43. Día de playa

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—¿Tienes todo listo? —le pregunté por segunda vez a Kyler, mientras él cerraba la cajuela de su auto.

—Sí, ya está todo listo.

Caminó a la parte delantera del auto y fui con él.

—¿Puedo conducir yo? —pregunté.

—¿Puedes conducir? —elevó una ceja.

—Claro que sí, sólo porque no tenga un auto no quiere decir que no pueda.

—Bueno...

—¿Puedo o no puedo? —crucé los brazos sobre mi pecho. Él tomó mi rostro y me dio un rápido beso.

—No.

Se giró hacia el auto pero me crucé en su camino.

—¿Por qué no? Tú siempre conduces.

—Y lo seguiré haciendo.

—Kyler, déjame conducir. ¡Por favor, por favor, por favooor! —puse mi mejor cara de cachorro y él suspiró.

—Bien —me dio las llaves y él rodeó el auto subiendo al asiento del copiloto.

—¡Sí! —subí al auto y encendí la radio dejando una estación donde pasaban música de Bruno Mars. Nos puse en marcha y en el camino no dejaba de cantar con Bruno. Kyler sólo me miraba con una sonrisa y de vez en cuando reía a carcajadas cuando confundía la letra.

—Estás loca —tomó mi mano y besó mis nudillos—. Pero amo tu locura.

Sonreí, y así seguí en el camino. No dejé de cantar y a Kyler sólo parecía causarle más gracia. Hacía muecas y medio bailaba al detenerlos en los semáforos rojo. Kyler sólo negaba, pero de vez en cuando cantaba conmigo.

Para cuando llegamos a la playa, tenía mucha sed. Kyler bajó todo del auto y fuimos a la orilla. Extendí la toalla en la arena y Kyler colocó la sombrilla.

Inmediatamente me dispuse a quitarme la ropa. Esta vez si había traído traje de baño. Era de una sola pieza, color negro. Era mi favorito.

—Oye, tranquila, ¿Cuál es la prisa? —Kyler también empezó a quitarse la ropa.

—Trajiste bañador, ¿no? —pregunté, juntando mi ropa bajo la sombrilla.

—¿Qué pasa sino lo traje? —le echó una mirada a mi cuerpo y sonrió.

—No bañarás conmigo. No quiero a nadie viendo a mi chico.

—Lo soportaras, así como yo voy a soportar que un montón de idiotas te miren en ese sexy traje.

Se quitó los pantalones y si traía bañador.

—Con que me miro sexy, eh. —coloqué ambas manos en mi cintura mientras lo miraba elevando una ceja.

—No sabes cuanto —respondió. Se acercó, de manera cautelosa y rodeó mi cintura mientras me levantaba del suelo y me llevaba con él.

—¿Qué haces? —reí.

—Vamos a bañar.

Se tiró al agua todavía conmigo. El agua estaba fría, estábamos por entrar a octubre así que se acercaba el otoño. No creo que fuera buena idea venir.

Emergí del agua al mismo tiempo que Kyler y él sonrió para acercarse a mí y abrazarme. Yo temblaba del frío y él debió notarlo porque se alejó.

—El agua está fría, es mejor que salgamos —dijo—. No quiero que te enfermes.

Me llevó hasta la toalla y nos tumbamos en ella, mientras el sol nos calentaba.

Something Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora