[Camila POV]
Hay una diferencia básica entre el colegio y la vida, algo que no entiendes hasta que te pasa. En el colegio primero aprendes la lección, y después te hacen la prueba. En la vida primero te mandan las pruebas y después aprendes las lecciones. Dicen que el amor de tu vida llega después del error de tu vida, y eso en si no es algo malo, porque al final llegas a encontrar la felicidad. Por mi parte sé que he encontrado la mía. El caso es que aquel error provoque en tu actual felicidad un, literal, terremoto de emociones. Y ese es mi caso.
—Ally. Repitemelo, despacio, por favor. —Dije llevándome la mano a la frente antes de sentarme sobre el sofá de su casa.
—Estas.. Camila, estas embarazada.
—Repitió por tercera vez ya. La sangre ya no circulaba por mi cuerpo, quería morirme, literalmente.—Eso.. Yo ya no hice el amor con nadie más que ella.. ¡Y la prueba era negativa! —Grité frustrada, nerviosa, agobiada.
—Sabes lo poco fiable que es cuando es tan temprano, ya han pasado dos meses y.. Estas embarazada Camila, lo siento. —Dijo suspirando.
—Lauren.. Ella no se merece alguien como yo.
—Ey. Os merecéis mutuamente, sois la felicidad de la otra, el caso es que.. La vida ha elegido hacerte fuerte antes de feliz. —Dijo con media sonrisa acariciando delicadamente mi brazo.
—¡Ya veo! —Grité de nuevo. —Y ahora como coño le explico esto a Lauren..
—Suspiré.—Vete a casa, sientate con ella, dile cuanto la quieres.. Y díselo.
—Me odiará.
—Tal vez unos días, pero te quiere Camila.
—Eso dice pero tiene diecisiete años, yo también pensaba estar enamorada de Shawn con esa edad y mira a donde me llevo. —Dije rabiosa.
—Ella te quiere de verdad. Todas las relaciones tienen baches, no te eches para atrás, dile la verdad.
—¿Y Shawn?.. ¡Que se pudra!
—Contesté yo misma y Ally río por lo bajo. —Vale, deséame suerte.—¡Suerte! —Dijo levantando los pulgares.
La vida nunca ha sido demasiado fácil para mi, pero nunca me he quejado, ni cuando mi hermana se mató, ni cuando mi padre me abandonó, ni cuando mi madre decidió sufrir un poco menos nadando en alcohol, ni cuando me violaron, ni cuando encontré mi novio con mi mejor amiga, ni siquiera cuando me echaron, o cuando casi me arrebantan la única persona que realmente quiero.. Ella. Nunca me he quejado. Jamás. Porque la vida es así, puedes gritar, puedes llorar, pero nadie te escucha. Estas sola. Pero dios.. Un hijo. Un bebé de ese monstruo estaba creciendo en mi.
—¿Estas bien? —Pregunto Lauren rodeando sus brazos sobre mi cuello a penas pasé la puerta de mi casa.
—Si. ¿Que haces de pies?
—Te estaba esperando. —Dijo sonriendo antes de plantarme un beso en los labios sacándome una sonrisa. —Repito. ¿Estas bien? —Pregunto de nuevo al verme muy callada y con, seguramente, mala cara.
—Si.b—Dije fingiendo una sonrisa.
—¿Tienes hambre?—¿Tu si?
—¿Tanto se nota? —Dije con una risita que le hizo esbozar una sonrisa.
—Quedate sentada que lo preparo yo.—Dijo sonriendo.
No puedo mentirle, ¿pero realmente no tengo derecho a un día más? Unas horas más.. No pido demasiado.
El bebé que tienes es el bebé que estabas destinado a tener. Era el destino. De todos modos me gusta pensar que es verdad. Pero el resto de cosas del mundo parecen ocurrir totalmente al azar. ¿Qué habría pasado si una pequeña cosa que hice o dije pudiera ocasionar que todo se derrumbara? ¿Y si hubiera elegido otra vida para mi o para otra persona? Podríamos no habernos encontrado. ¿Y si nos hubiéramos criado de forma diferente? ¿Qué habría pasado si mi madre nunca hubiera probado el alcohol? ¿Y si en realidad hubiera tenido un padre presente? ¿Qué hubiera pasado? Nuestra vida es un regalo. Lo acepto. No importa cuán jodido o doloroso parezca. Algunas cosas van a salir bien, como si estuvieran destinadas a ocurrir, como si estuvieran hechos el uno para el otro.—Huele muy bien. —Dije sonriendo antes de rodear su cadera con mis manos. —¿Que haces?
—Espaguetis. Es lo único que sé hacer bastante bien. —Dijo riendo y sonreí antes de besar su mejilla.
—Los espaguetis se van a convertir en mi plato favorito. —Dije sonriendo antes de sacar dos platos y cubiertos.
—Si no te gustan podemos..
—Tranquila tonta, me encantan los espaguetis. —Dije riendo antes de besarla.
—Estas muy cariñosa hoy, ¿tengo que preocuparme? —Pregunto alzando una ceja haciéndome reír.
—Tus espaguetis se van a quemar.
—Reí.Carpe Diem. ¿Cuán molesto puede ser el Carpe Diem? ¿Cómo se supone que debes planear una vida, una carrera, una familia, si siempre vives el momento? Si todos aprovecháramos cada segundo de nuestras vidas, no habría médicos. ¿Quién aguantaría la facultad de medicina? Todos estaríamos demasiado ocupados viviendo el presente, signifique lo que signifique. Lo admito, los romanos tenían razón. Tienes que vivir la vida. Y vivir significa que todas las mañanas cuando te levantas tienes que elegir entre aprovechar lo que la vida ofrece cada momento y seguir adelante sin importa lo que pase o cerrar las cortinas y terminar el día.
—¿Te gustan? —Pregunto la boca llena de salsa tomate.
—Definitivamente es mi plato favorito. —Dije riendo antes de coger una servilleta y limpiarle la boca.
Sonrió antes de levantarse para quitar la mesa y después abrazarme con todas sus fuerzas y besarme con todo el amor del mundo, o al menos así lo sentí.
—Si yo fuese el mar, y tu una roca, haría subir la marea, para besar tu boca. —Canturreo riendo antes de soltar mi mano para subir las escaleras, antes de detenerse al ver que no me movía. —¿No vienes?
—Preguntó sonriendo.—Lo siento, estaba demasiado embobada escuchándote cantar.
—Sonreí antes de subir las escaleras para estar con ella.Llegamos hasta mi.. Nuestra habitación, y ambas nos pusimos en pijama antes de deslizarnos entre las sábanas. Una vez que sentí un peso más fuerte sobre mi hombro sonreí al verla totalmente dormida, la boca entreabierta y el cuerpo tranquilo y relajado.
—Tardé una hora en conocerte y solo un día en enamorarme. Pero me llevará toda una vida lograr olvidarte.—Suspire antes de besar su mejilla, aguantando las lágrimas.
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Besos Prohibidos
FanfictionLauren Jauregui siempre ha vivido encerrada entre las paredes de los hospitales, no recuerda el sol contra su piel demasiado blanca para su gusto, no recuerda el sentir la nieve cayendo sobre su pelo. Pero su vida da un giro cuando por la puerta e...