47. La carta

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Hayley.

No había día que mis ojos no se llenaran de lágrimas al pensar en Kyler. No había día que no lo extrañara. No había día que desiara escuchar su voz. No había día que no quisiera abrazarlo. No había día que no pensara en su sonrisa.

Lo extrañaba tanto.

La clase que tenía con él era la hora más difícil. Podía sentir su mirada fija en mí en cada movimiento que hacía, pero yo no podía verlo.

El dolor que sentía era cada día peor. Lo amaba tanto, pero me dolía más todo. Saber que él había sido el culpable era algo que no podía olvidar así como así, y me dolía tanto no poder estar con él. Lo necesitaba y sé que él a mí, pero estaba muy lastimada.

—Debes comer, Hayley —me dijo Skyler al ver no había tocado mi cena—. No puedes seguir así.

—No tengo hambre.

—Pero debes comer, no has estado comiendo casi nada estos últimos días.

—Lo sé, pero no quiero —tomé mi plato y lo llevé al fregadero. Skyler me siguió y se sentó sobre la barra.

—Oye, encontré esto al llegar —me tendió un sobre que tenía mi nombre en él. Era su letra. Tomé el sobre y fui a mi habitación.

Me senté en la alfombra junto a mi mesita de noche y descansé mi espalda en la cama.

Pasé mis dedos sobre mi nombre escrito con su letra, y tomando aire, abrí el sobre y saqué la hoja para comenzar a leer:

Hayley,

Mi querida y hermosa, Hayley. No sabes cuanto me gusta tu nombre, que nunca te lo dije, pero lo estoy haciendo ahora. No sabes cuando te he extrañado estos días, cuanta falta me hace escuchar tu risa, cuanto me hacen falta tus besos, tus abrazos, la manera en que tu sonrisa alegra mi día, te extraño completamente.

que cometí muchos errores y no sabes cuanto me arrepiento. Pero necesito que sepas mi versión de las cosas.

Ese día venía con mi novia Molly, veníamos de cenar y estábamos discutiendo. Las cosas no estaban muy bien entre nosotros y, empezamos a discutir. Ella no me dejaba de reclamar y me estaba sacando de quicio, ambos gritábamos y desafortunadamente no me fijé en el semáforo en rojo. Fui a impactar a una camioneta roja. Perdí el conocimiento y cuando desperté estaba en un hospital. La enfermera me explicó lo que había pasado y ahí fue cuando me dijo que tus padres y Molly habían muerto en el accidente. No sabes el dolor y culpa que sentí al enterarme. Quería morirme y dar mi vida por la de tus padres y Molly, pero no podía.
La enfermera me contó que estabas interna de gravedad así que cuando estuve mejor fui a verte. Estabas inconsciente, con varias vendas en tu cabeza. Tu labio estaba partido y tenías moretones por todos lados. Tu brazo estaba fracturado y la enfermera me dijo que había sido un milagro que sobrevivieras. Con cuidado me acerqué a ti y tomé tu mano, la culpa que sentía me carcomía y lloré por saber el dolor que ibas a sentir al despertar. A que juré que me alejaría de ti para no lastimarte más de lo que ya lo había hecho. Y lo había logrado hasta que te mudaste al edificio. El primer día que te vi, me removiste todo. La verdad, no sabía que eras la misma chica que había visto en el hospital. La chica que vi ese día, era una chica fuerte, algo enojadiza, determinada y sobre todo luchadora. Había algo en que decía que tenía que alejarme de ti, además me había prometido a mismo que no volvería a estar con nadie.
Lo intenté, Hayley. Intenté alejarme de ti, pero simplemente no podía. A medida que te fui conociendo más difícil se hacía para . Traté no enamorarme de ti, pero fracasé.
El día que al fin aceptaste salir conmigo, juro que fue uno de los mejores días de mi vida. Pero a medida me contaste lo de tus padres empecé a sospechar. Fue el día de tu cumpleaños donde me enteré de todo, ese día supe que eras la misma chica del hospital y sentí como te había perdido.
Pasaron tantas cosas por mi cabeza y por eso no pude ir contigo ese día. Pero sobre todo me negaba a alejarme de ti. ¿Y quieres saber porque? Porque te amo.
que no merezco tu perdón, pero de verdad espero que algún día me perdones.

Para cuando leas esto, yo ya estaré muy lejos. Decidí ir con Roth un tiempo. No podía seguir cerca tuyo sabiendo el dolor que te estoy causando tan sólo con mi presencia, pero sobre todo, no podía soportar tenerte tan cerca y a la vez tan lejos. Muchos me dijeron que teníamos que darnos tiempo, y ahora que lo pensaba, tenían razón. Necesitábamos tiempo para sanar nuestras heridas, necesitabas tiempo para perdonarlos, ya nos habíamos hecho suficiente daño el uno al otro, pero recuerda algo, Hayley, aunque esté lejos de ti, tienes mi corazón.

Te amo y siempre te amaré.

Kyler.

Mis sollozos eran imposibles de contener al terminar la carta.

Se había ido. Me había dejado.

Descansé mi cabeza en el colchón mientras lloraba amargamente. Miré nuestra foto en mi mesita de noche, la foto que nos habíamos sacado el día de la boda de Roth y Mel. Nos mirábamos tan felices y enamorados.

El dolor en mi pecho se hacía más profundo al ver nuestra foto. La pegué a mi pecho y dejé la carta de lado. Skyler debió escuchar mi llanto porque entró y me miró en el piso para acercarse a mí y abrazarme.

Mi corazón estaba en mil pedazos y dolía, dolía tanto.

Lloraba al pensar que se había ido.

Lloraba al saber que mi dolor era más fuerte que mi amor por él.

Lloraba al saber que a veces el amor no es suficiente para sanar nuestras heridas.

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