52. Londres

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[Camila POV]

Revisé por quinta vez mi móvil, rezando para ver un mensaje de Demi, o al menos una llamada. Nada. No era tonta, nunca lo he sido, una empresaria como Demi no gana ni la mitad del dinero que llega a nuestra casa a final del mes. Supe pronto que Demi era una importante narcotraficante tanto en Miami como en México, lo supe haciéndome pasar por una drogadicta, hice demasiadas preguntas y regresé a casa con un ojo morado. Fue fácil taparlo con maquillaje. Sé en lo que esta metida Demi desde hace meses pero nunca aún le he hablado de eso, ni pienso hacerlo. Tengo las respuestas a mis preguntas y con eso me basta. Ahora sé lo que esta detrás de la puerta de su despacho, coca básicamente, y sé porque tenemos tres pistolas escondidas por la casa. Pero también sé que Demi es una mujer con un corazón en oro, sé que es buena y lo da todo por Lux y por mi. Por eso siempre que va a México, me gusta llamarla y saber que ella esta bien, esta en vida. Y suele contestar a mis llamadas pero desde hoy no lo hace. He vigilado, ninguno de sus súbditos nos ha seguido. Porque si, muchas veces me he topado con algunos de sus amiguitos siguiéndome a mi, o vigilando delante de la guardería de mi hija. No hay que ser tonta para darse cuenta, de nuevo lo repito.

—Éstas muy pegada al móvil, ¿no?
—Preguntó Lauren, quien se hallaba a mi lado en el coche donde ya habíamos puesto todas nuestras cosas y nos habíamos despedido del hermoso hotel en el que pasamos la noche.

—¿Yo? No. —Dije sonriendo antes de bloquear mi móvil y guardarlo para besar su mejilla y recostarme sobre su hombro.

Habíamos decidido ir a visitar la persona que era más importante para ella, su abuela, entonces después de una visita cogeríamos ruta para casa. Llegaríamos esta noche.

—¿Como es tu abuela? —Pregunté de pronto y ella sonrió de por si.

—Era una persona con un corazón en oro.

—¿Era? —Pregunté acomodándome mejor, ella tan solo asintió y no insistí más.

No tardamos en llegar, al menos así lo entendí porque Lauren se aparcó. Salí del coche y vi la inmensa puerta de acero: Cleveland Cementery. Entonces entendí que la abuela Grace había fallecido, y mi corazón se destruyo un poquito más. Entrelace mi mano con la de Lauren y ambas avanzamos en silencio hasta el cementerio. Andamos unos minutos hasta llegar a su tumba.
Grace Michelle Jauregui, murió hace ahora siete años.

—Hola abuela, vengo a presentarte la segunda persona más importante en mi vida. Tranquila, tu serás siempre la primera. —Dijo con una media sonrisa, sonreí y me arrodillé.

—Hola Grace, me llamo Camila Cabello, y me hubiera encantado conocerla antes.. Le agradezco tanto por haber cuidado de Lauren, por haber hecho de ella la mujer que me enamoró. —Dije sin quitarle ojo a la tumba frente a mi. —Muchas gracias, de verdad.

—Gracias. —Me susurró Lauren cuando me levante de nuevo antes de besarme.

—¿Porqué?

—Por hablarle como si aún estuviera aquí.

—Es que realmente esta aquí, Lauren.—Dije señalando su pecho, o más bien su corazón.

Decidí dejar tranquila Lauren unos minutos para que pudiera hablar con su abuela con algo de intimidad. Di una vuelta bastante larga hasta que mi móvil empezó a vibrar y lo cogí al ver que era Demi.

—¿Me has llamado?

—Hola a ti también.

—Lo siento, ¿pasa algo? —Preguntó seguido y suspire.

—No, solo quería saber como ibas.
—Dije y escuché un grito tras ella.

—Bien Camila, te tengo dicho que cuando salgo fuera no me llames. Tal vez llegué más tarde, te dejo.

—Espera.. ¿Y ese grito?¿Algo va mal?—Pregunté algo nerviosa, estaba casi segura que era el grito de una mujer.

—Todo va bien aquí, pero cuando vuelva tenemos que hablar.

—¿De que?

—¿Que haces en Cleveland Camila?
—Preguntó y a penas tuve tiempo de abrir y cerrar mi boca que colgó.

¿En que estaba metida Demi? El tema de la droga ya lo tenía asimilado pero.. ¿Y si estaba metida en algo más? Lux estaba en medio y no dejaría que sus actividades extra dañarán mi hija de ninguna manera.

—¿Hablas con Demi? —Preguntó Lauren tras mi los brazos cruzados.

—Ella.. Ella.. Me quería hablar.
—Mentí, confiaba en Lauren pero ella era policía y no tenía a Demi como amiga.

—Mientes Camila.. —Suspiro y abrí los ojos como platos.

—¿Y tu como sabes que miento?

—E..Eso no te lo puedo decir. Confiaba en ti coño. Realmente pensé que.. Dios. —Dijo y me quedé algo confundida. La seguí hasta el coche y sin decir nada más me subí en él.

El camino se hizo en silencio, al principio pensé que cogíamos carretera para volver a casa, pero no podía estar más equivocada que a ese mismo instante. Me llevaba al aeropuerto. Me iba a dejar aquí sola, ¿enserio? Salio del coche y me obligo a seguirla. Una vez dentro del aeropuerto, cogió un vuelo directo para mi.

En la vida solo hay una cosa segura, aparte de la muerte y las dificultades. No importa lo mucho que lo intentes, no importa lo bueno que sean tus intenciones: vas a cometer errores, vas a hacer daño a la gente, van a hacerte daño y si quieres recuperarte.. Sólo hay una cosa que puedes decir. Cuando alguien hace que nos equivoquemos, queremos tener razón. Sin el perdón nunca se ajustan las cuentas, las viejas heridas nunca se curan, y lo máximo que podemos esperar es que un día tengamos la suerte de poder olvidar.

Sentí mis piernas temblar cuando la vi dejar en mis manos el billete y mi maleta antes de alejarse. Las lágrimas asaltaron mis mejillas sin ni siquiera entender nada de lo que ocurría. ¿Realmente se puso así porque llame Demi? Dios.. Solo era una llamada, ¿no?

—¿En serio? Ese es tu: No te dejaré nunca mas. Porque si lo es, es una mierda. —Grité haciendo que la gente se diera la vuelta.

—No lo puedes entender.. Te estoy protegiendo, ¿vale?

—¿Protegerme?¿De que? —Pregunté confusa. Entonces miré el destino de mi billete y vi que indicaba Londres, ¿Londres? —¿Estas loca Lauren? No puedo dejar mi vida así por así, ¿estas loca? —Repetí el ceño fruncido.

—Ariana y Lux estarán contigo antes de que se acabe el día. No necesitas nada más.

—A ti. —Suspire acercándome un paso más.

—Confíe en ti. —Repitió y de nuevo no la entendía. —Creeme, no has hecho solo una llamada más.. Has.. Has desencadenado algo malo. Necesitas irte del país. Solo confía en mi como yo lo hice.

—Me estas asustando.. ¿De que hablas?

—No soy policía, soy agente infiltrada del CNI, y mi equipo piensa que eres la cómplice de Demi. La cómplice de una narcotraficante. Tus llamadas lo han asegurado. —Explico y mis piernas me fallaron. —Lo siento..

—¿Tu.. Tu lo crees?

—No se que creer. Pero eso no importa, ¿vale? No importaría aunque tu fueras la narcotraficante.. Te quiero y necesito saberte en seguridad, tu y Lux. —Dijo antes de soltar mis manos, besar mi mejilla y dar media vuelta.

—Lauren.. No te vayas. Vente conmigo.

—Camila.. Confiaba en tu, dios.. Confiaba más en ti que en mi misma.

—No te vayas. —Rogué las lágrimas rodando por mis mejillas. —Por favor.

—¿Porque debería quedarme?

—Porque dijiste que tenías miedo de perderme. —Suspire y se dio la vuelta.

—Quizás este superando mis miedos.

Dolió. Todo ella me dolió.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora