"Los peores demonios son los del pasado que llegan intentando devorar el presente"
Puede sentir las feroces gotas de lluvia caer sobre su cuerpo provocando una sensación de hormigueo cuando chocan contra su piel al mismo tiempo que lavaban la sangre ajena impregnada en ella. ¿Esto es lo que realmente quería? Era cierto que su sed de venganza rasgaba su pecho cada vez más pero no se sentía satisfecha, al contrario, se sentía cada vez mas vacía como si sus acciones fueran contrarias a lo ella quería. Escucha los pasos apresurados de la gente tratando de escapar de la tormenta que había caído salvajemente sobre la ciudad sin previo aviso. Mientras ella se encontraba en un callejón por la apariencia abandonado. Levanta su mano viendo el color rojizo en sus palmas desapareciendo por la lluvia pero sin embargo para ella seguían manchadas, podía recordar cuántas vidas había arrancado con ellas, cuantos gritos seguían presos en su mente, las miradas de dolor dibujadas permanentemente en su alma. Había obtenido lo que quería... venganza por su muerte ¿pero por que se sentía tan vacía? Era cierto que en el momento su vista se nublaba por la rabia guardada dentro de ella, sentía que aligeraba su dolor provocando el de otros pero realmente solo incrementaba la carga sobre sus hombros.
Se recarga en la húmeda pared resbalándose en ella lentamente hasta caer al suelo sintiendo su cuerpo empapado pero sin tomarle mucha importancia. Al bajar su cabeza una cascada se formo con su cabello cubriendo completamente su rostro que en ese momento mantenía los ojos cerrados con fuerza para aguantar el nudo que en ese instante se había formado... No lloraría, ella no era débil. Deja salir un suspiro de frustración de sus labios casi blancos.
Levanta un poco la mirada al escuchar unos pasos sobre unos pequeños charcos acercándose a ella, su caminar era tan ligero que en segundos ya tenía sujetado el mango de su espada esperando que se acercara más para atacar. Realmente odiaba que la vieran en ese estado de debilidad según ella
— ¿señorita se encuentra bien? —la voz del niño logra descolocarla provocando que alzara su mirada encontrándose con un niño de no más de siete años con una pequeña manta algo rota y húmeda sobre su delgado cuerpo. Su rostro estaba algo sucio junto con su cabello largo y descuidado. Por su rota deshilachada podía asegurar que era de la calle pero sin embargo la mirada de inocencia de sus ojos cafés le daba a entender que no le importaba la condición en la que se encontraba.
No dice ninguna palabra ante su pregunta... esas palabras no saldrían de su boca y tampoco podía mentir con un "estoy bien" que quemarían sus labios. Se tensa al ver de reojo como el pequeño se acercaba a ella hasta estar junto a su cuerpo. Esta por decir algo cuando percibe una tela áspera pero cálida sobre sus hombros causando que abriera totalmente sus ojos moviendo un poco su rostro para ver la manta del niño sobre su cuerpo.
— ¿Por qué? —murmura viéndolo a través de unos mechones oscuros de su cabello mientras el niño le brindaba una amplia sonrisa que instalo una pequeña calidez en su pecho que la hizo respirar profundo.
—Usted lo necesita más que yo señorita —dijo agachándose para sentarse junto a ella sin quitar la sonrisa de su pequeño rostro.
— Deberías irte, es peligroso aquí niño —su voz era dura a medida que quitaba la manta de sus hombros poniéndosela a él en los pies.
— no tengo miedo, sé que no me hará nada señorita —su voz era dulce mientras la veía con un ligero brillo en su mirada.
¿Realmente había dicho eso? Ciertamente no sabía lo que decía, ya había acabado con la vida de niños en su rango de edad sin piedad alguna ¿Por qué el seria diferente?
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Crónica de un pecado (Edición)
FantasyEn una era donde el infierno se encuentra en la tierra, en la que se ubica una guerra milenaria. Todo ha sido destruido, consumido por las llamas. Los demonios caminan en tierra santa. Los santos se visten de pecadores para sobrevivir. Un tiempo don...