19. ¿Novias?

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[Lauren POV]

Aún me temblaban las manos, ¿no era un sueño verdad? No, claro que no, sino mi madre no nos hubiera interrumpido. Aún oía su voz gritando que bajemos a cenar, aún puedo sentir como los labios de Camila se iban separando despacio de los míos y me dedicaba una fina sonrisa. Esto era como un sueño, si. Al fin y al cabo esto era un magnífico sueño.

—¿Estas bien? —Preguntó mi madre, quien se encontraba frente a mi. Asentí y centré mi mirada en mi plato aún lleno.

—¿Seguro? —Preguntó Camila esta vez, quien estaba a mi lado derecho. Sentí como su mano se deslizó sobre mi pierna, y sin darme cuenta solté el tenedor que chocó contra el plato.

—S-Si. —Terminé por decir con una pequeña sonrisa, y de nuevo, me centré en mi plato.

Esto era más complicado de lo que había pensado, aunque claro, cuando pensé que seria complicado tener mi madre y Camila en el mismo sitio no había adivinado que minutos antes Camila me besaría contra la puerta de mi habitación después de decirme lo que me dijo.

—Bueno, ha sido un placer señora Jauregui. —Dijo Camila levantándose de la mesa, arreglando su falda.

—Clara, llámame Clara. —Dijo mi madre sonriente.

—Muchísimas gracias por la cena, Clara. —Contestó Camila educadamente y ambas siguieron hablando hasta la entrada de mi casa.

—¿De verdad no es molestia entonces? —Alcancé a escuchar, era la voz de mi madre.

—De verdad, al contrario me hará compañía. —Contestó Camila.

—Me salva, de verdad. —Dijo mi madre y ambas se callaron, ¿se abrazaron?

Me asomé y efectivamente estaban abrazadas, Camila me miro sonriente y le dediqué una sonrisa antes de que ambas de separarán y Camila se despidiera para después salir de la casa.

—¿De que estabais hablando?
—Pregunté curiosa sentándome de nuevo en la mesa.

—Termina tu plato.

—Oh venga, mamá, ¿no me lo dirás?—No contestó, supongo que fue por el ruido que hizo mi padre al abrir la puerta que la distrajo.

Terminé de cenar y me despedí de ambos antes de subir y encerrarme en mi habitación, ¡Dios! Las paredes se habían impregnado de su olor.. A partir de ahora amaría la vainilla con toda mi alma. Cogí mi teléfono y me lo pensé dos veces en llamarla, ¿tal ves me llamaría ella? O no. O si. El caso es que cuando quise darme cuenta me estaba llamando ella.

—Hola. —Dije sonriente.

—Hola. —Contestó con un tono de voz feliz.

—¿De que hablabas con mi madre antes de irte? —Pregunté sin darle mis vueltas al asunto.

—De ti. —Dijo riendo. —Le he dicho que me habías comentado, mientras te miraba la cicatriz, que tus padres se iban y bueno.. Que no tenías donde quedarte. Le propuse que te quedarás conmigo.

—¿En tu casa? —Dije tragando saliva.

—Ajá.

—¿Y a dicho que si?

—Dijo que hablaría con tu padre esta noche y que me llamaría mañana.

—¡Voy a vivir contigo! —Dije casi gritando. —¿Y tu novio? —Pregunté.

—Yo ahora solo tengo una novia mucho más joven que yo, de hecho.
—Dijo riendo y me ruboricé.

—No enserio.. Además a mi no me has preguntado nada.

—Oh, es verdad, Lauren Jauregui, ¿quieres ser mi novia?

—¡Eso no se hace por teléfono!

—Bueno pues te lo preguntaré dentro de una semana.

—¿Una semana?

—Tu madre acaba de mandarme un mensaje, tu padre esta de acuerdo, te mudas a mi casa en una semana.

—¿Y Shawn?

—¿Quién? —Preguntó riendo y suspire sonriendo.

—Vale, una semana. —Sonreí.
—Buenas noches. —Susurré al oír pasos acercarse a mi habitación.

—Buenas noches Lauren.

Colgué y escuché los pasos apresurados, eran mis padres, ambos. Abrieron la puerta y fingi estar leyendo. Se acercaron y mi madre se sentó sobre mi cama a mi lado, mi padre se mantuvo de pies.

—¿Que pasa? —Pregunté sabiendo exactamente porque venían, y viendo la expresión facial de mi padre no estaba muy a favor.

—Hemos hablado, ya que nos vamos pronto y Chris se ira a casa de un amigo. Camila se ha ofrecido en acogerte en su casa.

—¿Mi médico? —Pregunté haciéndome la sorprendida, deberían de darme un oscar.

—Si. Si estas de acuerdo, claro.
—Levanté los hombros restándole importancia cuando en realidad estaba gritando por dentro.

—Solo serán unos meses. —Dijo mi padre.

—Vale.

—En una semana te mudas allí, ¿te viene bien? —Asentí, tampoco es que tenía otros proyectos.

—¿Y su novio? —Pregunté, si Camila no quería decírmelo, mis padres seguramente tendrían que saberlo.

—Esta de gira hasta el verano. —Me informó mi padre.

—Además.. No es que vaya muy bien entre ellos, según lo que me ha contado Camila. —Dijo mi madre, y sonreí. —Creo que se separarán. Tal vez Camila haya conocido alguien mejor.

—Tal vez. —Dije con una media sonrisa fingiendo interesarme en el libro que tenía entre las manos.

No tardaron en darme las buenas noches e irse. Me dediqué en saltar y gritar despacio al menos una hora, ahora entendía porque Camila no dejaba de decir que aún era una niña. Aún así seguí siendo feliz toda la noche. No pensaba que el hecho de que mis padres se fueran me hiciera tan feliz, aunque suene mal.

Me desperté por el odioso sol que pasaba a través de la ventana para posarse sobre mis párpados cerrados. Me levanté a regañadientes y miré la hora, solo eran las nueves. Cerré las persianas y volví a acostarme, no tenía nada planeado hoy, tampoco tenía ganas de planear nada. Me dormí de nuevo y no me desperté hasta que fue el sonido de mi celular el que me despertó.

—¿Diga?

—¡Lauren! — Gritó la voz de Lucy a través del móvil y tuve que alejarlo unos centímetros. —¿Adivina en que instituto estarás?

—¿El tuyo? —Pregunté dudosa.

—¡Si! —Claro, mi madre se habrá emocionado al ver que ya tenía una amiga y quiso arreglarlo como ella sabe hacerlo. —Quiero presentarte unas amigas, te recojo a las seis, ¿vale?

—Mh.. Si claro. —Sonreí y se despidió antes de colgar.

Miré el reloj y ya eran las dos, oh bien dormí más que nunca en mi vida. Me levanté y me fui directa a la ducha. Tenía cuatro horas para prepararme, al fin conocería gente de mi edad.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora