3. ¡Idiota!

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Era la tercera vez que Jess me llamaba para apresurarme porque se nos hacía tarde.

Pero sus llamadas lo único que hacían era estresarme más de lo que ya estaba. Ignoré la cuarta llamada y terminé de peinar mi cabello en una coleta desordenada, tomé mi teléfono de la cama y me despedí de Skyler sin mirarla.

Bajé por las escaleras tratando de no caerme por lo rápido que iba, no quería estar esperando el ascensor y que tardara un año en subir y bajar.

Llegué al primer piso casi ahogándome por la falta de aire. Salí disparada por las puertas de entrada y el auto rojo de Jess estaba justo al frente del edificio. Ella empezó a pitar y no había terminado de subir al asiento del copiloto cuando ella ya estaba en marcha.

—Tú eres más lenta que una tortuga —Jess me lanzó una mirada de soslayo.

—Lo siento, me dormí.

—Espero que inventes una mejor excusa para la maestra si logramos entrar a la clase.

Aparté unos mechones de cabello que se habían caído de mi coleta.

En lo que Jess trataba de llevarnos a clase más rápido de lo normal, controlé mi respiración y me acomodé en mi asiento. Para cuando estaba disfrutando del viaje Jess estaba estacionando el auto y bajando de él. Hice lo mismo y corrí para alcanzarla.

—Jess, espérame.

—Apresúrate, se nos hace tarde —caminamos, bueno, casi corrimos al salón donde nos tocaba la clase de psicología. Nos detuvimos en la puerta abierta y la maestra nos miró.

—Buenos días, señorita Hall —saludó Jess—. ¿Podemos pasar?

Sus ojos miraron la clase y luego a nosotras.

—¿Sus nombres?

—Jess Want y Hayley Mason —ella miró el papel en sus manos y luego a nosotras.

—Pasen, señorita Mason tome asiento al lado del señor Miller y usted —dijo refiriéndose a Jess—. Al lado del señor Brank.

Jess caminó hasta el otro lado del salón y tomó asiento al lado de un chico de cabello oscuro. Yo fui al fondo del salón sin mirar a nadie. Al detenerme en mi asiento coloqué mi bolso sobre la mesa y miré a mi nuevo compañero.

No.

No. No. No. No. No. ¡NO!

Kyler me dio una rápida y fastidiada mirada para luego volver su vista al frente. Me senté a su lado convencida de que esto era una broma, una gran casualidad o que él me estaba siguiendo. Lo miré de lado, pero él no me miró. No sabía qué hacer.

—Buenos días —saludé. Esperaba que él me contestara al menos el buenos días, pero no. No me miró o contestó. Hizo como que si no me había escuchado. ¿Qué mierda?

Pero bueno, dos podemos jugar el mismo juego. Me senté el resto de la clase escuchando a la maestra y haciendo pequeños dibujos de cosas en mi libreta.

También estaba haciendo muy bien la tarea de ignorar a Kyler, y él también lo estaba haciendo muy bien, porque de la hora que llevaba sentada a su lado no había volteado a verme.

Y eso me molestaba. La verdad no estaba segura porque me molestaba ya que ni siquiera éramos amigos. Y no es que quiera ser su amiga, pero muy en el fondo una parte de mí lo quería. Lo que más me molestaba era que no estaba dispuesto a conocerme o al menos hablarme como si fuera una mala persona.

—Bien, chicos —habló la señorita Hall sacándome de mis pensamientos—. La clase está por terminar, pero les quiero dejar el trabajo parcial que cuesta la mitad de su nota. Así que si quieren una buena nota, hagan un buen trabajo. Con su compañero de mesa me van a realizar un análisis del comportamiento humano basándose en su compañero. Me elaboraran un informe y me lo entregarán al final del trimestre. Buena suerte. Pueden salir.

Something Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora