Carta a Damian #9

48 8 2
                                    


Lloro, rio, canto, observo, aprendo, supero, vivo, muero...

¿Cómo estás? Me preguntan muy seguido, y es común en mí responderles –estoy bien –claro que no lo estoy, simplemente aprendí a darles las respuestas que querían. Los medicamentos han cesado, no me han drogado en toda una semana, y es algo bueno, gracias a ello he recobrado esas memorias que pensé se habían extraviado.

Mi hermana viene a visitarme muy seguido, los lunes, martes, jueves, viernes y domingos, sin falta, trae un ramo de girasoles (mis favoritas), hablamos de mucho, de cómo están mis padres, de cómo estás tú; a ella le duele hablar de ti, ella te ama. Siempre me responde con una sonrisa, me dice que estás bien, que te ve feliz, yo sé que me miente, lo hace para que yo esté bien. Con ella rio todo lo que tengo que reír, pero ambos sabemos que no soy verdadero en ese sentido, me da la felicidad que necesito, pero no es la que deseo ni es la suficiente. Tú eres mi suficiente, y no sé como hacértelo saber, no sé cómo decirte que eres esa verdad que me aleja de toda esta farsa realidad.

Por las noches canto para no llorar, y a veces lloro para no cantar. Canto esa canción que hacías que te cante, cuya letra estará grabada en mi mente.

Cuando la luna se pone regrandota
Como una pelotota y alumbra el callejón
Se oye el maullido de un triste gato viudo
Y su lomo peludo se eriza con horror
Pero no falta quien mande un zapatazo
Que salga hecho balazo a quitarle lo chillón
En el alero del místico tejado el gato
Se ha quejado cantando esta canción...

Luego me pregunto -¿estás bien Luca? –y me respondo –puedo decir que sí Luca, gracias –para después responderme –no tienes por qué agradecerme pequeño, siempre voy a estar aquí para ti.

Esa era nuestra rutina. Como deseo poder cantarte de nuevo.

Observo las cosas con una lupa, con detenimiento, cada letra que escribo lleva tu nombre, vivo con ello, vivo sin ello, vivo sin ti, pero vivo contigo. No quiero que te marches, a pesar de que soy yo quien se va. No quiero que te disculpes a pesar de que no has hecho nada malo, que todos esos "lo siento", los "disculpa" o los "perdón" no me las digas para evitar que me vaya, sería absurdo porque yo ya no estaré, hazlo por ti, y por nosotros.

¿Cómo estoy? Me pregunto muy seguido. Al principio no lo sabía, pero ahora lo sé, estoy muerto. Por eso, tienes que ser tú, sobrevive, sonríe, grita, siente, ama, suspira, recuerda, abraza, besa, corre, salta, vuela, escribe, relata, cuenta, trova, etc. Haz todas esas cosas que yo no voy a poder hacer, mucho menos contigo. Alguien bueno llegará por ti y te dará todo lo que mereces y mucho más. Ama Damian. Ama como yo te amo a ti. Y aunque no fui capaz de darte mi siempre, te di el siempre que me correspondía.

Tuyo... siempre... Luca.

~A~

Antítesis De Un Hombre Bohemio #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora