60. Tú

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—¿Y cuánto tiempo te quedarás allí?
—Preguntó Ariana tumbada sobre la cama, comiendo una patata de su bolsa mientras miraba como metía las últimas cosas en la maleta.

—No tengo ni idea, Ariana, supongo que no hay fecha de caducidad par mi matrimonio con una narcotraficante.

—Unos meses, Ariana. —Contestó Lauren quien estaba recostada sobre la puerta de mi habitación. —El tiempo de encontrar unas pruebas y meterla en la cárcel.

—Todo eso si no te matan antes.
—Dije suspirando y ella negó riendo.

—No te preocupes por mi, cariño.
—Dijo sonriendo antes de acercarse a mi.

—Entonces, ¿vosotras dos ya estáis de nuevo? —Preguntó Ariana al mirar de reojo las manos de Lauren posadas sobre mi cadera. De pronto ella se despegó de mi tan rápido como pudo y un silencio incómodo se instaló entre las tres. —Bueno, iré a ver donde esta Lux.

Ariana se fue sin tardar demasiado, en completo silencio. Lauren suspiro ruidosamente antes de acomodarse sobre la cama, al lado de mi maleta. Suspire sin decir nada esperando a que ella hablará, porque lo haría. Sabía que lo haría.

—Nunca pensé, cuando te vi entrar en mi habitación de hospital, que terminaríamos así. —Dijo cortando el incómodo silencio.

—¿De camino a México para estar con la narco que me sirve de mujer ?

—Separadas. —Dijo y entre abrí la boca ligeramente antes de sonreír.

—¿Debo recordarte que tu me pagaste el billete de avión?

—Para protegerte. —Dijo levantando una ceja.

—Y te negaste en seguir juntas.

—¿Puedo usar la carta de adolescente idiota?

—Fue hace un año, no eres mucho mayor. —Dije riendo, aunque realmente no quería reír. Me dolió que no le diera otra oportunidad a nuestra relación.

—Tal vez, pero he cometido bastantes errores como para darme cuenta de lo que quiero o no en mi vida.

—¿Y que quieres en tu vida Lauren?
—Pregunté haciéndola sonreír, entre abrió la boca, lista para contestarme pero de pronto la cerró de nuevo.

—¿Vamos a comer una mamburguesa? —Preguntó Lux ilusionada entrando en la habitación y saltando sobre los brazos de Lauren.

—¿Porque no? —Contestó ella sonriendo como una niña pequeña y suspire antes de sonreír asintiendo.

Terminé mi maleta y revisé unas últimas cosas antes de bajar nuestras cosas. Lauren metió nuestras cosas en el coche y todas subimos dirección al McDonald's más cercano del aeropuerto. No tardamos en pedir y ser servidos, Lux hablaba de lo ilusionada que estaba por coger un avión y visitar México. Ariana parecía bastante melancólica por quedarse sola, pero sé que seria más feliz aquí que en peligro allí. Bastante gente metía en problemas como para llevarla también. Además, tenía novio aquí, claro que era reciente y no podía compararlo con una larga amistad como la nuestra pero Jacob era un hombre educado, simpático y guapo. Una vez terminamos cogimos rumbo al aeropuerto y allí, después de una hora tuvimos que despedirnos de Ariana.

—Cuidate. Y por lo que más quieras, vuelve. —Dijo antes de abrazarme.

—Sé feliz, ¿vale? Sigue sonriendo, y no seas dramática, este no es un adiós. Pero por si acaso, te quiero. Gracias por apoyarme siempre, cuida de Jacob es afortunado por haberte encontrado. Y si tienes pequeñines que no pueda conocer, cuéntales lo alocada que era. —Dije riendo, una risa falsa por aguantar las lágrimas. Tal vez esta era la última vez que veía mi mejor amiga.

—No te despidas, idiota. —Dijo las lágrimas caminando por sus mejillas antes de reír.

—Claro que no, te quiero.

—Y yo a ti. —Dijo antes de abrazarme tan fuerte como ambas pudimos. —A ti princesa, te voy a echar muchísimo de menos, pero sé que te dejo en buenas manos. —Dijo mirando de reojo a Lauren antes de sonreír.
—Acuerdate de la tía Ari cuando vuelvas, ¿bien? —Dijo nostálgica y Lux asintió sin entender mucho de lo que decía su tía.— Y por fin.. Tú.
—Dijo mirando Lauren quien trago saliva el ceño fruncido. —Cuida de estas dos personas con tu vida, ¿entendido? Y de paso.. Hazlas felices, ya sabes, para toda la vida. —Dijo riendo haciendo que mis mejillas tomarán un rojo vivo.

—Prometo hacerlo. —Sonrió Lauren antes de abrazar Ariana.

Nos despedimos una vez más y entonces entramos en la parte del aeropuerto reservada a los viajeros. Aún estaba dolida por mi despedida con Ariana y no me di cuenta que estábamos pasando por el arco de seguridad hasta que Lauren me lo dijo. Solté todas mis pertenencias en una caja que paso bajo los rayos X, y pase por el arco después de Lauren y Lux. Volvimos a coger nuestras cosas y fuimos directas al gran tablón electrónico, nuestro vuelo salia en dos horas y media. Aún teníamos que facturar nuestras maletas así que fuimos a la cola, no tuvimos que esperar demasiado. Entregamos nuestra documentación y dejamos las maletas.

—Bien, ¿y ahora? —Preguntó Lauren suspirando. Si, esta parte sin duda era la peor parte, esperar.

Nos instalamos en unas sillas de hierros en un tipo de sala de espera. Lux insistió para estar sobre las rodillas de Lauren, lo que ella aprobó enseguida. El error de Lauren fue sacar su móvil delante de mi hija quien de pronto reclamó que le pusiera sus dibujos. Así estaban ellas dos mirando sus dibujos y yo observaba el panorama a mi alrededor. Una mujer preñada estaba a punto de estallar de los nervios, rodeada de sus otros tres hijos, los cuáles el mayor llegaría a seis años como mucho. El marido llevaba el carrito de la más pequeña y en brazo tenía otro, mientras la madre corría tras el tercer niño gritando. De alguna manera me hizo gracias, al principio, después me dio envidia. Ese era mi sueño hace veinte años, fundir una familia con la persona que más quiero. No estaba nada más lejos de la realidad. Uno de los niños de esa pareja se acercó despacito a Lauren y Lux, y con las mejillas sonrosadas y una voz aguda tuvo el valor de hablarle a Lux.

—¿Quieres jugar? —Preguntó de manera adorable y Lux me miro a mi, sonreí asintiendo sabiendo que los juegos estaba frente a nosotros con lo cual no la perdería de vista.

—Si. —Contestó bajándose de las piernas de Lauren y corriendo con el niño hasta los juegos.

—Tú. —Dijo de pronto Lauren y frunci el ceño.— Te quiero a ti en mi vida, Camila. —Dijo, contestando a mi pregunta de esta mañana.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora