VEINTIOCHO: HASTA QUE LOS DOS DEJEMOS EL ORGULLO DE LADO.
● Harry:—¿Algo más que añadir? –preguntó con el ceño en alto.
—Quizás un, “¿Solo han pasado dos días y ya te has buscado a otro?” –mierda, quería desmentir lo que había oído, no empeorar las cosas.
—¿Viniste a reclamarme? –me miró alzando en ceño– Porque en ese caso yo también tengo bastantes cosa que reclamarte a ti. ¿Eh, Mía?
—En realidad yo venía a explicarte que...–no me dejó acabar de hablar. Enfureció.
—¿A explicarme qué, Harry? Tranquilo, sé cómo eres y sabía perfectamente cómo acabaría esto. Así que te ahorraré la molestia y el tiempo de repetirme que solo me querías para el sexo y te dejo en paz para que puedas volver a tu vida de acostarte con una diferente cada noche. Ya no tienes que andar detrás de mí para hacerme pasar por tu cama, así que ahora cumples tu parte del trato de olvidarte de que existo. –sonrió para ocultar el daño que sus palabras provocaban en ella.
El mismo que provocaría en mí, si no supiera que son mentira. O eso es lo que quería creer y lo que esperaba.
—¿Ahora me vas a dejar hablar?
—No, porque no quiero escucharte. Tus actos ya lo han dicho todo.
—¿Con actos te refieres a un trozo de conversación que escuchaste, y que sacaste de contexto?
—No. Me refiero al hecho de que la noche después de que... –o le costaba decirlo en una situación como esta, o le costaba creerlo. – Follásemos, –se me escapó una sonrisa al recordarlo, la obligué a desaparecer. – te acostaste con Mía. –abrí los ojos. ¿De dónde había sacado eso?
—¿Ah sí? ¿Y de dónde sacaste esa información? –la miré con el ceño en alto, produciéndole dudas.
—Es lo que tiene llegar tarde a clase. Te enteras de la vida de todos.
—Cambia de contactos.
—¿Por qué debería creer que es falso después de la confirmación que me has dado ahí dentro? –gritó a plena voz. Estaba muy enfadada, por no decir que me estaba descuartizando con los ojos.
—¿Que por qué? –los gritos también salieron de mi garganta. – ¡Porque puedo ser un cínico, prepotente, un mujeriego de primera y un arrogante, pero no un mentiroso! ¡Porque estoy harto de no poder hacer nada y tener que ver como irremediablemente me cambias! ¡Sí, es cierto que antes había una tía diferente en mi cama cada noche, y eso puede hacerte dudar ahora! ¡Pero lo has conseguido Selley, me has cambiado! ¡Y no pude hacer nada! Estoy echando a todas las tías que llaman a mi puerta. ¿Y tú dices que me he acostado con otra? No sé qué te ha dicho el nuevo profesor. Pero está en tu mano creer lo que quieras.
—Él me ha dicho que fuera a arreglar las cosas contigo. Que sabía que sería más feliz que con mi ego. –susurró. – Adiós Harry. –sabía que se iba porque, de nuevo y como ya había pasado antes, su orgullo no dejaría que la viese llorar.
—¿Para siempre? ¿O hasta que los dos dejemos el orgullo de lado? –le grité mientras caminaba hacia el instituto.
[…]
● Selley:
—Las dos veces que he ido en todo el curso han estado a punto de violarme. Así que si no te importa, me quedo en nuestra habitación.
—No es mi culpa que bebas más que todo el internado junto.
—Si no me abandonases por el primero que te da sexo…
—Selley, quiero verte entrar por la puerta de ese antro en cinco minutos, así que prepárate. –Sam me miró con el ceño en alto, antes de abandonar el pasillo, dejándome sola. ¿Volver ahí? ¿Hoy? Como si tuviese alguna gana de fiesta en todo el cuerpo. Continué con el intento de que mi padre me cogiese el teléfono por tercera vez, haciendo un recorrido turístico por todo el pasillo, hasta que acabé en el lugar inicial, y, por fin, oí su voz al otro lado.
—¿Katherine?
—Hola papá.
—¿Qué tal por el internado?
—Bien, supongo. Aunque llamaba por otra cosa, ¿tenéis noticias sobre el asesino de mamá?
—Todavía no, entiende que los detectives privados hacen lo que pueden, pero no es fácil si no hay una mísera pista más que aquel trozo de papel.
—Ante todo caso, en los dos meses que me quedan, te quiero aquí.
—¿Tantas ganas tienes de volver a casa ya?
—¿Tú que crees, papá?
—Pues por lo que me cuentan el beso que le diste a aquel chico, el que dices que no es tu novio, delante de todo el mundo parece lo contrario a una tortura. –hablaba del beso de la obra. Y eso había sido un golpe bajo. Una puñalada directa al corazón, que así como había entrado, había atravesado hasta el otro lado. Me apresuré a hablar antes de que se me quebrara la voz.
—Simplemente estaba actuando.
—Igual eres capaz de hacer creer eso a los demás, pero recuerda que eres mi hija y te conozco. –se hizo silencio al otro lado de la línea y se escuchó una voz de fondo.– Lo siento, cariño, tengo que dejarte, reunión de última hora. Recuerda que para cualquier cosa que necesites puedes llamarme. Te mantendré informada sobre lo de tu madre. Espero verte pronto, la casa sin su pequeña ya no es lo mismo. Te quiero, Kathie.
—Y yo a ti, papá.
Al colgar supe que algo iba mal. Papá no solía expresar su afecto, y mucho menos decir te quiero y que quiere verme pronto. Se había enterado de algo y no parecía por la labor de querer decírmelo y aunque sabía que posiblemente fuese por mi bien, había empezado a hartarme de que me ocultaran cosas. Y que fuera la pequeña de la casa ya no tenía excusa.
Pretendía hacer caso a Sam en lo que volver a la habitación se refería, sin embargo, me quedé allí, como una boba, plantada en medio del, ahora, oscuro pasillo, observando la pantalla de aquel IPhone blanco. Cavilaciones sobre qué podía estar pasando con mi familia, y si alguna vez volvería a ser lo de antes, ocupaban mi mente en estos instantes, pero una voz ronca y grave, ya conocida, se ocupó de librarme de ellos.
—¿Allison? –provenía de mis espaldas.
ESTÁS LEYENDO
Del cielo al infierno
FanfictionHarry la quiere bajo sus sábanas, ella a él bajo tierra. Solo una prohibición basta para hacer nacer la tentación. ¿Cederá a caer en sus redes para que la deje en paz de una vez? ¿O en realidad no quiere que lo haga? _______________________________...