5. ¿Eres feliz?

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[Lauren POV]

Nacimos un día. Moriremos un día. Podemos cambiar en un día. Y podemos enamorarnos en un día. Cualquier cosa puede pasar en un solo día.

Conocí Camila Cabello el veintisiete de febrero. Tan solo hace una semana, casi nada. En realidad, no es nada de tiempo. Pero leí donde sea que el amor a primera viste existe, o al menos muchas personas creen en eso. No creo que sea amor, no creo que este enamorada, sería ridículo a un nivel absurdo. ¿Me gusta? A quien no. Es una mujer inteligente, graciosa, con una sonrisa hermosa, unos labios perfectos, un cuerpo de diosa, es muy guapa, tiene un pelo estupendo, huele a vainilla y tiene unos ojos.. Es perfecta. ¿A quien no le gustaría?

Y creo que el hecho de que me guste no es un problema. El problema es mayor, en realidad hay dos problemas. El primero, tenemos una gran diferencia de edad, aunque el amor no tiene edad. El segundo, es que ha tenido la buena idea de volver con su imbécil de novio. Si. El que le puso los cuernos con su mejor amiga. No puedo juzgarla, no tengo derecho ni motivos para hacerlo.

Mi puesto en la lista de trasplante ha subido de uno, ahora soy la segunda. El que estaba delante de mi murió cediéndome así su lugar en la lista. Me entristeció saber que esa persona murió y yo ganaría cuando él lo perdió todo. Pero así funciona esto. El hematoma de mi espalda tiene un color menos oscuro pero me han salido otros dos, uno en la pierna y otro en el brazo izquierdo. No me dejan levantarme de la cama para nada, mis padres pasan sus noches conmigo. Tengo la extraña sensación de que no me cuentan todas las cosas y eso es algo que me molesta, porque siempre he cogido mi enfermedad con un máximo de responsabilidad y he madurado más rápido que los demás, y aún así me siguen tratando como a una niña.

Mis padres se levantaron temprano para ir a trabajar, y yo no podía dormir por el dolor. Era cada vez peor y me daban algo más de tranquilizantes pero en vano. Tenía los auriculares y la música a un nivel demasiado alto como para escuchar la puerta de mi habitación abrirse. No me di cuenta de su presencia hasta que me quito suavemente un auricular haciendo que abriera los ojos y la viera frente a mi.

—Hola. —Me saludó y le dediqué una sonrisa de medio lado como única respuesta. —¿Estas bien? —Asentí.
—Tal vez te molesto. —Dijo y no contesté.

Obviamente no me molestaba, el hecho de que hubiera vuelto con su novio, me molestaba.

—No. —Dije con la voz algo débil por mi estado.

—¿Que te ocurre?

—Me duele. —Mentí. Aunque no era del todo mentira, me dolían mucho los hematomas y por alguna razón me dolía ella.

—Te echaré la pomada, ¿bien? —Dijo poniéndose los guantes y asentí.

—Shawn Mendes. ¿Es él tu novio?
—Pregunté, sabiendo que la respuesta seria afirmativa. Había buscado en internet por la noche ya que no podía dormir. Shawn mendes es un cantante, medio conocido, con algo de talento.

—Si. —Dijo después de unos minutos de silencio. No hablamos mucho más. No porque no quisiera, simplemente me estaba aguantando las ganas de gritar cada vez que sus manos rozaban mi piel, dolía mucho. —Tal vez me veas. —Dijo para cortar el incómodo silencio que se instaló.

—¿Donde?

—Tiene una entrevista hoy, y lo acompaño.

—¿En la televisión? —Pregunté y ella sonrió asintiendo. —Si estoy aburrida lo miraré.

—Pensé que lo mirarias por verme.

—No me gusta su música, no creo que me interese de lo que hable.

—Entiendo, pero yo hablaré de ti.

—¿De mi?

—Ajá. —Dijo antes de terminar de echarme la pomada y yo así secarme las lágrimas que había contenido.
—Hablaré de tu caso, sin decir tu nombre claro, espero que así te suban a primera prioridad en la lista de trasplante.

—No quiero. —Dije y me miro confusa. —No quiero robarle la oportunidad de ser salvado a otra persona. —Se quedo en silencio sin decir nada más. —¿Que me pasa Camila? —Pregunté intentando acomodarme mejor pero el dolor era muy grande y preferí quedarme tumbada.

—Tu riñón. —Dijo la voz quebrada.
—Tambien te tenemos que hacer un trasplante de riñón.

—¿Cuanto tiempo me queda?

—Sobrevivirás, ¿vale? Haré todo lo posible para que sigas con vida y..

—¿Cuanto tiempo? —Repetí cortándola.

—Lauren.. —No contesté y me miro fijamente antes de desviar la mirada. —Una semana, tal vez menos.
—Asentí y aguante las lágrimas, giré la cabeza intentando centrarme en no llorar. No quería llorar con ella delante. No quería parecer una cría delante de ella. —Tienes derecho a llorar, ¿lo sabes? —Dijo como si me leyera la mente.

—No quiero llorar. —Mentí. —¿Te puedo preguntar algo? —Pregunté y ella asintió. —Eres feliz.. ¿O actúas como si lo fueras?

Sé quedo en silencio la boca entreabierta sin saber cual era la respuesta correcta, pero en realidad no había respuesta correcta. Simplemente quiero saber si es realmente feliz con Shawn a su lado. Si lo es, entonces no puedo pedir más. Si no..

—Te veré esta noche en el programa.—Dije ya que me di cuenta que mi pregunta la incómodo. —Hasta mañana. —Dije antes de darme la vuelta con delicadeza para no frotar mis hematomas contra las sábanas para que no me doliera.

No dijo nada más, después de unos minutos sentí el peso de su cuerpo levantarse del borde de la cama en el que se apoyaba siempre que venia, escuché sus pasos alejarse. Y la puerta cerrarse. Mis manos aún temblaban. No sé lo que le encontraba tan diferente a ella, cuando había miles de mujeres de las que enamorarme.
Empezando por Eva Longoria y acabando con Lana del Rey. Pero no, debía gustarme mi medico, mayor que yo y prometida a un idiota. Sin duda tenía que ser imbécil.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora