17

145 21 17
                                    

-Luca -sobé su hombro -despierta, tengo que curarte esas heridas.

-No quiero -hundió su cabeza en mi pecho.

-No seas terco -besé su cabeza una vez más -mientras más rápido te cure, más rápido nos podremos acurrucar.

-Podemos quedarnos acurrucados ahora.

-No -insistí -no podemos -Luca sé apartó de mi pecho y con su labio aún hinchado se dispuso a besarme -primero tengo que curarte -puse mi mamo suavemente en su boca para detener el beso.

-Eres malo -dijo Luca agachando la mirada.

-Lo sé -me levanté del suelo y fui a recoger el botiquín al baño. Agua oxigena, algodón, tiomersal y banditas para las partes partidas.

¿Me soplarás? -preguntó tapándose las heridas.

-No eres un niño chiquito Luca, además esto no arde.

-Si arde.

-No, no arde.

-Entonces no dejo que me cures -cruzó sus brazos e hizo su puchero de rabieta. Le dolía estar así, pero no quería demostrarlo frente a mí, él tiene ese espíritu de defenderme y no se mostraría débil ante mí. Él es fuerte, realmente lo es, pero cuando tiene que mostrarse frágil, lo hace sólo para mí. Lo amo por eso y por muchas cosas más.

-Está bien, soplare -rocé el algodón mojado por el agua oxigenada por su cachete hinchado, tenía partida la piel que le corresponde al pómulo.

-! Sóplame que me arde! -gritó.

-Si te dejaras de mover lo haría con gusto.

-Apresúrate -sople su herida para disipar el dolor o al menos eso intentaba. Puse el tiomersal en su herida y la pinté con mi dedo del color amarillento que propicia el mismo y luego la bandita.

-Ya está, ahora el de la boca -la partidura estaba en el labio superior, ubiqué el algodón con poquita agua oxigenada, apenas estaba húmedo.

-¿No vas a soplar? -preguntó. Lo hace con su segunda intención. Sople despacio, acercando mi boca a la de él, podía sentir su aliento chocar con el mío, podía sentir su respirar agitándose nuevamente -¿Puedo besarte ahora? -accedí besándolo primero. Al principio le dolió el labio pero no le dio importancia, percibí el agua oxigenada en su labio pero no le di importancia. Luca se abalanzó sobre mí, sus manos a los costados de mi cabeza y él me veía fijamente mientras yo ubicaba mi cabeza en el suelo, volvió a besarme, frotó su cuerpo contra el mío, como lo hacen los pervertidos, me besó más aprisa, siendo arraigado por la pasión, su gemido se fusionaba con su suspiro mientras sobaba mis piernas, enrolle su cuerpo con mis pierna, seguía frotándose mientras me besaba el cuello, yo despeinaba su cabello y manoseaba todo su cuerpo, hasta que se detuvo con un sollozo y una lágrima cayó en mi mejilla -lo siento -se disculpó y se sentó nuevamente -perdóname.

-¿Por qué Luca? -me senté frente a él.

-Por todo esto, por exponernos, por arruinarlo todo.

-No haz arruinado nada -sujeté sus manos pero él las soltó.

-Damian -agachó la mirada -¿Tú crees que esto esté bien?

-Luca, yo no sé lo que está bien o está mal para el resto del mundo, para el resto de los mundos, pero para mí, esto está más que bien, es perfecto, poder tener a la persona que amo y que me ama y poder besarla cuando quiera, poder abrazarla cuando quiera, significas mucho para mí, mucho más de lo que significa la navidad y sabes cuánto amo la navidad -Luca rio.

-Lo sé, sé cuánto amas la navidad.

-Significas mi mundo y si eso no está bien para los demás, pues que larguen a la mierda. Tenemos éste mundo para nosotros dos, sólo para nosotros dos y no dejaré que nadie nos lo destruya.

Luca se mostró alegre por un instante, pero luego bajó la mirada nuevamente -tengo miedo -comenzó a llorar.

-Es normal tener miedo, es de humanos, pero eso no implica temer a todo o temer a lo que tenemos.

-Pero mi miedo no radica en lo que me pueda pasar a mí, no quiero que tú salgas lastimado.

Puse mis manos a los lados de su cabeza y di un tope fuerte con mi frente su frente -entiende esto, estamos en esto juntos, no voy a salir lastimado porque te tengo a ti y si salgo lastimado sé que vas a estar para mí, confía en mí, vamos a estar bien.

-Te amo Damian -me abrazó -no sé qué haría sin ti.

-Sin mí serías el mismo hombre fuerte digno de mi admiración, eres fuerte ante todo y también te amo por eso.

-¿Por qué me amas?

-No necesito razones ni motivos para amarte, lo hago porque es lo que quiero pero si tengo que especificar permíteme decirte que te amo porque me amas, te amo porque estás aquí conmigo, te amo porque eres fuerte al ser débil, te amo porque me haces sentir a salvo, te amo porque eres gentil sin ser absurdo, te amo porque eres delicado como una piedra -rio -amo esa sonrisa y tus ojos al entre cerrarse, amo el verde de ellos, amo tu cabello, amo tu nariz, amo tus manos, amo tu cuerpo, amo poder verte al despertarme, amo ser despertado por tu voz y tus besos, amo ser calmado por tu canción, amo que conozcas todo de mí, amo que te rías de mis bufonadas, amo que te aguantes las lágrimas cuando ves a un animal sufrir, amo ver tu rostro contra la luz del sol, amo tus lunares que son más que los míos, amo tu tatuaje de luna en la muñeca opuesto al mío -enseñé mi tatuaje del sol -amo tu clavícula con el mismo tatuaje que el mío, amo que hayas dicho que los dos somos de Júpiter, amo que digas que me amas, amo que luches por lo nuestro, te amo por como soy cuando estoy contigo, te amo porque eres tú, la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida curando tus heridas y besando tus cicatrices. Te amo por muchas razones y no necesito decírselas a alguien porque la única persona que tiene que saberlo eres tú y ya lo sabes.

Luca sonrió, ésta vez de manera verdadera, nos acostamos en el suelo, preparados para dormir -Estaremos juntos para siempre -mintió.


Antítesis De Un Hombre Bohemio #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora