21🍒Tu quieres.

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Cherry soltó el aire en una bocanada como si no hubiera respirado en siglos, sus costillas se inflaron de inmediato. No tengo idea cuanto tiempo estuvo inmóvil viéndome. Solo sentía el sonido de mi corazón bombeando sangre de forma descontrolada, impaciente. Seguía... seguiré a sus pies.

-¿Me dijiste TE AMO?- Exhalo sin voz. Su labio tembló, sus ojos titilaron y las lagrimas se agolparon en esos bellos ojos grises. Sonreía. Volvió a respirar profundo y comenzó a temblar. -¿ME AMAS?...- Repitió. Se mordió fuerte el labio inferior con todos los dientes.

-Si... Te Amo preciosa- Replico con esa mirada perpleja, se quedo viéndome con los labios entreabiertos. - Soy un imbécil...- Comentó encogiéndose de hombros.

Debí haberlo dicho antes... soy un tremendo idiota. Ya sé que tiene sus duras razones para no creer en palabras románticas... Las mismas que antes de ella no tenían valor.

-Nena no me tortures por favor...- Mike exhalo de pronto sin voz, completamente alterado.

Cherry soltó una nerviosa carcajada y sus mejillas se inundaron por completo de lagrimas mientras tomaba mi mano impulsándome a levantarme.

-Por el Amor de Dios Mike...- Reclamó nerviosa

-¿Eso es un sí...?-

-Solo si lo dices una vez más...- Respondió con la garganta apretada

-TE AMO CAROLINE-

-TE AMO MIKE- Chillo aguda. Viéndome a los ojos tiritando entera. Con un dejo de ira... Si, es verdad soy un estúpido. Era obvio que ella no lo iba a decir primero. Pero, eso ya no importa.

Mike me abrazo más dulce perfecto, cálido y suave. Tan apegado..Su corazón latiendo desbocado. Intentaba racionalizarlo, real. Era real. Beso mi frente.

-¿Y? ¿Caroline te vas a casar?.- Grito alguien, entre la gente. Claro. Fuerte.

Levante la vista, el me veía impaciente. - Quiero ser tu mujer Mike.-

Mike deslizo un increíble y perfecto anillo de platino, con un diamante de algo más de centímetro y medio de diámetro, mas otros tres pequeños de alrededor de 3 a 5 milímetros a cada lado... siete diamantes en total sujetos al yugo de un soberbio y elegante metal, ahora subían por mi dedo anular izquierdo.

 siete diamantes en total sujetos al yugo de un soberbio y elegante metal, ahora subían por mi dedo anular izquierdo

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Tras volver a respirar. Me dí cuenta que había un montón de gente observándonos. Solo me mantuve sujeta a su espalda. Tratando de liberar toda esa tensión. Después de que Mike se despidiera de los animadores. Salimos del local.

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A quince minutos del hotel, estaba respirando con trabajo muriéndome por quitarle los malditos jeans a tirones y montarme sobre el. Las manos de Mike se movían bajo mi blusa por sobre mi brasier bajo la chaqueta. Sus dedos rosaron uno de mis pezones.

CherryGirl [en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora