14. Cicatriz

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Los días empezaron a pasar y con ello también algunas cosas.

No había vuelto hablar con Kyler desde el día que tuve mi primera cita con Daniel.

Me molestaba su actitud. No sabía porque estaba molesto, yo no le había hecho nada. Y cuando se sentaba a mi lado en psicología, lo único que hacía era ignorarme como si no estuviera. En esos días él no me miró o dirigió la palabra.

Y aunque no lo quisiera admitir, lo extrañaba.

De alguna manera.

Por otro lado estaba Daniel, con quien seguí saliendo en otras tres ocasiones más. Él es un gran chico, es dulce, atento, amable, y muy divertido.
Me la pasaba muy bien con él. Hablaba con él por teléfono y a veces en mis recesos nos mirábamos y comíamos algo.
Hoy también tenía una cita con él, pero ésta vez nos miraríamos en mi departamento ya que mi pie todavía estaba enyesado y me molestaba.

Volviendo con los hermanos Miller, Jake me había estado evitando. Tampoco sabía porqué. Siempre que me acercaba a él me decía que tenía que ir a hacer algo, o si no se desaparecía antes de que pudiera llegar a él.

Tenía que solucionar eso.

Kyle era el único que no se había alejado de mí, pero si podía notar que estaba algo extraño. Le había preguntado en varias ocasiones que me escondía y lo único que me decía era:

—Nada, ¿Por qué preguntas?

Pero yo no me tragaba eso. Ese era otro asunto el cual debía tratar.

Ahora me hallaba sentada bajo la sombra de un árbol leyendo un libro. Mi pie fracturado estaba descansando sobre mi bolso y la suave brisa acariciaba mi rostro.

Estaba sola porque Jess estaba en clase al igual que Kyle, Jake seguía huyendo de mí y Kyler seguía molesto conmigo sin saber porqué razón.

Levanté la vista de mi libro justo a tiempo para ver a Jake pasar. No lo pensé dos veces al llamarlo. Quería recuperar a mi amigo, lo extrañaba a él y sus locuras.

—¡Jake! —lo llamé. Su cabeza se giró en mi dirección y detuvo su paso. Apartó la vista para ver en la dirección en que se dirigía—. Ni se te ocurra huir porque te juro que te perseguiré y golpearé con mis muletas si es necesario. Así que ven aquí.

Él pareció dudarlo por un momento, pero luego giró sobre sus talones y se acercó. Cuando se detuvo frente a mí, lo miré.

—Siéntate.

Sin replicar se sentó. Lo miré en silencio y suspiré.

—¿Por qué me odias? —pregunté.

—¿Qué?

—Lo que oyes, ¿Por qué me odias?

—No te odio, Hayley —negó.

—Entonces, ¿Por qué me has estado ignorado? Todo esto es muy extraño, ustedes son extraños, lo mismo pasa con Kyler —dije dejando mi libro a un lado—. Me has estado evitando por días, eres uno de mis mejores amigos y te extraño. No sé si hice algo que te molestara y si es así lo siento.

Jake hizo una mueca pasando una de sus manos por su cuello.

—Mierda —susurró—. Lo siento, Hayley. Yo... maldición, soy tan mal amigo. Lo siento, sólo me sentía culpable por lo que te pasó, creí que estabas molesta o que me culpabas.

—Te había dicho que fue un accidente. No fue tu culpa, Jake.

—Lo sé —suspiró—. Lo siento, de nuevo. Fue muy estúpido de mi parte alejarme de ti sabiendo que soy el motivo por el cual vives.

Something Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora