64. Libélulas

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El fresco y la tranquilidad del mar me había relajado de la noche tan.. Desastrosa que habíamos vivido. El saber que podría disfrutar de unas vacaciones en familia con Lauren, aunque fueran días contados, me había mejorado por completo el humor. Como si nada del otro mundo hubiera ocurrido y quería imaginarme, por muy ridículo que sonará, que Lauren, Lux y yo éramos una simple familia en plenas vacaciones de verano. Que Demi no existia, que Lauren no fuera del CNI, y que no hubiéramos vivido la peor noche del mundo la noche anterior. Por un momento quería imaginarme como seria mi vida así, y solo una palabra la definía: perfecta.

—Lux, despierta mi vida. —Susurré al oido de mi hija mientras acariciaba su pelo con dulzura.

Lauren seguía durmiendo y no quería despertarla, demasiado había echo toda la noche, así que decidí salir yo misma a por el desayuno pero cuando volví tanto Lauren como Lux seguian durmiendo así que elegí despertar mi hija sabiendo que así Lauren se despertaría desayunarian y podríamos disfrutar del día.

—Lux, venga cariño. —Repetí y Sonreí al ver que abrió sus pequeños ojitos con una dulce sonrisa, como si nada de la noche anterior ocupara su mente.

—Huele bien. —Dijo y reí. —¿Que es?¿Donde estamos? —Preguntó el ceño fruncido mirando a su alrededor.

—Estamos de vacaciones. —Contestó Lauren con una fina sonrisa. —Y es verdad que huele bastante bien.

—¿De vacaciones? —Repitió Lux algo confusa.

—Si, en la playa. —Dijo Lauren haciendo que Lux sonriera de oreja a oreja.

Ambas se alistaron bastante rápido, desayunamos en el balcón quien daba unas espectaculares vistas al mar, lo cual encantaba a Lux. Cuando acabaron se vistieron y bajamos hasta la recepción donde Lauren pregunto los precios para alquilar un coche, no era momento de seguir conduciendo con el coche robado de México.

—¿Y podemos ir a la piscina?

—Si, Lux, también iremos a la piscina. —Contesté con una fina sonrisa por las miles de preguntas que hacia mi hija, subida sobre un pequeño muro que la hacia algo más alta mientras esperábamos Lauren quien había ido a rellenar unos papeles para alquilar el coche.

—Venga, ¿quien quiere comer en el McDonalds después de las compras?
—Interrumpió Lauren subida en un BMW negro de alto estanding.

—¡Yo! —Gritó Lux antes de abrir la puerta de atrás del coche.

—¿Como pagas esto?

—Digamos que es un pequeño regalo de Demi. —Dijo moviendo de lado a lado una tarjeta gold y sonreí antes de terminar de atar mi hija en la parte de atrás y subirme alante.

—¿Y ahora?

—Ahora vamos a gastarnos el dinero en ropa y en comida basura, ¿buen plan?

—Perfecto.

No tardamos más de lo necesario para llegar al centro comercial de la localidad más cercana, encontrar ropa para Lauren fue más fácil aún. Su gusto por la ropa oscura era bastante clara y no fue difícil pillarle camisetas y vaqueros de su preferencia. Para mi no fue mucho más complejo, algo más colorido eso si. Uno u otro vestido y una falda de más. Lo complicado fue para Lux, literalmente lo quería todo y Lauren se lo consentía mientras yo intentaba no gastar demasiado dinero.

—Sigo pensando que la camiseta de Nirvana para los bebés es adorable.

—Seguro que vestirias así a tus hijos todos los días.

—Si me lo consientes. —Dijo sonriendo y asentí algo más incómoda, después de todo esto solo serían unos días, ¿que pasaría después? —Pero habérsela comprado a Lux es perfecto. —Dijo riendo mientras le hacia cosquillas a mi hija entre sus brazos quien reía a carcajadas.

—¿Ahora vamos al McDonalds?
—Preguntó Lux y asentí pero Lauren se quedó totalmente callada, con los ojos grandes abiertos y una sonrisa en la cara.

—¿Que pasa? —Pregunté asustada mirando a mi alrededor.

—Quiero hacerme un tatuaje. —Dijo tan decisiva que se me abrieron los ojos como platos.

—¿Como?

—Ajá, si. 

Y sin más como si aquello fuera lo más normal y común del mundo entro en aquél salon de tatuajes. Sin querer se me escapo una pequeña sonrisa, siempre se me olvidaba lo impulsiva que podía llegar a ser Lauren.

—Una libélula, quiero una libélula aqui en la nuca. —Explicó rechazando rápidamente al hombre su libro con diferentes tatuajes.

—¿Algo como esto? —Preguntó pasando páginas en el libro hasta llegar a unos diferentes dibujos de libélulas, Lauren asintió sin decir nada mientras observaba cada detalle de los tatuajes.

—Me gusta ese. —Señaló Lux uno de los dibujos y sonreí. —¿También me puedo hacer un tatuaje?

—No, cariño eso es solo para los adultos. —Dije enseguida el ceño fruncido.

—Hay una tienda infantil aqui al lado, seguro que tienen tatuajes temporales. —Dijo el tatuador.

—Oh, gracias. —Sonreí.

—Si mira, ir las dos a por el más bonito mientras me tatuó y después vamos al mcdonald's, ¿hecho?

—Hecho. —Rio Lux chocando la mano de Lauren antes de correr hacia mi y coger o más bien tirar de mi mano hasta salir del salón.

Miré de reojo a Lauren quien me sonrió de oreja a oreja antes de levantar los pulgares. Caminé unos metros hasta encontrarnos con la dicha tienda infantil.

—Hola, ¿puedo ayudarlas en algo?
—Preguntó amablemente la mujer de la tienda y asentí.

—Esta pequeña quiere un tatuaje temporal. —Dije alzando Lux a mis brazos.

—Oh, ya veo, ¿quieres algo en particular? —Preguntó directamente a Lux y esta asintió sonriente.

—Una libélula.

—¿Una libélula? —Repitió algo confusa la mujer.

—Si como Lolo. —La mujer asintió sin entender del todo y fue a por una revista con varios tatuajes infantiles de libélulas. Lux ojeo los tatuajes hasta caer con uno muy parecido al de Lauren. —Ese. —Dijo y la mujer asintió sonriendo.

—Siéntate aqui verás.

No pasaron más de seis minutos, la mujer le preguntó donde lo quería y señalo su muñeca, echo algo de agua y en cinco minutos el tatuaje ya estaba impreso en la piel aún de bebé de mi hija. Pagué la mujer y no tardé en preguntarle cuanto tiempo se quedaría el tatuaje, me contestó que variaba entre las tres semanas y el mes. Salimos de la tienda y volvimos al salón de tatuaje, tuvimos que esperar alrededor de media hora en la sala de espera hasta que Lauren salió con una hermosa sonrisa dibujada en su cara.

—¡Esta genial! —Dijo contenta. —¿Y el tuyo? —Preguntó y Lux le señalo la muñeca sin moverse demasiado entre mis brazos. —¿Cansada? —Lux se negó justo antes de bostezar haciéndonos reír.

Como prometido salimos del salon de tatuajes y comimos en el mcdonald's, de pronto el sueño de Lux desapareció para salir corriendo hacía los juegos que proporcionaban todos los establecimientos de Mcdonald's.

—Bien, ¿y ahora qué? —Preguntó Lauren revisando su móvil antes de pegarle un bocado a su quinta hamburguesa. Reí al ver como se había manchado el labio superior de salsa.

—Ahora, aprende a comer. —Reí antes de pasar mi dedo sobre su labio superior y rozarlo para limpiar la salsa antes de llevarme el dedo a la boca y poder saborear la salsa desperdiciada.

—Podría aprenderte muchas cosas, ¿sabes? —Dijo después de unos segundos de inercia.

—¿Ah si? —Pregunté sonriendo y ella asintió. —¿Que cosas Lauren?

—Las que quieras. —Dijo sonriendo, abandonando por completo su hamburguesa a medio terminar.

Pero no tuvo mucho más tiempo de hablar cuando el sonido de su móvil hizo retumbar toda la mesa, nuestras miradas chocaron y nuestras sonrisas se borraron al instante.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora