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La noche que visite la tumba de Luca, escribí en mi mente un poema para él, al principio pensé que sería un bonito detalle dejarlo ahí, en mi mente, siendo invadido por el olvido y por un montón de otros pensares, cuando se lo leí a Graham me propuso un trato. El trato consistía en escribir poemas que fácilmente él podría construir canciones a partir de éstas, como la que hicimos en el sótano. Me pidió además ponerle el nombre de su tía, dijo que le debía tanto a ella, que su niñez dependió de su felicidad también y que a pesar de que las circunstancias y las experiencias son distintas, el poema sabía expresar lo que él sentía al momento de extrañar a su tía.

Por Noelia

Pienso mucho en robarme las estrellas, pienso mucho el método para poder hacerlo, quisiera robarme la luz del día como el día se robó tu luz.

Pienso mucho en castigar al cielo, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme lo hermoso de la luna como la luna se robó tu belleza.

Pienso mucho en romper montañas, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme la fortaleza de la naturaleza como la naturaleza se robó tu armadura.

Pienso mucho en construir castillos, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme lo natural de las nubes como las nubes se robaron tu sueño.

Pienso mucho en asesinar las flores, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera poder robarme la fragilidad de sus pétalos como sus espinas se robaron tu sangre.

Pienso mucho en quemar las fotografías, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme su pasado impreso como sus recuerdos se robaron tu sonrisa.

Pienso mucho en gritar barbaries, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme la voz como el ruido se robó tu grito.

Pienso mucho en borrar palabras, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme el dolor de éstas como éstas se robaron tus lágrimas.

Pienso mucho en burlar al tiempo, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme su inmortalidad como su inmortalidad se robó la tuya.

Pienso mucho en adivinar las andanzas, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme su suspenso como su suspendo se robó tu esperanza.

Pienso mucho en el letargo de imposibilidades, pienso mucho en el método para poder cumplirlos, quisiera robarme la vigilia de los demás como ellos se robaron tu fantasía.

Pienso mucho en romper corazones, pienso mucho en el método para poder hacerlo, quisiera robarme su amor como su amor se robó tu devoción.

Pienso mucho en seguir mi camino, pienso mucho en como hacerlo, quisiera robarme la arena del mar como la arena se robó tus huellas.

Pienso mucho en dejar de respirar, pienso mucho en como hacerlo, quisiera robarme el último suspiro como el último suspiro te robó de mi.

No negaré que el poema debería llevar el nombre de Luca porque fue para él que lo escribí en mi mente, pero es tranquilizante saber que un poema que fue escrito para una persona pueda significar mucho para personas de otras personas que también extrañan.

El tenue calor mañanero, que como rayos de sol atravesaban los obstáculos del gran abeto que empotraba una gran sombra fuera de mi dormitorio, el calor entraba y se presentaba ante mí de manera elegante y suave, un calor que me despertó junto al sonido de pequeños petirrojos en sus nidos con sus crías recién naciendo, recordaba la noche en el cementerio, las palabras que grabé en la tumba de Luca y el poema, después de eso, todo se encontraba colmado por un atezado sueño que no lograba recordar bien. Salí del dormitorio hacia la sala de estar donde un gran florero de cristal negro decoraba en el centro de la mesa, bajó el florero había una nota con la letra de Graham que decía:

-Nunca voy a poder olvidar lo de anoche. Todavía siento tu perfume en mí y mis labios no te olvidan. El desayuno está en el mesón, yo voy a salir a mi primer ensayo, no quise despertaste, te veías tan hermoso durmiendo con esa sonrisa de picardía. Atte. Anónimo.-

Definitivamente no recordaba lo que sucedió en lo que siguió de la noche, dejé la nota en la mesa y al estirar mi brazo vi una pequeña marca de mordida en mi muñeca, no dolía, solo se pintaba ahí, rocé mis dedos por mi cuerpo, bajo el abrigo blanco que llevaba puesto, recordaba otras manos que no eran las mías, un sutil movimiento por mi espalda y pecho; me acerqué al espejo, me despojé del abrigo y pude ver mi piel blanca con pequeñas marcas violáceas que recorrían desde mi estómago, por mi pecho, hasta llegar a mi espalda. Llevé mis dedos a mis labios y los deslicé por mi garganta hasta llegar a mi pelvis y fue ahí cuando recordé a Graham besándome.

La mañana se había pintado por completo del color amarillo que abunda a las nueve, la humedad mostraba su presencia en mi cuerpo y pequeñas gotas de sudor bajaban por mi cuello y por mi pecho, estaba comenzando a sentir una presión imparable en el pecho, todo a mi alrededor se situaba en un cambiante estado de recuerdos iridiscentes donde me veía a mi y a Graham abrazandonos y despojandonos de nuestras vestimentas con cada apasionado beso; sobre el mueble, contra la puerta, en la mesa donde está ahora el jarrón que anoche tenía bellos claveles rojos, en el suelo y terminando en la cama. Sonreí con picardía frente al espejo, estaba siendo feliz de nuevo.

Pasé el mayor tiempo del día recostado en la cama, después de la ducha encendí una pequeña radio de vinilo y me dispuse recordar cosas que claras no se veían en mi mente, recordaba cosas de Luca, cosas de Graham y cosas Christopher. Comenzaba a extrañar a Christopher, su sonrisa, su manera sarcástica de ver las cosas, se venía a mi mente su mirada de incertidumbre creyendo saberlo todo, su ridículo sentido del humor, sus manos, su tacto, sus abrazos sus besos.

¿Es posible olvidar a alguien después de haber amado de manera fugaz?
Es posible que exista un ápice de dolor en lo que le corresponde al amor, porque al amor nace de la necesidad y el dolor también nace de aquello, es sabio decir que el amor, ya sea eterno o fugaz, es amor y éste trae todo lo que representa, olvidar a alguien al que amaste, por más fugaz que sea es imposible como el dolor, por eso el dolor es el primero en sentirse.

Antítesis De Un Hombre Bohemio #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora