41. Un año

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Tuvimos que volver a casa el día siguiente. No quería regresar, pero teníamos cosas que hacer allá.

Las semanas empezaron a pasar y nunca creí que podía ser tan feliz al lado de Kyler.

Las cosas entre nosotros eran tan naturales e iban de la mejor manera. Pasábamos la mayor parte del tiempo juntos. Íbamos al cine, a desayunar, a la feria. Y en dos ocasiones fuimos con Kyle, Jake y Skyler a jugar bolos.

Ahora estaba sentada con Kyler en el sillón de mi balcón. Él estaba con su guitarra y yo tenía mis pies sobre el espacio libre en sus piernas. Él estaba perdido en sus pensamientos mientras tocaba, y amaba verlo así, tan natural.

Había escuchado un dicho que decía que cuando amabas a una persona, amabas sus virtudes y defectos, y ahora lo sabía. Amaba a Kyler, ama la manera en que se pierde al tocar, en como frunce el ceño mientras piensa, en como mueve sus labios sin hablar mientras tararea alguna canción. Amaba la manera en que me mira, en como se siente su mano con la mía, amaba lo serio que podía llegar a ser, a lo coqueto y juguetón. Amaba la manera en que su cabello caía por su frente y no parecía molestarle. Amaba lo impulsivo que podía ser a veces, amaba lo entregado que era, pero sobre todo amaba todo de él.

Kyler era tan diferente a todos los chicos que he conocido.

Debió haber sentido mi mirada fija en él porque me miró y sonrió.

—¿Pasa algo? —preguntó.

—No, nada.

—Oye, por cierto, mañana es tu cumpleaños —dejó la guitarra a un lado y acercó más mis pies a él—. ¿Qué quieres? Haré lo que tú quieras.

Sí, mañana era mi cumpleaños. Pero la verdad no me emocionaba nada. En realidad odiaba mi cumpleaños. Y no sólo por el hecho que era un recordatorio de la muerte de mis padres, sino porque me hacía un año más vieja.

No quería envejecer tan rápido.

No había querido tocar el tema porque sabía que Kyler iba a querer hacer algo. Pero yo no quería nada, sólo una simple cosa.

—¿Lo que yo quiera? —pregunté elevando una ceja.

—Lo que tú quieras. —respondió, seguro.

—Sólo quiero una cosa, y es que me acompañes a ver la tumba de mis padres.

Pareció sorprendido y algo confundido con mi petición. Sabía que no era algo como un regalo o algo así, pero era lo único que quería.

—¿La tumba de tus padres? —preguntó, confundido a lo que yo asentí—. ¿En tu cumpleaños?

—Sí.

—¿Estás segura de eso?

Me encogí de hombros.

—Creo que sí, sólo quiero eso.

No parecía muy de acuerdo, pero asintió.

—Está bien.

Besé su mejilla. —Gracias.

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Al día siguiente me desperté por la voz de Skyler, quién cantaba las mañanitas para mí. Me senté en la cama, restregando mis ojos y sonreí al ver a Jake y Kyle también. Los tres cantaban juntos y busqué a Kyler pero no lo vi.

A lo mejor iba a venir más tarde.

Cuando finalmente terminaron de cantar, Skyler colocó un pastel de chocolate frente a mí con el número veinte en medio del pastel en forma de candelitas.

Something Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora