"El dolor y el amor te someten rompiendo tu alma de diferente manera, pero siempre habrá sufrimiento"
Sus parpados se abren lentamente dejando expuestos unos ojos que habían recobrado nuevamente su color gris, a la vez que sus manos temblaban sosteniendo la espada que se posaba sobre el cuerpo del hombre de bata blanca a punto de morir por la profunda herida en su abdomen. Aaron deja salir un jadeo de sorpresa sintiendo como todo venia a su mente de golpe, provocándole una sensación de mareo abrupto, colocándole un ardor en la boca del estomago, que rápidamente lo hace doblegarse para poder vomitar un liquido negro que es absorbido por las hendijas en el suelo. Sus ojos se encontraban algo cristalizados por la desagradable sensación de nauseas mientras trataba de recomponerse viendo la mirada de todos los guardias puestas en él. Max solo mostraba dureza y furia contenida, apretando los nudillos a tal punto que estaban blancos.
Se incorpora inhalando profundamente hasta que Kalaia aparece en su campo de visión, acelerando su corazón con un fuerte sentimiento de culpa y dolor azotando su cuerpo sin piedad alguna. Se acerca rápidamente a ella buscando algo con lo que pudiera cortar las cadenas y lo primero que logra tomar es la espada de oro, la cual empuña esta vez con más seguridad dando un gruñido en el momento que toma impulso, cortando primeramente lo que apresaba sus manos para continuar con sus piernas. Tira el arma apresurándose a cargarla en sus brazos, sintiendo que allí mismo se rompería por el estado en el que ella estaba. Todos los recuerdos pasaban por su mente como diapositivas dándole a probar la debilidad a la que él estaba amarrado ¿Por qué no lucho más? ¿Por qué hasta ahora logro sacar eso que lo estaba consumiendo tomando su lugar? Esta vez no podía culpar a su humanidad ya que la fortaleza se encontraba en el corazón ¿acaso lo que sentía por ella no era lo suficientemente fuerte?
— Aaron, solo lo diré una vez, deja a Kalaia donde estaba y termina con esto de una buena vez. —La voz demandante de Max rompe en la cúpula dando un paso hacia él con sus ojos empezando a tomar una tonalidad más oscura de la habitual.
— Primero muerto antes que acabar con su vida, fui controlado una vez, pero no se repetirá. — Musita totalmente seguro de su decisión apretando el cuerpo de ella contra su pecho sintiendo como se removía en sus brazos abriendo un poco sus ojos.
— De acuerdo, has tomado tu decisión. Realmente no me importa matarlos a los dos ya que esa cama de piedra junto a la de ella era para ti, solo aceleraremos el proceso. —Murmura con una gracia cruda sonriendo triunfal a la vez que levantaba la mano, consiguiendo que los guardias apuntalan las pistolas hacia ellos. —Un sacrificio en vano, es una pena realmente. — Cierra su mano en un puño dando la orden de disparar, la cual acatan inmediatamente.
Aaron al ver como apuntaban a ellos sintió su corazón bombear con más fuerza causando que cada segundo se hiciera lento, viendo todo en cámara lenta. En el momento que sus ojos grises captan el puño cerrarse dilatando su mirada, se vuelve dándoles la espalda para poder protegerla a ella, esta vez no sentía miedo, si moría, lo haría protegiéndola como no pudo hacerlo antes. Cierra los ojos con fuerza esperando que las balas ardientes se calaran en su carne perforando hasta dejarlo sin vida con ella en brazos. Pero lo único que percibió fue silencio, una mudez tan oscurecida que creyó haber muerto sin sensación alguna, pero al separar sus parpados se dio cuenta que la mano de Kalaia se encontraba levantada débilmente deteniendo en el aire las balas que iban en dirección a ellos, su rostro aun tenia mal aspecto pero en sus ojos tenía algo de lo que él había carecido, fortaleza. Impulsa la palma de la mano hacia los guardias ocasionando que estas se devolvieran a ellos acabando con la vida de algunos. Aaron pestañea rápidamente sintiendo la adrenalina recorrer sus venas con frenesí terminando de dilatar sus pigmentos azules que desaparecen por la negrura de sus pupilas.
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Crónica de un pecado (Edición)
FantasyEn una era donde el infierno se encuentra en la tierra, en la que se ubica una guerra milenaria. Todo ha sido destruido, consumido por las llamas. Los demonios caminan en tierra santa. Los santos se visten de pecadores para sobrevivir. Un tiempo don...