Something Of Love

23. Cambios

Los días empezaron y con ellos se hacía más fuerte la actitud de Kyler.

Cada uno de esos días estuvo llevándome cosas, como chocolate, malteadas y más muffins, los cuales me encantaban.

Casi no habíamos tenido oportunidad de hablar porque estaba en semana de exámenes y necesitaba concentración absoluta.

Daniel me había dicho que me notaba extraña pero yo negué, le dije que era el estrés de los exámenes y él pareció creerlo.

Pero me sentía mal.

Mal, porque le estaba mintiendo.

Y ahora que miraba a la maestra de psicología explicar algo, no dejaba de pensar.

Kyler me codió y me pasó un papel doblado. Hoy no me había traído nada y eso era bueno por un lado porque no tenía que ocultarlo de Daniel, pero mal porque me hacía falta.

Desdoble el papel y leí lo que decía la nota:

¿Podemos vernos en la cafetería más tarde? Tengo algo para ti.

Lo miré y luego escribí curiosa de saber.

¿Qué es?

Le pasé el papel, leyó lo que escribí, escribió y me lo pasó de nuevo:

Tendrás que esperar. Pd: Te ves hermosa.

Leí sus palabras y sentí mis mejillas sonrojarse. Doble el papel y lo metí entre mis libretas. Cuando la clase terminó Kyler me acompañó como siempre a mi siguiente clase, se había vuelto su costumbre.

Caminamos en silencio y cuando nos detuvimos en la entrada me giré enfrentándolo.

—¿Nos vemos más tarde?

Asentí. —En la cafetería.

Sonrió y se inclinó besando mi mejilla largamente. Me tomó por sorpresa haciéndome tomar aire.

—Kyler...—se alejó y me miró fijamente.

—Nos vemos luego. —lo miré partir. No fue hasta que no lo pude seguir viendo que me di cuenta que mi corazón latía como loco en mi pecho. Obligándome a calmarme, tomé aire y entré a mi clase.

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Fui a la cafetería y busqué a Kyler, pero no lo encontré por ningún lado, así que me senté dejando mi bolso sobre la mesa.

Me sentía extrañamente ansiosa. Por eso odiaba las sorpresas, me hacían sentir ansiosa y nerviosa queriendo saber que era. Prefiero que me digan que es de una buena vez que estar con la curiosidad.

Miré mi reloj y sólo llevaba dos minutos aquí pero sentía que eran como dos horas.

—Llegué —Kyler se dejó caer en el asiento frente a mí, dejando un ramo de rosas sobre la mesa. Mis ojos se salieron de órbita al ver el gran ramo.

—Estas rosas...—comencé sorprendida, mi corazón dando un salto en mi pecho.

—Son para ti.

Miré las rosas y pasé mis dedos sobre una de ellas sintiendo su suavidad y dulce olor. Miré a Kyler.

—Yo...no puedo aceptarlas, Kyler.

Me miró confundido.

—¿Por qué?

—Te recuerdo que...

—Estas con Daniel, ya lo sé —me interrumpió. Un musculo de su mandíbula endureciéndose—, Pero no te estoy pidiendo nada más, sólo aceptalas.

—Es que...

—Es que nada. No acepto un no por respuesta, así que tomalas y cuida de ellas.

Tomé las rosas y coloqué mi bolso sobre mi hombro. Kyler me acompañó a la salida.

—Gracias, están muy hermosas.

—Al igual que tú.

Rodé mis ojos, pero sentí mis mejillas sonrojarse.

—Te has vuelto muy romántico, eh.

—Tengo a dos hermanos expertos en el amor. —hizo comilla en el aire.

Reí. —Son muy buenos.

Kyler me miró con un brillo en sus ojos.

—¿En serio?

Asentí. —Kyler, yo...

—Hayley. —me giré a la voz de Daniel quien se acercó a nosotros. Besó mi mejilla colocando uno de sus brazos sobre mis hombros acercándome a él.

Miró las rosas en mis manos y luego a Kyler con el ceño fruncido.

—¿Y esas rosas?

Mi mirada nerviosa iba entre Kyler y Daniel. No sabía que decir, pero la verdad no podía o Daniel se enojaría y Kyler se metería en problemas.

—Eh...son de Skyler. —mentí—. Me dijo que se las cuidara.

Miré a Kyler quien tenía el semblante caído y dolido.

Me arrepentí mil veces no haber dicho la verdad cuando su mirada dolida sostuvo la mía.

—Que caballero debe ser. —dijo Daniel.

—Sí —concordó Kyler con la mandíbula apretada—, Debe quererla mucho.

—Eso parece. Pero en fin, ¿estas lista para irnos?

Asentí apartando la mirada de Kyler, para ver a Daniel.

—Sí.

Daniel asintió en dirección de Kyler.

—Nos vemos, Miller.

Kyler asintió en respuesta sin despegar su mirada de mí.

—Adiós, Kyler.

No me respondió. Daniel me hizo girar alejándonos de un Kyler no muy feliz.