capitulo 18

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"la frialdad también puede disfrazarse de una calidez atrayente" 

Aaron se levantó con algo de dificultad por el palpitante dolor en su hombro, se recargo en el respaldar de la cama en la que se encontraba, respiro profundo y miro a Issey. Esta no quitaba la sonrisa de su rostro, una sonrisa que emanaba calidez pero que por dentro era de satisfacción, todo había salido como ella quería. La pelinegra coloca su mano en el brazo de Aaron, él se tensa ligeramente ante su toque.

— No te esfuerces tanto. — Dice ella con una pisca de dulzura, el mismo tono que usa una madre con su hijo.

— Solo es una herida. Ya me siento bastante patético al caer tan fácil. —Dice ligeramente fastidiado, eran tan débil, unas pequeñas heridas habían logrado derribarlo

— Es cierto, pero no era cualquier herida, la de tu hombro tenía veneno, estaba en la punta de la daga, eso fue lo que hizo que quedaras inconsciente. — Se remueve unos mechones de cabello que caen por su rostro

— ¿Veneno? Vaya... Demonios nuevos, técnicas nuevas. — Mira de reojo el vendaje en su hombro.

— No te enfrentabas a cualquier clase de demonio, eran sirvientes de Daberinos tiene el rango de duque, domina más de 1000 demonios y sirve bajo las órdenes del emperador Demoriel. —Dice ella con una pizca de orgullo disfrazada de desprecio

— Nunca había oído hablar de él ¿Cómo sabes tanto sobre ellos? —La mira fijamente, algo no encajaba en todo esto o tal vez su curiosidad estaba cayendo en paranoia.

— Yo también he sido atacada, desde ese entonces he investigado sobre ellos. —Dice sonriente ¿Acaso no dejaba de sonreír? Eso debe doler...

Él está apunto de hablar cuando se escucha la puerta de la habitación abrirse, entra una mujer Castaña con ondulaciones en las puntas de su cabello. Aaron mira a Issey esperando que le diga quién es ella.

— Es mi compañera y mejor amiga, hemos sobrevivido juntas varios años, ella fue la que sano tus heridas. — Explica brevemente viendo a la castaña.

— ¿Fuiste tú? Vaya te lo agradezco, hiciste un gran trabajo ¿fuiste enfermera? — Su atención se poza en la misma mujer.

Ella baja la mirada, se sentía pequeña al tener las miradas sobre si, siempre había sido tímida, era una faceta de ella que odiaba un poco ¿Pero qué se le podía hacer?

— Si lo fui y no agradezcas, no fue nada. — Murmura rápidamente tratando de sonreír, conteniendo los nervios, sus ojos azules cristalinos la ponían nerviosa. Era atractivo.

Vuelve a ser interrumpido por otra presencia, pero esta vez el hombre conocía a la persona. Era ella, las dos mujeres los miran, Issey mira a Aaron.

— Vendremos después, me parece que tienen una práctica pendiente. — Se levanta del banco que tenia junto a la cama, toma a la otra mujer y prácticamente la arrastra fuera. Cierra la puerta con una sonrisa cómplice aunque por dentro solo sentía fastidio.

La vergüenza y culpabilidad golpea a Aaron de frente, ella solo se recarga en una pared. Se nota que no será la que empiece a hablar.

— Yo... lo siento, sé que hice mal, pero sin esa espada no hubiera podido ni acercarme, tu eres fuerte, yo sabía...—Dice rápidamente tratando de excusarse pero es interrumpido.

— Entiendo tus acciones. — Responde neutral  sin expresión en su rostro.

Él se levanta con algo de dificultad de la cama a causa de la herida de su pie. ¿Entender? Sinceramente él esperaba otra respuesta, tal vez reproches y algunos gritos. Se acerca pero ella se aleja. Aaron nota la acción con un leve deje de precaución ¿Realmente no estaba enojada?

No obstante ahora el cuarto estaba cubierto de una frialdad palpitante. Ella lo vuelve a observar y no puede evitar sentir ese mismo dolor, ese dolor que le recordaba a él... Eran tan parecidos, tenía sus ojos pero no su mirada, sus labios pero esos no estaban impregnados de ella. Tenía su cuerpo pero sin sus caricias, su físico pero no su alma. Cierra los ojos con fuerza un minuto tratando de calmar y mantener cerrada la herida. Respira profundo y levanta sus orbes con esa máscara que había llevado por siglos.

Ninguno sabía que decir para romper la tensión que picaba entre ellos, era la primera vez que estaban juntos en un mismo lugar tranquilo y no era un sueño.

Aaron no quitaba la mirada de ella, así que se acercó y tocó ligeramente su brazo, sintiendo como se tensaba al sentirlo, al tacto de sus dedos en la piel. Llevó sus manos hasta la barbilla de la mujer haciendo que lo mirara.

— ¿Este no es un sueño cierto? ¿No desaparecerás? — Murmuró acariciando su rostro pero ella se aparta un poco de su toque, quemaba en su piel de una forma dolorosa. Cada gesto le recordaba al hombre que amo más que a su vida y no pudo proteger.

— No desapareceré, no tengo motivos para hacerlo... aún. — No vuelve a voltear la mirada. Contrariamente la posa sobre la pequeña ventana de la alcoba.

Aaron sabe que lo que está a punto de hacer es un error, no sabe como reaccionará pero es un deseo que tiene desde que la conoció. Toma su rostro entre sus manos y junta sus labios abruptamente en necesidad, ella no se mueve, ni le corresponde el beso. Es como besar a una muñeca de porcelana, tan bella pero tan fría. Siente la calidez de su cuerpo junto a la frialdad del beso. Aunque parezca indiferente ante su beso, por dentro ella gritaba, recordando sus besos. Esas memorias que tanto arden en su cuerpo. Haciéndole pasar un trago amargo, por lo que se aparta y discretamente respira profundo.

— Mejor descansa y deja los juegos para después. — Murmuró dándole a Aaron una pizca de decepción junto al dolor de sus acciones y palabras.

— ¿Alguna vez me dirás tu nombre? — Suelta él de repente intrigado, aunque también era una manera de disimular lo ocurrido hace unos segundos.

Ella voltea a verlo ¿Cuál era la importancia de saber su nombre? A su mente viene un recuerdo

" — No necesitas saber mi nombre, no estoy interesado en intimidar con un Ser de tu clase, esto es solamente profesional, yo soy tu entrenador eso es lo único que necesitas saber ¿Entiendes? "

Carraspea su garganta tratando de alejar el nudo que en él se había formado. Ella se acerca  tocándole ligeramente el brazo para sentarlo en la cama.

— El veneno aún corre por tu cuerpo, ahora descansa. — Aaron toma su muñeca suavemente, ella mira su mano deseando que la quite. No era desprecio simplemente dolía...

— ¿Dónde estamos? — Se había olvidado de preguntar ese pequeño gran detalle a Issey.

— En la casa de la mujer que estaba contigo, ofreció su casa cuando estabas inconsciente. — Expresó quitando su mano discretamente.

— ¿Kela y James? — Otra cuestión importante que había olvidado, tomando que quedó en ese estado, tratando de "Salvarlos"

— Kela está dormida y James estaba coqueteando con la otra mujer, la que te sano. Deberias haber visto el rostro de la chica. — Baja la guardia por un minuto y sonríe por un minuto. Para él es lo más hermoso que ha visto desde que sucedió la catástrofe, no aparta la mirada de ella, hasta que se da cuenta, borrando el gesto de su rostro.

— ¿Me dirás tu nombre? —Vuelve a insistir ¿Qué podía perder?

—Kalaia. — Suelta un leve suspiro luego de pronunciarlo.

Crónica de un pecado (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora