·(Nota al fin)·

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Playa privada de los Pratt. Maui, Hawaii.

Agosto 2020.

Cherry se encaminó hacia mí llevando ese largo holgado y colorido vestido. Aun con arena entre sus manos, descalza y oliendo deliciosa, grosellas y frutas tropicales... comenzaba a tomar ese bello dorado en su piel, se acomodo a mi lado izquierdo. Se sonrió inquisitiva.

-¿Sin ánimos de Surf?.- Me preguntó, sin dirigirme la mirada. Sacudí mi cabeza negando. Mi tabla permanecía junto a las otras a mi espalda. Hacía unos minutos se detuvo a verme mientras ayudaba a los pequeños con su juego en la arena.

-Ame que te quedaras estos días.- suspiro sin voz. Creo, tal vez es mi ego. La escuche como si su garganta se le apretara.

Mike corrió con un balde lleno de agua desde la espuma de la playa en dirección a los niños que estaban construyendo un castillo de arena, bajo la rigurosa supervisión de Jensen.. Hope de pronto gritó en medio de una aguda carcajada, y se sacudió nerviosamente, tomando, algo desde el balde, algo había puesto Mike entre sus manos. Tal vez un pequeño cangrejo o una estrella de mar. Kath se acercó con Dominic que también se mostró exaltado y nervioso pero eufórico.

-Ellos tienen toda una fiesta.- La escuche sacándome de la escena, le dirigí la mirada, pero ella me pareció, veía al mar, su mirada se había humedecido. Luego se mordió el labio conteniendose.

- My Chérie.- Exhaló Chris sin voz... pero algo me sacudió adentro. ¿Chérie?. Cierto escalofrío sacudió mi columna. Entonces tuve pavor de dirigirle la mirada. -Mi dulce pequeña.- Continuo con cierto acento francés lleno de ternura.

-¿Chris que está pasando.?- Hable en cuanto logre sacar la voz. Manteniendo la mirada en el horizonte. Su índice retiro una lágrima que se fugaba por mi mejilla irreverente. Beso la yema de su dedo. Sentía el pecho contraído, que las costillas me aplastaba el corazón. No puede quedar indiferente a que no respondió a mi afirmación cuando me senté a su lado ¿Era eso?¿De nuevo caía en la insana necesidad de acaparar toda su atención. Como si le fuera necesario respirar y yo ser su aire.

Mike está frente a nosotros, a orillas de la playa, jugando con mis niños, nuestros niños y los de Chris. Esto es cruel. Como esperar que se quedara.

Caroline permaneció en silencio... inmutable. Manteniendo la pregunta suspendida en el aire. De verdad, no se. Esto me sobrepasa en todas las dimensiones. Por no mencionar que es una absoluta locura, digna de terminar en Arkham. Solo me queda confiar en las ridículas facturas de mi psiquiatra, que estoy coleccionando desde ya hace dos años  y de sus desconcertantes terapias alternativas. Necesitaba respuestas. Necesitaba alguna solución.

-Una vez escuche que los amores a primera vista, son reencuentros de vidas pasadas.- Me hablo con esa entonación más pastosa y complicada.

Cherry se giró a verme.

- Tu fuiste por mi. Y volviste por mi y no lo supe ver.- Continúo con las mandíbulas tensas. Trago saliva.

-¿De que estas hablando?- Pregunto confusa y con miedo.

-..Permití que te hicieran tanto daño.- Continúo. Sus párpados se oscurecían. Mientras su mirada se atormentaba como si estuviera intentando esconder una gran oscuridad...

-Okey. Esto me esta asustando.- Resople.

De algún modo Caroline. Sabe. Siente. Me conoce. Ella levantó su mano y acarició mi rostro. Suave. Tan dulce.

-¿Quieres escucharlo?- Pregunté con la garganta cerrada.

-No.- Sonrió. Sus labios temblaron mientras su mirada titilaba.

-Fuiste mi princesa...- Continué.

-¿Tu princesa?- Replicó con los párpados muy abiertos. Sus pupilas se dilataron de la impresión.

-Mi pequeña Cherie Solaire Bellerose...
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