23. ¿Hoy si?

24.5K 1.7K 335
                                    

[Lauren POV]

Esa típica escena de las películas en la que la chica se levanta por la mañana perfecta, con el pelo desenredado, ya maquillada, hermosa, y a quien no le molesta el sol en la cara.. Esa chica no existe. Todos nos levantamos con la cara echa un asco y el pelo enredado como los auriculares de tu bolsillo. Rectificó, esa chica existe, esa chica es Camila Cabello. Es hermosa hasta cuando tiene la boca entreabierta durmiendo profundamente como una bebé. Gracias a dios me desperté antes que ella y pude ir corriendo hasta el baño, el caso es que hice mucho ruido porque a penas cerré la puerta escuché su voz adormilada.

—¿Lauren esta todo bien?

—Si, ¿porque no?

—Has.. —Se cortó para bostezar, que linda. —Has corrido como loca hasta el baño, ¿estas mala?

—No. —Dije a secas.

—Lauren.. —Suspiro, dios me conocía bastante bien.

—Solo.. No quiero que me veas con mi cara de por la mañana. —Suspiré.

—Eres la chica más hermosa que he visto en toda mi vida, por la mañana también.

—¿Como lo puedes saber? Nunca me has visto.

—He sido tu médico por unos meses te recuerdo.

—Siempre que venías ya estaba bien.—Me quejé.

—No siempre. —Río. Y abrí la puerta frunciendo el ceño.

—Eres hermosa, te lo repito.—Dijo sonriendo. —¿Tienes frío?

—No, ¿porque?

—Mh.. —Dijo sonriendo incapaz de encontrar las palabras adecuada, miraba fijamente mis pechos así que los miré también y vi que tenía los pezones.. Erectos. Si que tenía frío.

No tardé en taparme e intentar volver a irme al baño, y encerrarme hasta que se me pasará la vergüenza. Pero sentí su mano hacerme voltear hasta que mi espalda se quedo contra la puerta del baño y ella me besó. Pero no era como los otros besos, este era más profundo, mucho más.

—Me encanta tu pelo alborotado de por la mañana, tus pezones erectos del frío me ponen a cien y tu camiseta negra de The 1975 ya ni te cuento.
—Dijo antes de entrelazar los dedos de nuestras manos y subirlas a la altura de mi cabeza, beso cada parcela de mi cuello con cuidado, haciéndome gemir con solo el tacto de sus labios sobre mi piel.

—¿Hoy si?

—Ya no aguanto más. —Dijo sonriendo y me mordí el labio inferior mientras ella lo miraba.

Nuestras miradas conectaron unos momentos hasta que unió de nuevo nuestros labios quienes empezaron una pequeña batalla de lengua, Camila fue mi primer beso, mi primer amor, y también sería mi primera vez. El corazón me martilleaba en el pecho tan fuerte que pensé que se saldría. Sentí como Camila tiro de mi camiseta hasta hacerme caer sobre la cama y subirse a horcajadas sobre mi. No tardo en ayudarme a quitarme la camiseta y se quedo observando mis pechos con ojos hambrientos mientras yo me ruborizaba, ella es la primera en verme los pechos excepto mi madre y Ally quien me ponía la pomada cuando salían los hematomas cerca de esa zona. Ella nunca los vio sin sujetador. La vergüenza invadió mi cuerpo de tal manera que me temblaba por completo. Entrelazó nuestros dedos de nuevo haciéndome volver en confianza y me beso con mayor dulzura, más tierna que nunca.

—Tus pechos son hermosos, eres hermosa. No te avergüences. —Sopló a mi oreja y un escalofrío recorrió mi cuerpo entero.

Me besó una última vez antes de bajar una de sus manos a mi pecho izquierdo y empezar a masajearlo con cuidado, jugando con mi pezón. El calor invadía mi cuerpo y los gemidos me salían tan seguidos que pensé que tendría un orgasmo con solo tocarme. Mis manos se agarraban a las sábanas, pero más fuerte me agarré cuando su lengua fue la que se dedico a jugar con mi otro pezón, el suave tacto de su lengua fría contra mi seno caliente me erizó la piel. Sentí sus labios volver a mi boca y entreabri la boca, necesitaba más, dejé mis manos sobre sus mejillas como si eso hiciera que la sintiera aún más cerca de mi.

—Quieres.. ¿Quieres ir a más?
—Preguntó la voz algo nerviosa y asentí mi frente contra la suya, y ella sonrió.

Sentí como se deshacía de mi pantalón de pijama y como me miro con ternura dándome la confianza que me faltaba, me relajé y sentí sus manos frías rozar mi parte más íntima, sentí un dedo entrar en mi y mi gemido se hizo escuchar por toda la habitación. Introdujo el segundo dedo y pensé que me moriría de un infarto, antes de poder gritar introdujo un tercer y último dedo y mis gemidos se convirtieron en mi primer orgasmo.

—Oh Dios Camila.. —Dije la voz temblorosa, el cuerpo tembloroso y la frente sudando. —Te quiero. —Dije antes de besarla y dejarme caer entre sus brazos, mientras lentamente acariciaba mi mano la cuál estaba entrelazada con la suya.

Nada es para siempre. Quiero decir, siempre he pensado que nada era para siempre porque al fin y al cabo el café se enfría, el cigarro se apaga, el tiempo pasa y las personas cambian. Las enfermedades se curan, o te matan. Todo.. Se suele convertir en nada. Nada es para siempre. Quiero creer, quiero pensar que Camila será mía para siempre, pero algo me dice que si nada es para siempre, ¿porque ella lo seria?

—Si juegas conmigo procura que yo también me divierta. —Dije incapaz de mirar sus ojos y sentí como dejo de acariciar mi mano pero no la soltó. Volteé a verla y me beso con ternura.

—Te quiero Lauren. —Dijo y mi corazón amenazo con salirse corriendo. Nunca me lo dijo, yo si. Pero ella no. —Te quiero como nunca he querido a nadie, me gusta tu voz, amo tu risa y tu pelo me vuelve loca. Tus ojos.. Me perdería horas mirándolos. Me tienes totalmente.. Y locamente enamorada de ti, Lauren.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora