capitulo 19

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"Aveces los sueños pueden ser un lapso de la realidad"

Kalaia

Aún recuerdo la expresión de su rostro cuando le dije mi nombre, era como si recordara algo o tratara de hacerlo pero no pudiera hacerlo. En otra situación hubiera tenido la esperanza de que me reconociera pero sabía que eran dos personas diferentes. Aaron y ... Asael, joder hasta pensar su nombre duele como una herida que nunca se ha cerrado ¿Por qué aun no logro olvidarte? O siquiera superarlo. Una pregunta que me hago diario, pero muy en el fondo sé que no lo quiero olvidar. Miro a Aaron dormido aún, el veneno que corre por sus venas lo tiene débil, se tiene que sacar poco a poco, de lo contrario podría morir. Estoy recargada en la puerta viéndolo fijamente, estaba a punto de irme pero algo me retiene a quedarme un poco más a su lado. Mis pies se mueven por si solos hasta su cama y antes de darme cuenta me siento a su lado sin apartar mis orbes claros de él, no sé que me obliga a quedarme... tal vez solo lo necesito.

Acerco mi mano algo temerosa a su rostro, se ve tan pacifico así, pero verlo de esa forma solo me trae el recuerdo de Asael dando su último suspiro en mis brazos, parecía dormido, pero fue un sueño eterno sin retorno alguno. Toco sus largas pestañas iguales a como las recordaba en él cuando descansaba a mi lado. Ellos maravillosos ojos grises que se esconden debajo de ellas, sus miradas son tan diferentes. La de Asael destellaba malicia, determinación y pasión. La de Aaron aún no logro descifrarla después de tantos años aún es dificil.

Paso la yema de mis dedos por su mandíbula marcada sintiendo la suavidad de su piel bajo mi tacto y con un poco de duda miro sus labios. Respiro profundo observándolo ¿Eran iguales de suaves? ¿Tenían su misma calidez? Bajo mis caricias hasta ellos y con mi pulgar los delineo suavemente tentándome a probar de ellos una vez más. Cuándo Aaron me besó el shock de mi ser me impidió disfrutar de ello, colocando mi mente en blanco en ese momento y siendo nublada únicamente por el dolor de un pasado. Acerco mi rostro al suyo quedando a solo pocos centímetros, tan cerca que siento su suave respirar golpear contra mi boca. Por primera vez en siglos me dejo llevar por mis deseos. Pongo mis labios sobre los suyos dándole un pequeño pero duradero beso, cierro mis ojos disfrutando de la sensación llevándome lejos de la realidad. No obstante doy un pequeño respingo al sentir una mano en mi cintura e inmediatamente abro mis ojos topandome con su mirada grisácea viéndome fijamente pero no se aleja de mí, al contrario, aprisiona mis labios con los suyos en un beso desesperado y yo me dejo llevar acoplándome a su ritmo, saboreando por completo sus labios. Mi corazón empieza a latir con rapidez queriendo salir de mi pecho, paso mi mano hasta su nuca sintiendo las hebras de su cabello enredarse en mis dedos mientras yo lo atraigo mas a mí. Un ligero escalofrío recorre mi cuerpo cuando siento sus caricias en mi cintura, tan suaves y firmes a la vez. Es como un viaje en el tiempo... como si él nunca hubiera muerto. Como si hubiera podido protegerlo... en ese momento.

Me dejo llevar por las sensaciones que vuelven a renacer en mi cuerpo. Siendo guiada por él hasta quedar arriba de su formado y marcado cuerpo. Aunque esta vestido puedo sentir tus trabajados músculos tensarse y el latir de su corazón en perfecta sincronía con el mío, en una hermosa danza con la perfecta armonía.

Su pecho se acelera cada vez con más rapidez.

 —Kalaia. — Se separa un poco de mis labios susurrando mi nombre. Saboreando en el aire cada letra de este.

Alto en mí hace Click haciéndome caer de la nube de fantasía golpeando fuertemente con la realidad. La mirada en sus ojos es intensa y no puedo apartar mis ojos de ella...

Pero me doy cuenta de algo, me deje llevar en este apasionado beso porque pensaba que era Asael... lo bese pensando que volvía a yacer en sus labios. Pero era Aaron. Suspiro poniendo mis manos en sus ojos haciéndolo caer de nuevo en los brazos de Morfeo. Sin tiempo a recitar algo más, para luego acercar mi boca a su oído.

— Lo que sentimos será, como en un sueño, sueño será

Así como el lago desaparece en el mar

Uno más de tus recuerdos será

Lo vivido no lo sentirás

Lo visto recordaras

Y uno más de tus sueños se convertirá

Recito en su oído convirtiendo nuestro beso en un sueño para él... como si nunca hubiera pasado en realidad. Así como todas las veces que nos hemos visto. Para él son sueños... pero todo fue realidad. Era su alma viajando.

Miro su rostro por última vez. —Dicen que lo que más rápido encuentras, es lo más rápido que pierdes.  Estaré cerca de ti, cuidándote desde las sombras, así como lo he hecho desde tu nacimiento, protegiendote de la manera en la que no pude protegerlo a él. – Susurró bajo con una leve presión en mi pecho. —Adiós Aaron.

Tomando el mango de mi espalda le doy un último vistazo antes de desaparecer de allí como una sombra que se difumina en el aire.

Aaron

Despierto con una sensación en mis labios, recuerdos pequeños de mi sueño vienen a mi mente abruptamente. Sus suaves labios moviéndose contra los míos mientras acariciaba la suave piel expuesta de su cuerpo... joder, me volveré loco si sigo con esta clase de sueños. Me levanto un poco viendo la habitación... esta vacía, lo último que recuerdo antes de dormir era ella junto a mi cama.

Pero ya no está... ya no siento su presencia. ¿Adonde fue? No me preocupo ya que a mi mente viene la idea de que ella está rondando por la casa. Solo deseo salir de esta maldita cama para verla de nuevo.

Crónica de un pecado (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora