podéis volver a disfrutar del día libre. –no nos dejó responderle antes de que volviese a junto los demás profesores. Harry tampoco dudó en darse la vuelta e irse caminando por el pasillo.

—Amo la manera que tengo de meter la pata. –dije dejando que la puerta de mi habitación se cerrase de un portazo.

—¿Qué has hecho? –miré vacilante a Sam, sentada a lo indio sobre su cama mientras se secaba el pelo con una toalla.

—Una idiotez. ¿Qué iba a hacer si no? –me dejé caer en mi cama– Eh, Sam…–dirigí mi mirada al techo para evitar ver la reacción que ponía con mi pregunta.– ¿Qué pasó contigo y con Styles después del sexo?

—Pues nada, no niego que fuese una sorpresa para mí, pero seguimos igual que antes.

—Ya, pero…

—Cuando me desperté, –me cortó– él ya se estaba vistiendo. Desayunamos y luego Mía hizo su acto de presencia. Entonces aún no estabas tú, así que Harry aún no había cambiado y se fue con ella. Yo ya sabía cómo era así que no me molestó. Tampoco es que yo sea tan mala pieza y cuando Harry iba a irse, otro ocupó su lugar. Aaron Brust, no sé si lo conoces, –sí que lo recordaba,  había actuado en la obra– llegó a hacerme compañía. Recuerdo que Harry y él chocaron los cinco antes de que este se fuera a la habitación con Mía. –se detuvo un momento– Luego yo me llevé a la cama a Aaron.

—Joder, ¿aquí la gente viene a tener relaciones sexuales o a sacar el graduado? –rodé los ojos ante tal historia.– ¿Y Harry no se cabreó contigo? ¿No hizo nada?

—No, ya sabes cómo es él. ¿Pero por qué preguntas tanto? ¿Qué has hecho ya, Kat? –lo último lo dijo con un tono más serio, y al utilizar mi nombre en vez de mi apellido,  me convenció para contárselo.

—Sam, yo…

—¡Suéltalo!

—Me he acostado con Harry.  –la miré para ver su reacción. Una sonrisa pícara asomaba por sus labios.

—¡Lo sabía! ¡Sabía que acabaría pasando! Ya era hora mujer, tenías al pobre…¿Pero cómo que has metido la pata? Seguro que has disfrutado. –me miró alzando las cejas.

—No es eso. ¿Erik Evans te suena de algo? –pregunté irónicamente antes de contarle con todo detalle la discusión de la cafetería.

—No sé qué decir. –ahora sí que estaba sorprendida– Nunca, y eso que conozco a Harry desde hace dos años, nunca lo había visto ponerse celoso.  Y ahora sí que no lo digo en broma solo para molestaros, pero me estoy planteando el hecho de que sea posible que se haya enamorado de ti. –solté el aire de mis pulmones de golpe.

—Si no lo hubiera hecho las cosas seguirían como siempre. Aunque mentiría si te digo que me arrepiento.  Creo que debería hablar con él.

—Ten cuidado con lo que haces, vas a romper su corazón, Katherine. ¡Vas a romper su corazón! Fuiste la única en la que confió lo suficiente para enamorarse, ¡y vas a clavarlo a la pared!

●Harry:

—Las cosas de tu novia están ahí.  –dejé que la puerta se cerrase de un portazo ignorando las palabras de Zayn.

—¿Ya estás de mala ostia? –ahora Liam. Debería haber sabido que esto pasaría.  

—En serio, si tienes problemas con la nueva,  ya no tan nueva, puedes decírnoslos. –el moreno se sentó a  mi lado en mi cama, con ganas de vacilar.

—No me pasa una mierda, deja de joderme. –volví a utilizar ese tono borde tan mío.

—No pasa nada chicos.  –habló con los demás,  para luego volver a mirarme– Ya la has fastidiado con ella.

—Yo no he fastidiado nada. Si no tienes nada bueno que decir, es mejor callar.  –esa frase era suya. De Selley. ¿Por qué tengo que acordarme ahora de ella?

—Ya, te la llevas a la cama y ahora te comportas así. Harry, somos como tus hermanos, lo compartimos todo. Sabes que puedes contárnoslo.  –sí que tenía razón en eso– Y si por primera vez te has enamorado,  tampoco vamos a reírnos. Es normal que incluso tú te enamores, ¿o no eres humano? –en esto también.  ¡No! En esto no, yo no estaba enamor… incluso pronunciarlo era ridículo.

—Está bien Zayn,  puede que haya metido la pata, pero olvídate de que yo sienta mariposas y cosas de esas.  

— Lo sabía. Desembucha. –me encontraba bajo la mirada atenta de todos, aun así conté solo la parte de la pelea que había pasado en la cafetería.

—¿A ese tío no le quedó claro la última vez? –dijo el moreno,  recordando a Rose.

—No lo sé,  Zayn,  no lo sé.  Pero no dejaré que vuelva a pasar.  En todo caso, no me hizo gracia que ella lo defendiese.

—Si no nos cuentas toda la historia,  no podemos ayudarte. –Niall intervino, con la boca llena de chocolate y Zayn,  que parecía haber estado reflexionando, volvió a hablar.

—No sé qué os habrá pasado, pero sí que vas a joderlo con ella y luego vas a arrepentirte. Sois un puto orgullo andante por separado,  pero ambos sabéis que os necesitáis. 

Del cielo al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora