capitulo 10

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"Tener sentimientos por alguien que no conocemos, es como meter las manos al fuego sin saber el dolor que tendremos"

No pude dormir en toda la noche por pensar en las palabras de Kela, ¿Ángel de la muerte?¿Por qué? su mirada es reflejo de muerte pero no ajeno, cada vez que me acerco más a ella, en vez de aclararme la mente, me confundo. Toda la noche estuve pensando en alguna manera de salir de aquí lo antes posible. Y al final me di cuenta que mañana iremos por provisiones a un pueblo cercano, solo espero ir esta vez, no todos van. El general piensa que si vamos pocos hay más posibilidades de no ser vistos por nadie, al menos humano.

Escucho las pisadas del general y seguidamente un fuerte ruido en la puerta de mi habitación indicándome que ya es hora de levantarme, así que me pongo de pie rápidamente y busco ropa limpia para ponerme, agarro una camisa gris pegada al cuerpo, unos pantalones negros y mis amadas botas de combate algo gastadas de tanto uso.

Llego al baño de los hombres y puedo notar que solo se encuentra la cuarta parte de ellos, lo más seguro es que los demás aun estén dormidos tentando a un castigo. Entro a una de las duchas y me desnudo antes de abrir la pequeña ducha, para luego empezar a restregar mi cuerpo con el diminuto pedazo de jabón que nos entregan a cada uno, voy a agarrar shampoo pero me percato que ya no tengo ¡Maldita sea!, corro un poco la cortina

- ¡Ey! No tienes un poco de shampoo que me preste - Le digo uno ellos que acaba de salir de una ducha.

- ¿Ya no tienes?

- ¿Por algo te pido, no crees?

- Ey... tampoco me respondas de esa manera, no se para que tienes el cabello tan largo, deberías rapártelo así no ocuparías shamposito.

- Mi cabello está bien así, ¿Me lo vas a prestar sí o no?

- Aquí tienes. -me lanza la botella de su Shampoo compuesto de varios tipos dado que también es excaso, me ahorro el agradecimiento.

Si me dieran dinero por todas las veces que he escuchado que me debería de cortar el cabello, seria millonario, ¡Ni lo tengo tan largo!, me llega por los hombros.

Estoy terminando de ponerme los pantalones luego del rápido baño cuando el General llega.

- Aaron ven conmigo ahora mismo.

- Me pongo la camisa y voy

- ¿No escucho? Dije ahora, póngasela de camino.

Agarro la camisa de mala gana y lo sigo afuera del baño de los hombres, unas tres mujeres van pasando en ese momento, puedo sentir sus miradas en mi cuerpo, no disimulan ni un poco. No puedo negar que tengo un buen físico, antes que toda esta mierda pásala, era boxeador profesional y la apariencia es muy importante en el negocio, la mayoría del tiempo la pasaba metido en un gimnasio.

- Aaron alístate hoy irás con nosotros- Ya temía que me dijera que hoy no los acompañaría.

- Claro general ¿algo más?

- Sí, usted tiene la llave de la bodega ¿cierto?

- Si ¿Por qué?

- Necesito que saque un buen armamento de armas, hoy iremos más lejos, a un lugar que aún no hemos explorado, podríamos toparnos a varias escorias, mejor ir prevenidos.

- Entiendo, uno nunca sabe con qué se puede topar

- Exacto, en el momento que anochezca partiremos.

Miro como se aleja del baño de los hombres, lo primero que me viene a la cabeza es buscar a James así que voy a su habitación, a esta hora lo más seguro es que aún este dormido.

Crónica de un pecado (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora