"el dolor de la vida o la alegría de la muerte"
Mira el lago fijamente con el agua cristalina reflejándose en su dura mirada grisácea ¿Por qué seguía aferrándose a ella? ¿Por qué no la dejaba ir? Algo le decía que se alejara pero también existía esa fuerza que lo atraía fuertemente hacia ella. Se pone de pie sacudiendo su ropa llena de pasto y un poco de tierra. Aun podía sentir la calidez de sus labios sobre los de él haciéndolo rozar esa fina línea entre la cordura y la locura. Empieza a caminar lejos del lago adentrándose en el bosque. Al ser de día podía ver claramente la casa a lo largo, pero un brillo lo distrae provocando que frunciera el ceño, enfoca su mirada tratando de ver mejor y efectivamente había algo emitiendo un tenue brillo detrás de un árbol. Camina en su dirección con la curiosidad comiendo por dentro.
Cuando llega el destello ha desaparecido confundiéndolo, estaba seguro que había visto algo ¿pero si solo fue un reflejo del lago? Su pregunta queda en el aire cuando siente como unas ramas se empiezan a enrollar en sus piernas causando que cayera con fuerza al piso. Un jadeo sale de sus labios pero forcejea, no trata de pedir ayuda, estaba demasiado lejos como para ser escuchado. Se sujeta de unas de las raíces de un árbol cercano pero deja de hacerlo cuando otra rama se enrolla su torso. Era cierto... él podía ser fuerte pero la fuerza que ejercían estas ramas eran superior a la de él. Maldice entre dientes pero un gemido de dolor sale de su boca al sentir algo penetrar su cuello haciendo que su vista se nublara llevándolo a un hoyo negro rápidamente. Las ramas arrastran su cuerpo ahora inconsciente hasta el interior de un árbol. En su tronco estaban trazadas tres palabras vitae, ignis y Mortem.
Mientras tanto dentro de la casa Kela jugaba con el cabello de James peinándolo con algo de "delicadeza"
- — joder... ten más cuidado ¡me dejaras sin cabello! Y créeme, la calvicie no es algo que vaya conmigo — dice haciendo una mueca fastidiado con la situación —¿me puedes volver a decir como terminamos así?
Ella baja el pequeño peine riendo leve
— Estábamos aburridos, no podemos alejarnos mucho de aquí, un peine cerca y tu cabello estaba hecho un asco, Simple — alborota su cabello rodeándolo hasta quedar enfrente.
James se acomoda el cabello que cada vez tenía más largo viéndola ofendido
— ¿hecho un asco? ¡Está mucho mejor que el tuyo! — la señala con su dedo índice para después bajarlo
Ella lo mira de reojo sonriendo claramente divertida, oh como le gustaba molestarlo. Siempre arrugaba su nariz de una forma divertida y a la vez tierna. James era un hombre intimidante pero para ella era como un gato disfrazado de tigre.
— ¿es enserio james? ¿discutiremos sobre cual cabello esta mejor? ¿Qué será después? ¿sobre qué acondicionar usarías para dejarlo sedoso? — se acerca hasta el risueña pasando sus delicados brazos para abrazarlo.
El bufa viéndola de reojo pero no puede evitar sonreír de lado, no podía enojarse con esa niña que adoraba con cada poro de su ser. Pasa sus brazos por su pequeña cintura abrazándola de igual manera y coloca su barbilla en su hombro quedándose un momento pensativo.
— Nunca te he podido preguntar por qué tienes rencor hacia Kalaia... — murmura levemente en su oído
Gracias a la cercanía de su cuerpo pudo sentir como ella se tensaba considerablemente.
— No quería incomodarte, solo era una pequeña duda... — dice rápidamente pero se ve silenciado por ella
— Está bien... ¿recuerdas lo que había mencionado sobre aquella noche en la que casi no recuerdo mucho? bueno... una de las pocas cosas que recuerdo es el brillo de esa espada. — traga duro respirando profundo — el arma que acabo con su vida...
La mira de reojo fijamente dudando si quería saber más, podía percibir que era un tema delicado para ella.
— ¿lo amaste? — pregunta quitando su barbilla de su hombro para observarla mejor pero ella no contesta ante su pregunta.
Se aclara la garganta golpeando suavemente su hombro volviendo a sonreír
— Oh vamos sabes que todo esto del sentimentalismo no son lo mío, si me dará diabetes quiero que sea con comida — se acuesta en su cálido pecho borrando su sonrisa cuando el no la podía ver.
El acaricia su espalda suavemente sintiéndola aun tensa. La carga en sus brazos rápidamente a lo que Kela da un pequeño grito por la sorpresa.
— ¿A dónde vamos?
— A morir dulcemente
Kela ríe volviendo a apoyar su cabeza en su pecho mientras el camina hacia la cocina.
Un fuerte ardor en su cuello lo hace despertarse de golpe pero un zumbido en su cabeza provoca que cierre sus ojos con fuerza tomando una bocanada de aire. La ramas ya no estaban alrededor de su cuerpo pero ahora desconocía donde se encontraba, Cuando su vista deja de ser borrosa se incorpora lentamente quitando unos mechones de su cabello negro de su frente. Lo único que iluminaba ese lugar eran unas antorchas colgadas desde unos soportes de metal como en los tiempos de antes. Las paredes eran de piedra con inscripciones en ellas junto a unos extraños dibujos, algunos parecían para el abstractos. Por un momento el pánico quiso tomar su cuerpo al no ver ninguna salida. Pero un leve movimiento frente a él lo distrajo de sus pensamientos.
Un dibujo tallado de un hombre de perfil junto con otros dos atrás en fila le llamo la atención, pero lo que logro capturarla fue que sus cabezas eran de serpiente. La del hombre del frente tenía su lengua bífida afuera señalando una extraña cerradura, no parecía que una llave pudiera encajar ahí. Un extraño brillo sale de uno de los colmillos del hombre con cabeza de reptil, uno muy parecido al que vio en el bosque antes de llegar aquí. Camina hasta el dibujo escuchando el crujir de las piedras bajo sus zapatos mientras se acercaba. Puede visualizar una escritura debajo de ellos serpentes. Alarga tu mano queriendo tocar ese brillo que lo atraía como una polilla siendo atraída por la luz. En el momento que toca el colmillo siente un pinchazo que lo hace retirar el dedo. Mira el lugar donde lo sintió frunciendo el ceño al ver sangre. ¿pero... como? Alza de nuevo su mirada observando una gota escarlata resbalar por la lengua de la serpiente hasta perderse en la cerradura. Casi de inmediato el último hombre de la fila saca una gran espada traspasando así el cuerpo del de al frente junto con el que tenia la lengua afuera, solo que en este la espada traspasa su cabeza saliendo la punta por su boca. Punta que queda sobre la cerradura encajando perfectamente. Un fuerte ruido hace temblar las paredes. La pared donde se encontraban los hombres se abre rápidamente dejando a la vista otra habitación un poco mas iluminada que esa. Camina subiendo unos pequeños escalones viendo todo a su alrededor. ¿Dónde diablos estaba? A la mitad del cuarto sobre una pequeña mesa de porcelana blanca flotaba una contextura liquida redonda... casi podía jurar que era oro. Estira su mano tratando de tocarla. Aunque por dentro se replanteaba eso de tocar todo solo por curiosidad. En el momento que toca con uno de sus dedos la sustancia flotante esta se enrolla alrededor de su brazo hasta su codo. — Joder... — exclama tratando de quitarlo pero era como si se hubiera adherido a su piel. El liquido dorado empieza a tomar forma hasta tomar una contextura solida en forma de guante. En el resto de su brazo empiezan a trazarse marcas circulares alrededor formando figuras abstractas pero finas como hechas por fuego. Este es un regalo del árbol Statera, fiel ante el equilibrio entre la vida y la muerte. Esta arma te ayudara a que estés a la misma distancia de saborear el dolor de la vida o la alegría de la muerte. El artefacto ha sido sellado junto con el sello de fuego que lleva tu sangre Escucha una voz decir antes de escuchar un sonido detrás de el, como si arrastraran una espada. Se voltea y lo primero que puede observar es seis pares de ojos amarillos viéndolo fijamente con solo un objetivo... matar
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Crónica de un pecado (Edición)
FantasyEn una era donde el infierno se encuentra en la tierra, en la que se ubica una guerra milenaria. Todo ha sido destruido, consumido por las llamas. Los demonios caminan en tierra santa. Los santos se visten de pecadores para sobrevivir. Un tiempo don...