Un año más tarde.
—Lux, no pienso repetirlo más, baja de una vez. —Repetí por tercera vez antes de suspirar y seguir sirviendo el café recién echo en mi taza.
—¿Y bien? La pequeña tarda más que tu y yo juntas. —Río Ariana sentándose sobre uno de los taburetes de la mesa que se hallaba en la cocina.
—Se acordó esta misma mañana que tenía que terminar un dibujo para el colegio.
—Haciendo las tareas al último minuto, ¿no te recuerda a alguien?
—Dijo y rodé los ojos riendo.—Ella tiene tres años. —Sonreí.
—Ya mami, mira, ¿te gusta?
—Preguntó mientras se acercaba a la mesa para sentarse con ayuda de Ariana.—Es muy bonito, amor.
Serví su zumo de naranja en uno de sus vasos y se lo di mientras comía sus galletas.
Cuando llegamos a Londres estábamos solas, sin techo y con un mínimo de dinero. La primera semana nos quedamos en un hotel demasiado caro para nosotras, de echo fue el que nos chupo la mayoría de nuestro dinero. Los dos meses siguientes estuvimos viviendo en una habitación de motel de las más desagradables, pero también de las más baratas en Londres. En ese período de tiempo, tanto Ariana como yo estuvimos buscando un empleo y un hogar. Ariana encontró un trabajo en una cafetería del centro, mientras yo me aguanté con el trabajo de limpiadora en el hotel dónde nos alejamos la primera semana gracias al recepcionista, Paul, quién me recomendó. Pudimos alquilar una pequeña casa con el sueldo de ambas y encontrar una guardería adecuada para Lux, hasta este curso que la cambiamos a un colegio. No volví a ver a Lauren desde la última vez en la que se fue sin darse media vuelta. Tampoco escuché nada sobre su caso, o Demi. De vez en cuando Ally nos llamaba para saber sobre nosotras, al principio le preguntaba siempre sobre Lauren, con el tiempo simplemente dejé de hacerlo.
—¿Lista? —Pregunté a mi hija quien ya tenía su mochila puesta y esta asintió sonriendo.
—Hasta luego tita Ari. —Dijo antes de besar la mejilla de Ariana y agarrarse a mi mano.
Según nuestros horarios, siempre nos arreglábamos para que yo dejara mi hija por la mañana antes de ir al hotel, y Ariana fuera a recogerla. Teniendo en cuenta que empezaba mi jornada a las diez de la mañana y la acababa a las seis de la tarde. Mientras que Ariana la empezaba a las nueve y la terminaba a las cinco, justo cuando los niños salían del colegio. Los niños que tenían padres que trabajaban hasta tarde claro, el resto salia a las tres.
No tuvimos que esperar mucho tiempo a que el autobús llegará, una vez dentro tan solo eran veinte minutos hasta el colegio de Lux, el camino largo era para mi. Tenía que coger el metro para llegar al hotel. Un hombre de mi edad se levanto de su asiento para dejármelo, se lo agradecí y me senté antes de coger mi hija en mis brazos.
—Mami, ¿hoy vendrás a recogerme?
—Preguntó ilusionada, mirándome con sus preciosos ojos azules que de hecho no sé de quien los había sacado.—No, cariño, sabes que mami trabaja hasta tarde. —Dije y se dibujo una mueca sobre su rostro— Pero tita Ari te llevará al parque un rato. —Dije intentando animarla pero tan solo asintió antes de dejar caer su cabecita sobre mi pecho.
No tardamos en llegar a su colegio, la dejé junto a su maestra, seguía poco ilusionada por el hecho que no la recogiera, pero se le pasaría a lo largo del día. Caminé unos minutos hasta llegar a la parada de metro, odiaba usar el metro, era subterráneo para empezar, y nada seguro, para nadie en el mundo. Tenía aún una hora por delante antes de llegar al hotel, así que me puse los audífonos para que fuera al menos una hora productiva. Cuando quise darme cuenta ya estaba llegando a mi destino, baje del metro y camine unos minutos hasta llegar al hotel. Saludé Paul como todos los días y entre en el cuarto para limpiadores. Nos dieron las distintas habitaciones que limpiar y no tardé en empezar con mi jornada, más pronto empezaba más pronto acababa, siempre pensaba lo mismo.
—Buenos días, Cam. —Sonrió Selena quien acababa de llegar la voz entrecortada.
—Hola, ¿estas bien?
—Si, si, solo que casi no llego. —Dijo sonriendo y asentí antes de posar mi mano sobre su hombro.
—Te hubiera cubierto, no te preocupes.
—No, bastante me has cubierto hasta entonces. Toma, no es mucho, pero quería darle algo a tu pequeña, ¿cumplió los tres años hace poco no?
—El mes pasado, si. —Sonreí.
—Muchas gracias.Cogí la bolsita con el regalo para mi hija y ambas seguimos trabajando, no la volví a ver hasta la hora de la comida. Nos tiramos nuestra hora hablando como todos los días y pude mirar lo que le había comprado a Lux, eran una zapatillas de deportes rosas con luces. Se lo agradecí muchas veces antes de volver a nuestra jornada. Cuando salí del hotel eran las cinco y veinte. El tiempo de llegar a casa serían las seis y media, justo cuando Lux y Ariana volverían del parque. Decidí pararme de camino al supermercado para comprar unas cuantas cosas para la semana. Al salir del súper camine hasta la parada de autobús, y mientras esperaba un 4x4 negro se paro un tiempo frente a la parada, entre los cristales pude ver el rostro de una mujer. Una mujer joven con un largo pelo oscuro. Por un segundo pensé que podía ser Lauren, pero tenía ese problema desde la última vez que la ví, veía a Lauren en todas las esquinas de Londres. Supongo que eso significaba que la echaba terriblemente de menos, y era cierto. El coche siguió adelante y yo me subí al bus hasta casa. Eran casi las ocho cuando entre por la puerta principal de casa. Ariana estaba en la cocina haciendo espaguetis mientras Lux dibujaba sobre la mesa del salón. Cuando entré a penas tuve tiempo de soltar las bolsas para que mi hija se tirará a mis brazos.
—Hoy fuimos al parque mami, y me comí un helado de banana así de grande. —Dijo separando sus manitas imitando la bola de helado que se había comido.
—Helado de plátano. —Rectifiqué.
—A mi me gusta decir banana. —Dijo sonriente y besé su mejilla sin decir nada más.
—Yo tengo algo para ti, es de mi compañera de trabajo, Selena. Mira. —Expliqué sacando la caja de zapatos nuevos y dejársela para que lo abriera.
—¡Mami, mira! Son las zapas que tienen luces. —Gritó feliz antes de ponérselas sobre su pijama de una sola pieza.— Mira tita, ¿a que son bonitas?
—Tu si que eres bonita. —Contestó Ariana y Lux sonrió antes de seguir con sus dibujos.— Tenemos que hablar. —Dijo Ariana dirigiéndose a mi, algo mucho más seria.
—¿Que ocurre?¿Este mes tampoco te van a pagar a tiempo? —Pregunté soltando las bolsas sobre la encimera de la cocina y ella se negó a lo cual fruncí el ceño.— ¿Pasa algo con Lux?
—No, Camila, es.. Es otra cosa.
—Habla ya Ariana.
—Lauren esta aquí.
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Lux Cabello de tres años de edad en multimedia.
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Besos Prohibidos
FanficLauren Jauregui siempre ha vivido encerrada entre las paredes de los hospitales, no recuerda el sol contra su piel demasiado blanca para su gusto, no recuerda el sentir la nieve cayendo sobre su pelo. Pero su vida da un giro cuando por la puerta e...