26

103 19 6
                                    

Un vestido y un traje frente a un piano, toda la atención se encontraba sobre ellos y el sonido de las teclas pasando por los oídos de todos, simulaba exactamente esas escenas que se leen sólo en libros o que se ven sólo en novelas o películas, entre los dos pianistas había una especie de competencia con respecto a velocidad y presunción, Kimberly tocaba con los ojos cerrados, concentrada en la música mientras que Graham observaba el frente, casi ignorando sus dedos y al público, sin embargo, los dos, demostrando esa ausencia para con el público saben cómo conectarse con ellos mediante la música.
Graham se parecía al chico de la guitarra con la canción para "ese alguien inalcanzable", es el mismo, lo sé, pero se parecen sin parecerse, sí, eso puede ser posible, se parece por el hecho de que es la misma persona expresando algo, pero, la diferencia es que expresan cosas distintas.

Se habían llevado lo que quedaba de los minutos antes de las doce, el inicio de la navidad. Finalizaron con un saludo entre ellos y un saludo y agradecimiento al público.

-¿Qué tal lo hice? -preguntó Graham.

-Lo hiciste maravilloso -le pasé un vaso de sangría.

-Lo haz hecho magnífico -dijo Kimberly acercándose con el profesor Quinn de la mano.

-Gracias señorita, pero usted lo hizo mucho mejor que yo -contestó.

-Es pura modestia -dijo Kimberly -tú y yo tenemos que hablar de algo que te puede beneficiar.

-Mi esposa es una agente de nuevos talentos -dijo el profesor Quinn orgulloso -la invité con la intención de que te escuchara, la primera vez que te escuché con tu guitarra fue...mágico, creo -río -y ahora le haz encantado.

-¿Una caza talentos? -preguntó Alicia.

-No me gusta mucho ese término pero sí -afirmó Kimberly -puedes incursionar en el mundo de la música ahora mismo -dijo animada jalando el brazo del profesor Quinn.

-Eso es bueno -dijo Rocco.

-Pero no puedo dejar la universidad -dijo Graham.

-Pero es un salto a la fama -dijo Kimberly -además, eres atractivo, tienes bonita voz según mi esposo, además, tocas el piano, de manera excelente, y la guitarra.

-Lo siento señorita, pero no puedo dejar la universidad -me miró -quiero terminar mis estudios.

Kimberly miró al profesor Quinn y sonrió diciendo -tenías razón, él es el indicado.

-¿Indicado? -preguntó Graham.

-Sí, indicado, eres él único que respondió lo que quería escuchar -tomó una copa del mesero que se acercaba con una bandeja llena de copas, todos tomamos una -quiero proponer un brindis -alzó la copa -por una buena navidad, por un futuro mejor y por ésta universidad.

Todos chocamos delicadas copas de cristal contra otras diciendo "salud" al mismo tiempo.

Rocco y Alicia bailaban en la gran pista adornada con nieve falsa. El profesor Quinn presentaba orgulloso a su esposa a los profesores invitados y Graham hablaba con un grupo de chicas que le preguntaban cosas que él evitaba responder, cosas como: ¿tienes una novia? ¿Por qué no tienes novia? El me miraba con ojos de "sácame de aquí", yo bebía sangría y sonreía.

La velada constaba de muchos invitados, la mayoría de primer semestre y profesores, y la otra minoría constaba de chicos de otros semestres y familiares, ahí estaba Vicente bailando con una dama y sentado en la silla de los alrededores estaba Christopher, recostado en la mesa aburrida de la mesa, contemplando como los pedazos de fruta de la sangría en el fondo de la copa hacían nada. Tenía el impulso de ir a hablarle, quería hacerlo, es mi novio y estamos pasando por un mal rato y en ésta fecha; me dispuse a hacerlo, caminar hacia Christopher, desearle feliz navidad y que las cosas estén bien entre nosotros, lo quiero de vuelta conmigo, caminé dejando la copa de sangría sobre la mesa que compartía con mis amigos, caminé hacia Christopher dejando atrás ese miedo y orgullo que tenía, voy a decirle que deberíamos estar juntos, que no importa lo que sucedió hace días, decirle que estamos bien. Ya cerca de la mesa, una chica alta, de vestido negro y unos labios pintados de negro se acercó a Christopher para besarlo en la boca frente a todos, él le correspondió el beso, yo me detuve en seco frente a la mesa donde estaban ellos, él me vio y se sorprendió pero no dejó de besarla, siguió besándola; mis piernas comenzaron a temblar, nervios quizá, nervios recargados con ira. No pude hacer nada más que salir corriendo, tropezando gente hasta tropezarme con Graham que se paró frente a mí para cortarme camino.

-¿Qué te sucede Damian? -preguntó agarrado mis hombros.

-Déjame Graham -lo aparté -no debería haber venido -salí hacia el balcón, donde esperaba no ser encontrado, donde esperaba con ansias que me la nieve me entierre y así no ser encontrado hasta que la helada acabe.

-Damian -Christopher salió al balcón -deja que te lo explique.

-¿Explicar qué?

-Lo que está sucediendo.

-No tienes que explicar nada, ya vi lo que tenía que ver para poder entender.

-Te equivocas Damian, viste lo que yo quería que mi hermano viera, si él se entera de lo nuestro le contará a mi padre y me regresarán a Zaláh sin pensarlo dos veces.

-Y por eso me tratas de la peor manera posible, te ausentas por días y ahora resulta que tienes una novia.

-Tengo que disculparme por eso.

-Ahora la disculpa no vale nada Christopher.

-Pero dime ¿qué tendría que haber hecho?

-Christopher, tenías demasiadas opciones, no tenías por qué empujarme y comportarte como un total idiota, no tenías por qué desparecer y dejarme como un total estúpido y tampoco tenías que besar a esa chica y hacerme ver como un pendejo -le di la espalda -¿es que acaso esto es un juego para ti?

-No Damian.

-¿Quieres siquiera algo conmigo?

-Claro que quiero.

-¿Entonces?

-Damian. Mi familia.

-¿Y yo no tengo familia? -giré para enfrentármele -hui de mi país por eso, por las personas que me quitaron mi felicidad.

-Pero esto es distinto.

-¿En qué?

-En que mi familia si me quiere y yo la quiero.

-¿Y qué te hace pensar que yo no quiero a mi familia?

-Te enamoraste de un hombre y lo saben todos en Yüte.

-¿Y tú no estás enamorado de mí?

-Yo te quiero Damian, pero... -se alejó de mi -no es correcto.

-Christopher...no hagas esto.

-Damian, dame tiempo.

-Christopher, no necesitas tiempo, lo que necesitas es tener una determinación de hacer las cosas, ya perdí a alguien por estar confundido entre lo que es correcto o no, no quiero que se repita, si tienes que elegir entre tu familia o yo, ya entendí lo que tengo que hacer -entré al gran salón donde, detrás de la puerta del balcón estaba Vicente.

-¿Qué sucede aquí?

-Me gusta tu hermano, le dije lo que sentía pero él me rechazó.

Las cosas entre nosotros ya han sido asesinadas por la incompetencia, siento el deslave de las cosas, lo siento otra vez.

Antítesis De Un Hombre Bohemio #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora