37. Tatuajes Imborrables

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Dos años más tarde
[Lauren POV]

—No. —Dije por enésima vez mientras Taylor me empujaba una y otra vez.

—Por favor. —Se quejó haciendo muecas con su cara, a lo alto de sus doce años era aún mas persuasiva que cualquier persona en el mundo.

—Oh bien. —Gruñi y ella sonrió antes de abrazarme. —Pero no más de media hora.

—Cuarenta y cinco minutos.

—Media hora. —Repetí.

—¿Una hora? —Preguntó alzando una ceja.

—Cuarenta y cinco minutos. —Dije frunciendo el ceño.

—Vale. —Dijo sonriente, y ahí es cuando me di cuenta que terminó ganando, de nuevo.

Esta niña es un peligro para la humanidad.

—Mamá, vamos a dar una vuelta al parque Tay y yo. —Grité desde el pasillo principal de la casa y escuché una afirmación por parte de mi madre así que no tardé en salir de casa seguida de cerca por Taylor.

Tiene doce años, y yo diecinueve y creé normal que yo sea su taxi personal desde que mis padres me encontraron bastante madura como para tener un coche. Creo que prefería mi vida cuando iba en bus, al menos no tenía que ir llevando mi hermana y sus amiguitos a todos lados, que ganas tengo de que Chris tenga su propio coche y yo me vaya de casa.

—¿Y esta vez para que váis al parque?¿No crees que ya eres mayorcita para jugar en los juegos esos?

—No hay edad para estar sobre los columpios.

—No, claro.

—Además estará allí Dylan, me lo ha dicho el viernes. —Suspiré ruidosamente antes de sonreír negando.

No tardé en aparcarme y seguirla hasta dentro del parque donde estaba lleno de niños acompañados de sus padres. Me senté en un banco antes de sacar mis auriculares y mi móvil para hacer que estos cuarenta y cinco minutos fueran más rápido.

Elegí dejarme sorprender por Spotify eligiendo una playlist nueva, gruñi al escuchar la horrible voz de Shawn Mendes. De tal manera que intenté aguantar las lágrimas que se avecinaban por salir, como siempre que pensaba en ella. Aún pienso que fui estúpida en irme, pero no podía criar un bebé.. Era demasiada responsabilidad. Aunque eso no tuvo que hacerme desparecer de su vida, la quería.. La amo. Es algo que no desaparece del día a la mañana, y por lo visto tampoco desaparece después de un año, once meses y tres días.

Decidí dar una pequeña vuelta mientras vi como mi hermana reía a carcajadas con él que debía de ser Dylan. No me di cuenta que me había topado con alguien, hasta que esa personita empezó a llorar. Nunca había escuchado alguien llorar tanto como esa pequeña niña. Era realmente hermosa y por lo visto venia corriendo cuando la empujé sin querer.

—Lo siento de verdad. ¿Donde esta tu mamá? —Pregunté agachándome a su estatura antes de verla mirar hacia atrás, hacia ella. Camila estaba detrás de la niña, la boca entreabierta parecía en estado de shock. —Camila.—Suspire.

—¡Mami! —Gritó la niña tirándose a sus brazos, haciendo que mi boca se abriera un poco más. —A caído. —Dijo la niña levantando los brazos con una mueca demasiado adorable, lo ojos aún humedecidos por las lágrimas.

—Lo siento, venía corriendo y no la vi. —Dije algo nerviosa antes de levantarme del suelo y limpiar mis vaqueros manchados.

—N-No pasa nada. —Dijo, con la voz temblorosa. —¿Como estas?

—B-Bien. —Sonreí. —¿Y tú?

—Bien. —Dijo con una media sonrisa. —Ella es Lux, mi hija. —Dijo señalando la pequeña quien ya había olvidado su caída y estaba jugueteando con el pelo de Camila mientras tenía su cabeza recostada sobre su hombro.

—Lo adivine cuando te llamo mamá. Es.. Grande, y hermosa. Se parece mucho a ti.— Dije sonriendo, y ella sonrió también. —Lux es un nombre muy bonito, ¿de donde lo has sacado?

—Pues.. —Empezó pero no pudo terminar cuando una mujer se acercó a ella y la abrazó por la espalda, antes de sonreírle a la niña.

—Hola, soy Demi. —Dijo sonriente, tendiéndome su mano, la cogí después de unos segundos.

—Lauren.

—¡Lolo! —Gritó la niña sonriendo.

—Lauren. —Repetí de manera más graciosa.

—Lolo. —Repitió ella cruzándose de brazos haciendo que Camila, como yo, nos riéramos.

—Bien, pues Lolo para ti, princesa.
—Dije sonriendo antes de tocarle la manita y ella me sonrió.

—¿Que hacías preciosa? —Pregunto la mujer de pelo corto dirigiéndose a Camila a quien se le veía muy incómoda.

—Comer amaillo. —Contesto la bebé y reí al escucharla decir el color amarillo.

—Hemos comido su helado de plátano y después nos hemos topado con Lauren. —Explicó Camila tragando saliva.

—Vale, ¿vámonos ya no? Dentro de una hora me voy al gimnasio y me gustaría ducharme antes. —Se quejó antes de que Camila le asintiera, la mujer se fue para delante y Camila se quedó parada frente a mi con su hija en los brazos.

—¿Ella es..?

—Si. Me ayudo mucho cuando Lux nació y..

Y cuando yo me fui.

—Claro, entiendo. —Suspire. —Me alegro haberte visto Camila. Estoy contenta de verte feliz.. Espero que algún día nos podamos volver a ver.
—Dije algo nerviosa tambaleándome de un pies al otro.

—Cuando tu quieras.

—No.. Pero..

—Cuando tu quieras, Lauren.
—Repitió con una sonrisa de medio lado que me hizo sonreír también.
—¿Sigues teniendo mi número?
—Preguntó y asentí.

—Si no lo has cambiado.. Si, lo siguó teniendo.

—Llámame siempre que quieras.
—Dijo sonriendo antes de dar media vuelta e irse con su pequeña en brazos.

Flashback
Llámame siempre que quieras. Susurro, y sentí mi piel erizarse cuando su aliento choco contra mi. Sonrió y se despidió por última vez antes de salir de la habitación.

A penas se fue, recuerdo haber compuesto su número en mi teléfono y haber esperando al menos diez minutos antes de llamarla, cuando lo hice, esos segundos de espera hasta que contestó me mataron literalmente. Hasta que por fin escuché que descolgó.

Dijiste que te llamará siempre que quisiera. Dije.
Flashback

Eso fue hace más de dos años, cuando la conocí, unas horas antes de irme a casa. Fue hace años y aún lo recuerdo como si fuera ayer, todo lo que viví a su lado son recuerdos imposible de borrar. Están anclados en mi. Son parte de mi, son tatuajes imborrables.

Besos Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora